Capítulo 30

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-Hola- dije a Bill cuando llegué al restaurante, él se paró y sacó la silla para que me sentara, le sonreí en gesto de agradecimiento.

-¿Cómo amaneciste, hermosa?- preguntó Bill con esa sonrisa tierna que me hacía arrepentirme de todo lo que he hecho a espaldas de él, no es que fuésemos algo, pero él creía que sí.

-Bien o aunque sea eso creo, ya sabes, por lo de la batalla de esta noche- dije tratando de crear calor con mis manos que prácticamente estaban congeladas. Él tomó mis manos y se calentaron inmediatamente -Gracias-

-La batalla de esta noche… de eso quiero hablarte- tartamudeó.

-No te preocupes, estaremos bien, todos y cada uno lucharemos con todas nuestra fuerzas, así venceremos-

-No me importa si muero, solo quiero que sepas, si es que muero, lo mucho que te…-

-No, no me importa lo que sientas por mí, me importa es lo que demostraste, por favor no me coloques en medio de una decisión o por lo menos no me empujes hacia ella en este momento, no podré con este día si me arrastras a tomar esa decisión- dije casi suplicándoselo.

-No te pido que tomes una decisión pero si quiero que sepas lo que siento por ti-

-Y sé lo que sientes, me lo has demostrado, no me lo tienes que decir con palabras ya me lo dijiste con actos-

-¿Y si no fueron suficientes los actos?-

-Entonces te lo diría y te pediría que me digas lo que sientes, pero la realidad es que lo dejaste muy claro- dije y mi voz comenzó a temblar, sabía que era la hora para aclararle el único asunto que daba vueltas en mi cabeza con respecto a los sentimientos -El único problema que veo es que no se si yo sienta lo mismo por ti- añadí evadiendo su mirada.

-¿Qué quieres decir?- preguntó y se puso muy serio, y ya me estaba acostumbrando a verlo sonriente y ahora verlo sin esa sonrisa dibujada en su cara hacía peor aun el momento para mí.

-Has demostrado todos tus sentimientos hacia mí, y son mucho más grandes que los míos hacia ti-

-Pero… creí…-

-Lo siento, Bill, en verdad no sabes cuánto, pero no creo que tengan la misma inmensidad; no estoy eligiendo, aún no, no puedo elegir con la cabeza llena de cosas sobre la batalla, pero te estoy dando a conocer lo que me he guardado y no debería haberlo hecho- dije y me paré de la silla y solo me dirigí hacia mi habitación, tenía que desahogarme, mis lágrimas ya sobrepasaban mis párpados pero no podía llorar en frente de todo el mundo, tenía que esconderme, nadie tenía porqué saber que estaba débil cuando debería estar más fuerte que nunca.

Llegué a mi cuarto con un gran nudo en la garganta y simplemente me deshice llorando, no sé cuánto tiempo estuve tapada con mi almohada, no quería ni siquiera yo ver la vergüenza que le causaba llorar este día, quería olvidarlo todo, pero entre más trataba de olvidar más lloraba.

-Tienes que estar bromeando- dijo una voz desde la ventana.

-Vete- dije entre lágrimas, ya la reconocía, la podía reconocer en cualquier lugar, la voz James.

-¿Irme cuando Wood la fuerte y la que da esperanzas a todos está llorando? Ni modo, no me perdería esta-

-Cállate, Cooper- dije enojada, no debería juzgarme en estos momentos, le tiré una almohada y como era de esperarse la esquivó.

-Debes estar muy enojada conmigo como para llamarme así- dijo acercándose a la cama.

-¿Cómo lo adivinaste?- pregunté sarcásticamente. Se sentó en el borde de la cama y yo me volteé de manera que él no me viese la cara, la debería tener roja como un tomate y los ojos brotados de tanto llorar -Vete-

Eternos - Secretos del pasado [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora