CAPÍTULO II: NUESTROS PEQUEÑOS COMPAÑEROS- UNA BREVE VISITA

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Después de M.josé fueron llegando más madres, la segunda fue Rosa la madre de Ana, luego vino Ester la madre de Irene y Lola la madre de Maria que se ve que eran vecinas y habían venido juntas para ahorrar gasolina, más tarde llegaron Carmen la madre de Belén , Carolina la madre de Leo y por último Ángela la madre de Alex.

Todas estaban en el comedor sentadas en unos sillones al rededor de una redonda mesa de madera tomándose unos cafés con pastas y pastelitos , hablando y riendose mientras los niños estaban al lado en la zona de juegos que era como una cuna gigante ( pero sin patas) toda mullida y llena de juguetes.

Angela- Oye chicas veo que vuestros hijos e hijas también tienen esa especie de huevo.

Ana - Sí, justamente M.josé y yo lo estábamos comentando cuando ha llegado.

Rosa- Pero esque mi hija no se separa de el ni un momento y si se lo quito se pone a llorar desconsolada.

Carmen- Bueno, a mi no me importa que mi hija lo tenga, ¿Qué mal le puede hacer un huevo de juguete?

Carolina- A mi lo que me preocupa es que no sabemos quien se lo dió y si realmente son solo juguetes, ¡¡¡¡PODRÍAN SER UNAS BOMBAS!!!!!.

Ana - Vale chicas no nos alteremos, y Carolina estoy segura de que no son bombas así que relájate.

M.josé- Pues chicas nose si vuestros hijos también pero mi hija tiene una especie de marca en la muñeca izquierda con una forma parecida a la de una flor .

Ana- Es verdad pero la de mi hijo tiene forma de un sol como con una túnica o vestido.

Rosa- Mi hija tiene una en forma de corazón.

Carmen- La mia tiene una marca con forma de gafas.

Ester- Pues la marca de mi hija tiene forma de gota.

Carolina- En mi caso la marca que tiene mi hijo tiene forma de sol.

Lola- La de mi hija tiene una forma muy extraña, parece el símbolo del ying y el yang pero con una línea orizontal a cada lado que una que curva hacia arriba y la otra se curva hacia abajo.

......

Mientras tanto en la zona de juegos de los bebés todos estaban jugando con su huevo, haciéndoles caricias y dándoles besos, cuando de repente el símbolo que los niños y niñas tenían en la muñeca empezó a brillar, pero cada uno de un color:

El de Pablo era de color AMARILLO

el de Lucia era de color ROSA,

el de Ana era de color ROJO

el de Irene era de color VERDE

el de María era de color AZUL

el de Belén era de color MORADO

el de Leo era de color NARANJA

y por último de de Alex era de color BLANCO/PLATEADO.

Y no sólo eso, los huevos también brillaban del color de la luz de la muñeca de su respectivo niño.

Las madres que estaban a lado se quedaron inmóviles, congeladas ante este extraño fenómeno.

Cuando la luz se desvaneció al lado de cada niño ya no había un huevo sino una especie de seres pequeños y de ojos grandes y saltones y una especie de cordel con como una especie de tarjeta de memoria colgada, con las que los niños se pusieron a jugar.

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