Capítulo 21

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- Hey… - susurró él. Sus respiraciones jadeantes eran lo único que podía escucharse en ese momento. – antes… quiero saber por qué estabas tan cabreada conmigo.

Ella se quedó callada. Todavía conservaba la adrenalina del momento, pero aquella pregunta le había hecho revelar su timidez. Sin embargo, debía decírselo. Debía hacerlo ahora antes de que volviera a amanecer y todo se hiciera todavía confuso.

- ¿Me quieres? – le preguntó ella en susurros.

- No estaría aquí ahora sino…

- No, Travis, ¿me quieres de verdad?

Él tragó saliva. Detestaba ser un hombre de pasado carnal. Que solo se había basado en follar a tías que no volvía a ver en toda la semana y que no le reclamaban ni siquiera un detalle por la noche que habían pasado juntos. Quizá por eso, era un completo idiota con la mujer que de verdad le importaba.

- Sí. Te quiero. Te quiero de verdad.

Sus manos habían empezado a sudar y todavía no podía deducir por qué. Era la segunda mujer que de verdad le había importado alguna vez.

- Y… ¿Qué ha pasado con lo que sentías por Megan?

Travis se quedó callado. Tenía muy claro que lo que sentía por Emily era lo suficientemente fuerte. Pero… ¿Megan? Ella describía todo su pasado. Ella describía todo lo que había hecho por la primera mujer que había amado de verdad. Megan significaba eso y mucho más.

- Terminó. Es todo. – dijo mirándola a los ojos. – somos amigos y la única persona que me interesa ahora eres tú. – Emily guardó silencio, aunque todavía tenía algunas preguntas más por hacerle, sabía que él quería seguir hablando. Y quizá era momento de hacerlo. – Me interesas Emily Prescot. Me interesas demasiado y eso me preocupa.

Emily tragó saliva…

- Sé mi novia. – le dijo él, alzando la mirada. – sé mi novia, lo necesito.

++++

Exactamente las nueve de la mañana y el sol estaba radiante. Afuera se escuchaba el claro ruido de las olas reventando y una música fuerte resonaba en todo el lugar. Era “Holy Grail” de Jay Z, uno de los cantantes favoritos de Zayn. Y este hacía ejercicio en medio de la brisa marina. Emily tenía un excelente gimnasio en las afueras de su residencia y aunque nunca le había dado un uso que valiera la pena, sabía que en algún momento aquellas máquinas le favorecerían. Y tenía mucha razón, pues dos hombres más además de Zayn, se encontraban ejercitándose en su pequeño gimnasio.

Emily pellizco a Megan.

- Auch. – se quejó ella, mirándola mal. Tenía a Elisabeth en los brazos, que miraba por las mamparas como su padre se ejercitaba.

- ¿Has visto eso? – Emily enarcó una ceja y Megan sonrío, siguiéndole el juego. – Dime que no es el paraíso.

Megan asintió con la cabeza, y aunque ahí afuera habían dos hombres que también llamaban mucho la atención, ella solo podía fijar sus ojos en Zayn. Y tampoco estaba nada mal lo que sus ojos veían. Zayn daba unos cuantos golpes al saco de arena. Lo hacía moverse de un lado para otro sin importar la fuerza que depositaba en ello. Y su semblante era tan duro. Tan tenso. Tan concentrado en lo que estaba haciendo. Las gotas de sudor caían por su frente, y él se las sobaba de vez en cuando, o mojaba su cabeza con el agua de una botella. Era impecable. Y el saco de arena seguía moviéndose. De izquierda a derecha. Y él golpeaba. Golpeaba fuerte. Centrando sus ojos marrones en el objetivo. Y sus músculos se remarcaban al hacer presión. Y abría la boca, cansado y dejando entrar algunas gotitas de sudor. Y era sexy. Y eran tan sensual verlo de esa manera. Y era tan sensual observar cómo sus tatuajes bordeaban su brazo izquierdo en un diseño espectacular. Pero… un momento… ¿tenía acaso un nuevo tatuaje?

Megan frunció el ceño. Dejó a Emily hablando con Vanessa unos minutos, mientras ella salía con Elisabeth en brazos hacia el exterior. La música se hizo todavía más fuerte en sus oídos. Caminó en dirección a Zayn y este detuvo sus golpes al verla venir.

