Eternos - Secretos del pasado [COMPLETA]

Capítulo 10

Cuando terminé de incorporarme bien, todo el mundo dio vueltas y caí de espaldas, pero a la velocidad de un rayo, mi hermano me tomó en sus brazos y me llevó a una de las sillas del restaurante. Él tenía la misma voz angelical que recordaba que tenía antes de morir, pero no estaba muerto ¿o sí?

-¿Camilo?- pregunté confundida.

-¿Hay otro? tranquila hermana, yo sé que debe ser para ti muy difícil, pero no te debes sorprender, igual tu novio es un vampiro y tu mejor amigo también- dijo arrodillándose al frente mío.

-No tengo un novio vampiro, y esto debe ser un sueño o algo por el estilo, porque yo estoy segura que tú estás muerto- dije con el poco aire que me quedaba en los pulmones.

-¿En serio, no lo has comprendido?- preguntó un poco desconcertado y yo denegué con la cabeza -Hermana, yo soy un vampiro pero como todos prefiero el término eterno- en ese instante comprendí varias cosas que eran obvias, pero no comprendí como es que podía ser un vampiro.

-¿Cómo ocurrió? ¿Quién te hizo esto? ¿Por qué no te quedaste en Franco? Yo te habría ayudado-

-Calma, tendré tiempo para responder todas las preguntas que quieras. Pero en este momento creo que tienes que regresar con tu amigo, estará preocupado por ti-

-No es tan tarde, cuéntame por favor- dije con calma.

-Estuviste horas en una silla dormida hermana, ya son las once de la noche, ve a donde tú amigo-

-¿Once?- pregunté alterándome un poco.

-Sí, al parecer el cambio de horario te sienta duro. Ve a tu cuarto, sé que estarán ahí- dijo mientras me ayudaba a levantarme de la silla. Dirigiéndome a la puerta principal del restaurante volteé para ver a mi hermano, que por cierto no lo había visto por lo que el restaurante quedó completamente a oscuras. Pero ya no estaba y en su lugar escuché que me decía:

-No le digas a tus amigos eternos que te encontraste conmigo, no te preocupes te buscaré mañana para que hablemos- finalizó y yo corrí hacia el ascensor. No podía creerlo mi hermano era un eterno al igual que mi mejor amigo y toda la familia de Bill. Esa noche fue peor que la anterior, además de haberme enterado que las promesas de Bill no valían nada, mis padres me pudieron haber mentido, ellos tal vez supieron que mi hermano era un eterno y no me lo dijeron. O tal vez te estás volviendo completa e irrevocablemente loca, pensé.

Estaba en la puerta de mi cuarto a punto de girar la perilla para abrirlo y alguien abrió del otro lado y antes de alcanzar a reconocer quien pudo haber sido, me abrazó tan fuerte que casi me deja sin respiración, y entonces me di cuenta que era Bill.

-Bill será mejor que me sueltes, me estás dejando sin respiración- dije con un hilo de voz entrecortada por la falta de aire.

-Perdóname, es que estaba un poco preocupado por ti- dijo soltándome y mientras alguien lo empujaba y lo hacía a un lado.

-¡Bonnie López! ¡¿A dónde te habías metido?! Me tenías muy preocupado- grito Iván tan fuerte que pensé que mis oídos iban a estallar.

-Cálmense los dos, no tenían porqué estar preocupados por mí, soy capaz de defenderme sola y además por si no lo recuerdan no quiero saber nada de ninguno de ustedes- dije sobresaltada, tratando de empujarlos para que se quitaran de la puerta para poder entrar a la habitación.

-Bonnie perdóname, por favor déjame explicarte- dijo Bill en un tono tierno.

-Bill ya te di una oportunidad para que fueras sincero conmigo, no pienso darte más- dije firmemente e Iván sonrió.