Me levanto y consigo a Andie acostada a mi lado.
Recuerdo todo perfectamente, solo sé que mi cuerpo está tan cansado que no me quiero levantar.
Andie despierta y se me queda mirando
-Que tan grosera fui anoche?
-No fuiste tan grosera
Andie estaba enojada, por eso fue así con su novio, y se que ryan lo entendería igual.
Lo primero que viene a mi mente es Jacobo. No me gusta la idea de encontrarme a mi jefe en esa situación pero lo necesitaba.
-¿Anoche vimos a Jacobo?.- pregunte a Andie la cual estaba boca abajo en la cama.
-¿No lo recuerdas?
-No con exactitud.
-Si, quizás te ponga a cortar más vegetales por hacer que nos llevara anoche
- Yo no lo obligue a nada
Andie mira al suelo y está perdida en sus pensamientos. - Creo que estoy embarazada de Ryan.
Me quedo confundida viéndola. -¿Por que crees eso?
- Hace dos días debía bajarme, y no pasó.
- Pero, tu y ryan ¿no se cuidaron?
- No pero creí que no estaba en mis días fértiles.
- Ay por dios Andie, ¿Te guías por eso?
- ¿Me hago la prueba?
Analizo su cara de preocupación y asiento con la cabeza. No entiendo sinceramente su preocupación, ellos han estado juntos desde hace tiempo y quizás sus discusiones son temporales.
Después de una charla con Andie, se fué a la farmacia a comprar la prueba y quedaría en avisarme cualquier cosa.
Estoy caminando vía mi trabajo, mis audífonos puestos y solo pienso, lo maravilloso que es Chile, sus calles tan limpias con árboles en la orilla de las aceras con hojas color tinto, sus formas como decoran el suelo donde piso y me siento tan cómoda al caminar que hace que me sienta en casa. Ahí mismo, sentada en una banca bajo la sombra de dichos árboles medito un poco, mi mente vacía, solo siento paz.
A veces es esto lo que una persona necesita, quizás es el equilibrio que toda persona busca al emigrar del desastre de país dónde me encontraba, paz con sí misma.
Faltan aproximadamente 30 minutos para entrar a mi turno, estoy exhausta de mis labores del trabajo, limpio, pico vegetales, a veces carnes, y me siento tonta al pensar que estudié 5 años de administración para llegar a esto. Interrumpo mi meditación con la siguiente frase: "Dios, dame paciencia". Seguidamente me levanto y sigo mi camino.
Al llegar veo el lugar limpio, entro a la cocina y sí hay vegetales pero están siendo picados por alguien más.
-¿Quién eres?.- pregunto a la persona que ocupa mi lugar.
-Soy Roger, ayudante de cocina.
¿Roger? Un momento...
Mr. Amargura me despidió por lo de anoche seguramente.
No hago más que fingir una sonrisa a Roger y voy rápidamente a la oficina de Jacobo. Estoy tocando pero no abre, y toco al rededor de 6 veces o más.
- Que placer conseguirte en mi puerta, Elisa.
La voz de jacobo hace que deje de tocar y lo enfrento.
- ¿Acaso es una manera de despedirme? ¿Así hacen las cosas aquí?
-¿ De que hablas, Elisa?
- Vuelvo a mi trabajo y consigo mi sustituto.
Jacobo me aparta de su puerta, la abre y entra a su oficina. Me hace seña de que pase con él y cierro la puerta.
- Toma asiento.- Jacobo dice mientras él lo hace
- No lo haré, quiero respuestas.
Me mira directamente a los ojos y su sonrisa aparece en sus labios.
- Sígueme.- Dice finalmente.
Caminamos hasta las cajeras del restaurante y se dirige a Brenda.
- Brenda, ella es elisa, muestrale como se hace todo en la caja, ella tomará el turno de la tarde.
- ¿Y yo que turno tomaré Jacobo?.- Dice brenda con tono enojada.
- El de la mañana.
- No, Jacobo, no lo haré.
- Brenda, luego hablaremos de eso, me gustaría que enseñaras a Elisa todo esto ¿Puedes o no?
Brenda asienta y comienza a enseñarme.
Después de largas explicaciones no entiendo nada en lo absoluto, pero digo que sí, de por sí Brenda no era del todo amable, y yo no quería que me volviera a explicar así que le dije que yo atendía al siguiente cliente para aprender mejor.
Y como que el universo está a mi favor porque llega un cliente.
- Hola, ¿que desea pedir?
Tomo su orden, hago todo el proceso y el cliente se va.
- No estas siendo muy amable.- Dice Brenda. No sé con qué moral.
Solo asiento y trato de ser mas "amable" y así pasamos todo el día.
Antes de irme a mi casa, Jacobo me llama a su oficina. Estoy al frente de su puerta y estoy tan nerviosa porque estoy totalmente segura de que me hablara de lo de anoche.
Entro y ahí esta él, sentado con su camisa polo y sus pantalones perfectamente ajustados color beige, leyendo un libro ''no es cuestión de leche, si no de actitud'', lo cierra rápidamente al notarme adentro de su oficina. Sonríe.
¿Ahora qué quiere?

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¿Volamos?
Romansa"Soy Elisa Colman, y este es el inicio..." La siguiente novela es una increíble historia de amor y superación personal. Dedicada a las venezolanas que se vieron en obligación de emigrar de este maravilloso país. Espero que la disfruten, fue difícil...