Mientras el dilema moral se apoderaba de mi ser, él sólo se encargaba de seguir con las cosas a su favor. Estuve presente el día que la chica le dio un Si a medias, supe del par de días que pasó a su lado; así como supe de rompimiento abrupto...
Fui yo quien escuchó rock en pleno desamor para consolar, fui yo quien buscó estar para se oyente del despecho y fui yo quien creyó que dichas canciones eran para mí.
De ese evento en adelante, yo parecía más alejada de aquel señorial perdido, quedándome donde los murmullos de los ajenos me llevaban, a todos y a ningún lugar. Quería seguir en la mentira, quería seguir en este teatro del absurdo que me había creado... quería creer que podía seguir mi camino al lado de ese príncipe.
Con el paso de la obviedad lo supe, ellos habían formado ya una sociedad.Volvía de vez en cuando, sólo para ver indirectas "ella a él", "él a ella" y "él a mí"; aunque esas últimas eran para buscar dolor, siendo la chica el arma. A veces lo lograba, otras veces me causaba alegría el verlo tan feliz y hasta orgullosa de que lo no aplicado a nosotros, estuviera entre él y aquella vasalla.
Pero como en todo mecanismo de defensa, los corazones más cercanos siempre salen heridos y esta vez el suyo fue el único que se volvió a romper.
ESTÁS LEYENDO
La Sociedad A La Que No Volvimos (3° Momento)
RomanceY cómo era de esperar, las crónicas siguieron sólo que esta vez se cruzó el último límite... de repente se volvió la sociedad, el señorío al que nunca regresaré