- Hola nena. – él la cogió de la cintura, con toda la naturalidad del mundo, y la besó en los labios. Pero Megan no se quejó en lo absoluto, en cambio fue Eli quién lo hizo.

- ¡Papá está sudado! – gritó protestando y ocultándose en el cuello de Megan.

- Oh, ¿en serio? – Zayn enarcó una ceja y cogió a Elisabeth, haciendo que esta suelte a Megan a la fuerza. Eli soltó una carcajada al sentir los labios de Zayn sobre su cuello, haciéndole cosquillas y mojándola con las gotas de sudor.

- ¡No! – gritó ella, riéndose.

- ¡Zayn acabo de bañarla! – protestó Megan, sin poder evitar reírse también. Pero él no se detuvo, la llenó de risas y finalmente dejó que Elisabeth reposara sobre sus brazos, rindiéndose por completo. Tendría que tomar otro baño, definitivamente.

- Algún día harás que deje de respirar.

- Solo son cosquillas.

- Y vas a bañarla tú ¿lo sabes?

- Sí, sí. De eso yo me encargo.

Elisabeth volvió a reír al ver a Zayn poner los ojos en blanco.

- Oye… - susurró Megan, tocando su brazo izquierdo. - ¿has…

- Ah. – Zayn la detuvo. - ¿Te gusta? – le preguntó ilusionado. Sus ojos miraron los de Megan observar el último tatuaje que se había hecho en la parte superior de su brazo izquierdo. Y en él habían dos letras. La inicial del nombre de Elisabeth y la inicial del nombre de Megan. Ambas entrelazadas en un diseño de letra cursiva. A Megan se le hicieron agua los ojos.

- ¿Son nuestras…

Él asintió. Su corazón latió con fuerza al sentir a Megan colgarse de su cuello y besarlo en la boca. Definitivamente aquello le había gustado bastante y eso sumaba puntos.

- ¿Cuándo te lo has hecho?

- Hoy, muy temprano. – Zayn alzó los hombros. Todavía tenía el tatuaje bordeado de rojo por la irritación de la aguja contra su piel.

- Es precioso. – soltó Megan, sobándose la nariz.

- ¿Estás llorando?

- No, no… es que… - ella desvió la mirada, tratando de buscar las palabras. – es que es precioso. – sus últimas palabras se apagaron. Sí, estaba llorando.

- ¿Te ha gustado mucho, eh?

Ella volvió a asentir.

- Oh, nena, ven aquí. – le abrió el brazo derecho, mientras cargaba a Eli con el izquierdo, e hizo que Megan se acurrucara en su pecho – no llores ¿vale? Es solo un tatuaje. No me han infectado o algo parecido.

- No lloro por eso. - Megan lo miró mal y él sonrió. Y es que aunque el tatuaje le parecía un detalle precioso, no sabía exactamente el motivo de su llanto. ¿Por qué estaba tan sensible últimamente? – estoy bien. – le dijo levantando los hombros y volviendo a hundir su rostro en el pecho de Zayn. Y este quiso inclinarse a besarla, pero entonces alguien llegó corriendo atrás de ellos.

Emily tenía los ojos envueltos en lágrimas y tenía el móvil en la mano derecha. Alguien estaba en la otra línea.

- Megan... – le llamó Emily, haciendo que esta voltee y se separe de Zayn. Al verla en ese estado solo pudo imaginarse lo peor. Y es que exactamente eso es lo que estaba por venir. – mi madre está en el teléfono…
Megan abrió los ojos. Bajó la mirada hacia el móvil de Emily y casi al mismo tiempo los subió hacia los ojos de su mejor amiga. Se miraron. Y solo ellas podían entender lo que aquello significaba. Sin pensarlo más, Megan cogió el móvil con las manos.

- ¿Megan? Soy Alicia Prescot. – le saludó la madre de Emily. Tenía la voz apagada y al terminar de pronunciar el nombre de Megan, se había quebrado completamente. Y ahora lloraba en la otra línea, dejando pasar minutos que a Megan solo le hacían poner mucho peor.

- Sí, soy yo…

- Es tu madre. – Alicia Prescot volvió a envolverse en lágrimas. – Ella… ella acaba de fallecer.

Mafia Tentation 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora