Nos subimos hace unas horas al avión que nos llevaría donde estuviera ella, la niña, que ahora debe tener más o menos unos diecisiete años. Un miembro de nuestra manada nos había avisado que había visto a una chica que olía raro viajando a Toronto y que se veía inofensiva, así que allí nos dirigíamos. Ya quería verla, quería saber cómo estaba, desde que la vi esa vez en el bosque no la he vuelto a ver.
-James, dentro de poco llegamos- dijo Lindsay que estaba sentada a mi lado.
-¿Estás lista para lo que nos espere allá?- pregunté distraído.
-La verdad no lo sé, solo espero que tome bien que nosotros somos licántropos- dijo tratando de sonreír -Debe ser mucho más fuerte que nosotros ¿Sabes?-
-No creo que nos haga daño- dije seguro de lo que decía.
-Tú solo la viste, no la conociste, las apariencias engañan-
-Pero ella no, era una niña pequeña, no podría hacer daño aunque quisiera- dije.
-No la defiendas, aún no la conocemos-
No todos los miembros de la manada están viajando a Toronto en este momento, sería muy sospechoso, solo hemos viajado Todd, Vera, Lindsay, Orlando, el miembro de la manada más veloz en cuatro patas, Josh y yo; nosotros somos como un equipo de exploración para ver a la niña. Si necesitamos refuerzos, vendría toda la manada en el primer avión que despegase a Toronto.
-Todos los pasajeros manténganse sentados en sus puestos, ya que vamos a aterrizar en la ciudad de nuestro destino, Toronto en este preciso momento- dijo el piloto por el altavoz.
-Creo que ha llegado el momento- dijo Lindsay, lo mismo me estaba repitiendo en mi mente desde que despejamos.
-Sí, así es-
Nos bajamos del avión y Orlando le envió un mensaje al miembro de nuestra manada para que nos avisara donde estaba, se supone que debía encontrar a la niña, antes que llegáramos y estar con ella hasta que lleguemos donde quiera que esté, y no moverse de donde están al menos que fuera una emergencia.
Vibró el celular de Orlando, él respondió algo y luego nos dijo:
-Hay que ir a un bar llamado ‘‘le métro’’-
Ya estábamos afuera del aeropuerto y Josh llegó con unas llaves en la mano.
-Arrendé un carro de siete puestos, creí que nos serviría para llegar más rápido- dijo animado.
-¡Yo manejo!- gritó Lindsay quitándole las llaves a Josh de la mano -Conozco más Toronto que tu- Josh colocó los ojos en blanco, asintió e hizo un gesto para que lo siguiéramos al carro.
Nos subimos al carro, quedamos un poco estrechos a pesar que el carro era de siete puestos. Lindsay, antes ya había visitado Toronto, nos había advertido que es una ciudad infestada de vampiros, nosotros los llamamos así aunque no les guste. Siempre ha habido una rivalidad entre nosotros porque las brujas que crearon al primer licántropo y al primer vampiro, fueron diferentes y enemigas, así que prácticamente la rivalidad está en nuestra sangre.
Lindsay aparcó el carro en una esquina.
-El bar está en la próxima cuadra- dijo Lindsay.
Nos bajamos y caminamos hasta la cuadra donde estaba el bar, ahí vi un letrero mediano alumbrado con luces de varios colores para hacerlo más llamativo, que decía ‘‘Bar le métro’’. Estaba nervioso por entrar ahí y ver a la niña que tantas veces me desveló y que la he pensado todos estos años cada noche, al recordar ese momento en que la vi por primera vez, el corazón me late a mil. No sé qué haré al conocerla.
Apenas llegué a la puerta del bar, lo único que hice fue empujarla y apenas coloqué un pie adentro, la vi, prácticamente por dentro quedé paralizado, normalmente no demostraba exteriormente lo que sentía. Era tan hermosa como la recordaba, pelo castaño oscuro le llegaba hasta la mitad de su espalda y sus ojos cafés oscuros, tan penetrantes, como los recordaba. Pero había un problema, lo presentía, lo que olfateaba en mí alrededor.
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Eternos - Secretos del pasado [COMPLETA]
VampirUna chica, su mejor amigo, y un viaje cambiaran el destino que se deparaba para la dimensión de los Eternos, y sin darse cuenta también n a la dimensión mortal. Decisiones que tendrán que tomar y secretos que descubrirán, y el problema de la joven...