CAPÍTULO I: EL NACIMIENTO

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Día 2 de Mayo 1998, Valencia, HOSPITAL.

Una gran tormenta eléctrica azotaba la ciudad de valencia y las luces del HOSPITAL parpadeaban continuamente, los médicos corrían de un lado a otro como si de una carrera se tratara y por todos los pasillos se oía decir a las enfermeras.

-ENFERMERA 1: No me puedo creer que justamente un día como este vayan a venir al mundo 8 niños.

-ENFERMERA 2: Ni yo, esto es un caos total.

-ENFERMERA 3: Y a demás parece que todas las luces se han puesto de acuerdo para fallar.

22:45 p.m. Tras acabar todo el caos y nacer los ocho niños, bueno 6 niñas y 2 niños, estos fueron colocados en incubadoras en una habitación.

En las incubadoras ponían los nombres:

-PABLO: Uno de los dos únicos chicos, pelo oscuro, ojos azules, mofletes rechoncho y un oyuelo en la barbilla.

-LUCIA: Pelo rizado y casi negro, ojos verdes, y labios muy carnosos.

-ANA: Pelo liso y rubio, ojos verdes y carita delgadita.

-IRENE: Pelo rizado y claro, ojos marrones y muy grandes.

-MARIA: Pelo oscuro y liso, ojos ámbar y unos oyuelos muy marcados en los dos mofletes.

-BELÉN: Pelo castaño claro y rizado, ojos verdes, y era la más pequeñita de todas.

-LEO: Pelo liso y negro como el carbón, ojos grises y una nariz respingona.

-ALEX: Pelo liso y claro, ojos azules y un poco gruñona.

Mientras los médicos y enfermeras corrían por todas partes para intentar atender a todos los pacientes los niños estaban tranquilamente durmiendo en las incubadoras cuando de repente la luz se fue, pero no era como las veces anteriores, esta estaba durando más y parecía que solo afectaba a ese piso.

En la habitación en donde dormían los niños empezó a brillar una luz extraña, pero era una luz cálida y para nada molesta, los niños de despertaron pero no se pusieron a llorar sino que se quedaron como ipnotizados mirando la luz, de repente de esta salieron 8 destellos de luz más pequeños que se pusieron cada uno al lado de uno de los ocho niños dentro de las incubadoras, cada luz se dividió en dos una de ellas se le posó a cada niño en la muñeca izquierda y les dejo como una especie de marca o mejor dicho dibujo, pero todas/os eran distintos unas/os de otras/os y de la otra luz salió como un ilito de luz que le pincho en el dedo al respectivo niño que tenian al lado , lo raro fue que al pincharles ningún niño lloro sino que dejaron salir una risita, el ilito se volvió a meter en el destello de luz y todos estos destellos al lado de sus respectivos niños se transformaron en huevos, pero no huevos normales sino más grandes y con dibujos.

Al día siguiente cuando las madres fueron a ver como estaban sus hijos se extrañaron mucho al ver que al lado de cada niño había un huevo y que todos ellos se habían dormido abrazandolos, pero pensaron que era un peluche y a demás si se lo intentabas quitar a un niño este lloraba como un poseso.

Las madres claramente siendo las únicas en el pasillo de maternidad y habiendo tenido sus hijos al mismo dia tenían muchas cosas en común y tampoco tenían a nadie más salvo los médicos y enfermeras con los que charlar así que finalmente acabaron haciéndose muy buenas amigas.

A los días todas las madres volvieron a sus respectivas casas, que, casualmente estaban muy cerca unas de otras pues todas vivían en el mismo barrio residencial, asi que no perdieron el contacto y un día quedaron todas en casa de Ana la madre de Pablo.

La primera en llegar fue la madre de Lucia, M.José.

Al llegar llamó al timbre.

-DING, DONG.

Fue a abrir Ana.

-Ay Hola M.José, que rápido que has llegado.

- Ya, que soy tu nueva vecina de la derecha, que nos mudamos antes de ayer.

- Y como es que no me había enterado hasta ahora?

-Esque primero nos trajeron todas las cosas a la casa, nosotros vinimos esta mañana.

-¡¡¡Ay mira!!! tu hija Lucia también tiene esa especie de huevo.

El mio también tiene uno, pero no lo suelta en todo el día por nada del mundo.

-¡¡Uy!! Igual que la mia, y si se lo intento quitar se pone a llorar.

-¿Por casualidad sabes que son o quien se los dió?

-Para nada, no tengo ni idea.

-Bueno pasa, que te tengo ahí fuera con tu hija en brazos, pasa y siéntate, puedes dejar a Lucía con Pablo en esta zona de juegos, nosotras vamos al sofá a tomarnos algo y las vigilamos mientras esperamos a las demás.

-Está bien.

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