Llegaban verdades... caían civilizaciones... todo era destruido y quemado... Mientras el príncipe sólo buscaba dar sentido a todo lo ocurrido...
Todo con el tiempo fue revelado y con ello dí una de las armas más voraces a manos de la manipulación de quien oía mis medias verdades. Con el tiempo, el teatro, las máscaras, el guión fueron destrozados por un arranque de verdad.
Mientras lidiaba con la frialdad de una allegada, las tortuosas declamaciones de quienes me vieron crecer sobre consecuencias, abandono y una bendición que nadie quiere a mis años; una idea surgía entre el montón de pensamientos arrumbados, era una idea vieja pero latente, casi parecía una insinuación de los declamadores; terminar con ello para que así me dejarán ir.
Esa idea hizo de las noches iguales para mí, llorar sola en un rincón del cuarto; sin poder acudir a mi vieja alianza, sabia que el mínimo rose de palabras me haría soltar la idea como el gatillo de un arma. No podía hacerlo, no quería ver sufrir al reino por una idea; así que me aguanté, aguanté los discursos, las reprimendas, mi desesperación, el querer contestar para lanzar todo por la borda, todo...
Pero al final no pude ganarle al tiempo, mi desesperación fue más fuerte, las declamaciones taladraban mi mente día con noche... y por primera vez contesté la llamada, buscaba sonar tan casual como de costumbre; pero el príncipe fue la primera persona que pudo leerme, la ocasión no fue excepción, supo que había algo más... Sólo me quedaba un rastro de voluntad para no decirlo y con eso, él se la llevó.
"Creo que debemos terminar con la unión" no recuerdo si esas fueron las palabras usadas pero la idea era la misma; escuché sonidos, escuché impresión y dolor, después nada... y al final surgió una calma impecable, diciéndome que estaba bien, diciéndome que había que terminar bien las cosas, que nos viéramos; acepté, era lo menos que había por hacer... colgó la llamada y me fui, en busca del reino al que ya no pertenecería.
ESTÁS LEYENDO
La Sociedad A La Que No Volvimos (3° Momento)
RomantikY cómo era de esperar, las crónicas siguieron sólo que esta vez se cruzó el último límite... de repente se volvió la sociedad, el señorío al que nunca regresaré