Recuerdos del pasado

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Por fin suena el timbre del instituto. Montones de alumnos impacientes caminan deprisa hacia el patio. En cambio, Jake y yo nos dirigimos al rincón de siempre, el lugar de encuentro con el restro de nuestros amigos. Hoy es un día frío. El cielo está cubierto de nubes bajas, espesas y oscuras, por donde costosamente se atraviesan unos casi apagados rayos de sol. Sin embargo, hoy no voy lo suficiente abrigada.

—¡Te estoy diciendo que es verdad!— le exclama Ashley a Dean malhumoradamente.

Jake y yo observamos con ojos como platos como discuten y yo me siento de cuclillas en el frío muro de piedra abrazándome las rodillas para entrar en calor.

—¿Es por eso por lo que no ha venido hoy? — pregunta Dean. Ashley asiente con la cabeza. — Joder.

— ¿Que ha pasado? — interviene el curioso de Jake. Así nos saca a todos de dudas.

Ashley suspira dos veces para tranquilizarse antes de hablar. Vaya, parece que el ambiente está tenso.

— Los padres de Lauren le han pillado la droga. — hay un incómodo silencio. — Toda.— añade.

— Tenía que pasar algún día. — dice Jake muy calmado. — Todos sabemos que Lauren no se preocupa mucho por esconderla.

Rob toma una calada de su cigarro, chuta una piedrecilla agresivamente y se estira del pelo.

— Joder. ¿Tenéis idea de cuánta hierba me estaba guardando?. — tira su colilla al suelo y la aplasta con el pie. — ¿Tenéis la menor idea de lo que me costó conseguir el dinero para comprarla? — dice más alto esta vez.

Todos permanecemos en silencio. A mí realmente no me importa; a mí no me estaba guardando nada, no le debía nada. Lo que me preocupa son las consecuencias que van a ponerle por delante sus padres. Es una família muy rica, siempre intentando dar una buena impresión. Sin embargo una vez Lauren nos contó que sus padres ya se figuraban todo lo que ella hace y consume, pero que no tenían el valor suficiente para confesarlo. Se sienten avergonzados de ella.

Jake se sienta pegado a mí y yo me acurruco en él, hundiendo mi cara en su cuello mientras él me frota los brazos para mantenerme en calor.

— ¿Y qué van a hacer sus padres?— pregunta Andrea casi susurrando mirando a ningún punto en concreto.

— La quieren llevar a un psicólogo. — concluye Ashley. Me echa una mirada de repugnancia. — Creo que es algo más efectivo y usual que contratar a un ridículo niñero.

Ignoro su indirecta (aunque bastante directa) y me hundo de nuevo en Jake, sintiendo su tranquila respiración y su mano deslizandose de arriba a bajo en mi espalda, tratando de tranquilizarme. Hace efecto.

Llevamos ya seis o siete minutos de descanso, y todos aún siguen hablando del tema de Lauren. Se nota que están indignados y la verdad es que están siendo muy egoístas, ya que era Lauren quien nos solía dar la droga y el alcohol gratis. Algo muy generoso por su parte.

— ¿Iréis al final a lo de "Noche en el instituto?" — pregunto en voz alta, interrumpiéndoles.

— Ahora mismo yo no iría. No hay drogas, no hay nada de divertido. — mumura Rob. Es al que peor le ha sentado la noticia.

— Venga, tío. No puedes estar en serio.— reniega Tyler, intentando animarlo, como siempre. Es el típico chico risueño que le pone buena cara al mal tiempo. Esa es sólo una de sus grandes cualidades. — Ya nos buscaremos otro modo de pasarlo bien, joder. El caso es que vamos ahí a liarla parda.

— Yo me apunto. — declara Ashley, enviándole una sonrisa coqueta a Tyler.  No me hace ninguna gracia que ella venga, pero me trago las palabras.

El supervisorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora