The Call- Harry Styles

Chapter VIII

Estaba en mi habitación meditando sobre si debía llamarle o esperar a que fuese él quien me llamase a mí. Tenía su teléfono en la palma de la mano con la esperanza de que en cualquier momento vibrara dándome a entender que alguien estaba llamando o que un nuevo mensaje había llegado. Pero nada. Hacía varios días, desde mi pelea con Kai, que no había hablado con Harry. No me atrevía.

Ni con ella. A pesar de verla caminar diariamente por los pasillos del instituto no nos habíamos dirigido ni una sola vez la palabra, y eso me dolía en lo más profundo de mi corazón. Lexi preguntaba continuamente qué era lo que sucedía entre nosotras dos, lo que me sorprendió. ¿Es qué Kai no se lo había contado? Definitivamente no y era en ese tipo de actos en los que no perdía la esperanza de que Kai me perdonase algún día. Ella, a pesar de que yo le hubiese escondido mi secreto seguía confiando en mí, por lo que no lo había contado a nadie. No obstante yo seguía sintiéndome una egoísta mentirosa.

-Marilyn, baja a desayunar o llegarás tarde al instituto.

Bajé las escaleras de dos en dos cargada con los libros y evidentemente con el móvil de Styles en el bolsillo. Había finalmente decidido que si al final del día no era él el que me llamaba yo misma lo haría. Quería terminar con eso. Olvidar todo lo que había pasado entre el estúpido de Harry y yo, y que Kai volviese a hablarme.

Agarré una tostada con queso mientras escuchaba la radio que mi madre tenía en la encimera. Era una de diseño antiguo. El color había sido un caoba claro anteriormente pero ahora parecía más un marrón cobrizo deteriorado, además de que se apreciaban los agujeros comidos por las carcomas. Era muy bonita y había pertenecido a mi abuelo, que al morir había pasado a ser de nuestra propiedad. Era de los pocos objetos que conservábamos todavía de él. Solía estar en su mesilla de noche y la encendía cuando padecía de insomnio o cuando ya había de terminar el periódico. Una voz que conocía demasiado bien, y odiaba reconocerlo, me sacó instantáneamente de mis pensamientos.

-Estamos contentos de poder volver a casa. La gira ha sido increíble pero creemos que nos merecemos un descanso.

Bufé al escuchar la voz de Harry hablando desde el otro lado del aparato. ¡Estaba en todas partes! Ni desayunar en paz me dejas, Styles.

-¿Por qué suspiras?- me preguntó mamá preparándole el desayuno a Ben, quién bajaría en cualquier momento. -Ya sé que odias a esos chicos pero escucharles no debe amargarte el día.-río ante su comentario pero al darse cuenta de mi expresión seria dejó de hacerlo. Ben entró a la cocina besó mi frente y los labios de mi madre. A pesar de ser mi padrastro tenía que reconocer que, muy dentro de mi ser, le quería. Siempre se había preocupado por mí y él me consideraba su hija de sangre. Era un hombre increíble.

-¡Es que están en todas partes!- dije malhumorada.

-¿Quién está en todas partes?- preguntó Ben totalmente ausente de nuestra conversación.

-Nadie importante papá.- contesté restándole importancia. Sí, papá. A Ben le encantaba que le llamase así y no me importaba en absoluto hacerlo. Le apreciaba hasta cierto punto, pero no por todo lo que hacía por mí, sino por lo que hacía por mi madre. Él estuvo allí junto a ella cuando mi padre faltó. Hace un tiempo mama me pidió que dejase de llamarle Ben. Si lo hacia él no se sentía parte de la familia. A pesar de que en ocasiones me salía llamarle por su nombre de pila, la mayoría de las veces intentaba llamarle papá, papi, papaíto o algún símil.

-¿Habéis pensado en pasar las vacaciones con alguien especial? Ya sabéis, ¿con Perrie, Eleanor...?-preguntó el locutor a los chicos.

-Harry marchará en busca de Doris, ¿no es cierto?-dijo alguien que supuse que era Niall.