CAPÍTULO III: LA SOMBRA

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Al lado de cada niño ahora había una especie de criatura pequeña y juguetona y un colgante con como una especie de tarjeta de memoria colgada.

Las madres al ver a estos seres corrieron hacia sus niños para cogerlos, cuando de repente, el suelo empezó a temblar y con el toda la casa y de unos de los ventanales del comedor entro una sombra extraña con forma de insecto gigante, que se abalanzó contra los niños y las criaturas que estaban con ellos.

Pero estas criaturas saltaron en defensa de los niños lanzando de sus bocas unas burbujas que evidentemente no le hicieron nada a este ser, a lo que el respondió con un manotazo, que mando a todas las criaturas cada una a cada punta de la casa y lejos de los niños.

Lo siguiente que hizo fue coger con una de sus 4 manos/garras a Pablo, de lo que la criatura que había salido de su huevo se dió cuenta y se abalanzó sobre la sombra para intentar liberar a Pablo.

Cuando la criatura de Pablo estaba en el aire a punto de ser golpeada por otra de las 3 manos/garras restantes de la sombra, de la marca de la muñeca de Pablo empezó a brillar otra vez esa luz AMARILLA ,que antes había hecho que los huevos eclosionaran.

Esta envolvió a la criatura en la misma luz , y cuando está se disipó apareció otra criatura distinta y un poco más grande que se puso a revolotear por toda la habitación disparando de su boca también burbujas, pero estas burbujas eran diferentes, eran rosas y parecían más poderosas.

Aún así las burbujas no le hicieron nada, pero parecía que la luz que despedía la marca de la muñeca de Pablo si que le molestaba, así que dejó caer a Pablo y desapareció.

La criatura que revoloteaba por toda la habitación cogió a Pablo al vuelo y lo dejó en el suelo sin ningún rasguño y esta volvió a ser envuelta en la luz amarilla y cuando esta se dispersó apareció de nuevo la criatura que abía salido del huevo de Pablo.

Todas la demás criaturas volvieron junto a sus respectivos dueños y todas fueron envueltas de nuevo por las luces de sus niños, y cuando estas se disiparon dejaron ver que ya no estaban las criaturas sino que volvían a estar los huevos de los que habían salido y que en todos sus cuellos estaban colgados los colgantes con lo que parecía una tarjeta de memoria.

Las madres que se iban despertando del shock fueron corriendo al encuentro de sus hijos e hijas y de las criaturas con las que estaban, pero cuando estuvieron delante de sus hijos e hijas vieron que las criaturas ya no estaban y que sus hijos e hijas seguían jugando tranquilamente con sus huevos como si nada de eso hubiera ocurrido, pero esta vez también tenían algo colgando del cuello, pero en ese momento las madres no le dieron importancia a un simple collar.

Pero más tarde si que se darían cuenta.

Todas la madres se miraron preguntándose mutuamente con la mirada si todo eso había ocurrido de verdad o si había sido una alucinación.

Ana- Chicas decidme porfavor que todo esto no ha sido real, que ha sido una alucinación y que yo me estoy volviendo loca.

M.josé- No se que decirte Ana, a mi también me gustaría pensar que me estoy volviendo loca y que todo esto ha sido una alucinación, pero no estoy segura.

Rosa- Chicas yo tampoco estoy segura de sí todo lo que acaba de ocurrir ha sido real o no pero ........ ¡¡¡¡¡¡MIRAD!!!!!!

Todas las madres dirigieron su mirada al ventanal y lo vieron todo destrozado y todos los pequeños cristales esparcidos por el suelo.

Ester- Vale chicas esto demuestra que lo que acaba de ocurrir no ha sido una alucinación, y yo lo siento mucho pero no me voy a quedar aquí más tiempo con mi hija Belén para que vuelva esa sombra y nos pase algo así que adiós.

Esta cogió a si hija y se fue por la puerta.

A lo que todas las madres exceptuando M.José respondieron con.

-Yo tampoco voy a arriesgarme a que vuelva.

-Ni yo, Ester tiene razón.

-Lo sentimos Ana, pero nos vamos.

Así que todas las madre, exceptuando a Ana que ya estaba en su casa y a M.José que era su vecina y que no quería dejarla sola tras lo sucedido, cogieron a su hijo o hija y se fuero corriendo de la casa cada una a la suya.

Todas al llegar a sus casas cogieron el huevo de su hijo o hija y lo tiraron, pero como siempre que lo tiraban no se sabe como, volvía a las manos de sus hijos o hijas al final optaron por esconderlos en el desván, garaje o sotano, junto al extraño collar que tenia una especie de tarjeta de memoria colgando.

Tras este "accidente" las madres fueron perdiendo el contacto y dispersandose por toda valencia exceptuando Ana y M.José que eran vecinas y se apoyaban mutuamente y como sus hijos se llevaron bien desde el primer momento pues ellas tambien se hicieron las mejores amigas.

Pero , lo que no sabia ninguna de ellas era, que por mucho que se quiera y que se intente, huyendo o escondiéndose en una cueva , nadie puede escapar del destino.

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