OCHO

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Llevo unas semanas de cajera del Celler, y no crean que me quitaron un peso de encima, Jacobo no lo he visto, al parecer está de viaje y solo está Chris, es el socio de Jacobo, siempre viene junto con su madre, y si me lo permito, diré que es una señora insoportable, su primera impresión no fue tan mala, una señora de baja estatura, rubia igual que yo pero ojos cafe y una dentadura muy peculiar, no tan peculiar como la de Kevin pero es rara. Parecía una mujer dulce, y lo es, no crean que no es amable solamente es algo entrometida, esa señora me hace tantas preguntas que cuando cada vez que se acerca me da ansiedad.

¿Tienes novio?
¿Por qué Venezuela sigue teniendo ese presidente?
¿No has salido con nadie?
¿Te gusta el local?
¿Con quién vives?

¡SEÑORA BASTA!

Gracias a Dios últimamente estoy bendecida con una paciencia increíble.

Chris me está enseñando un poco más mis deberes y explica mejor lo de Brenda, que por cierto, no la he visto tampoco.

Jacobo es muy fácil de leer. Es el tipico chico exitoso a temprana edad, que ha formado un carácter fuerte y sabe lo que quiere, y según lo que Chris me ha contado de él, jacobo es muy bueno en negocios.

-Elisa, Jacobo es la cabeza de este lugar. -Me dice Chris al terminar de explicarme todo.

-¿Por qué me lo dices?

-Mira lo que pasó con Brenda.

-Lo sé, no sabía que podían despedirla.

-Nosotros somos sus jefes, y se le olvidó, Jacobo te trajo a caja y de alguna manera quiso que estuvieras siempre en caja, yo no quería darte toda la responsabilidad a ti, pero él si.- Dice y mira su celular, como si chequeara algo. - Solo no hagas que se arrepienta, ya?

Asiento y sonríe.

Al irse, Oliver se acerca a mi, viene sonriente como siempre.

-¿Que haces acá?.- le pregunto devolviendo la sonrisa

-La cocina es aburrida sin ti.

-Lo sé.- le digo golpeando suavemente su brazo.

Se coloca serio, preguntandome si leí lo del grupo de whatsapp, al asistir me mira "heavy" sale de su boca, nos reimos. Estuvo un largo rato ahí hablando conmigo pero mira detrás de mi y se tensa, si, sé a que se debe.

-¿Por qué el oliver no está en su puesto de trabajo?
Pregunta Jacobo Aarons detrás de mi.

-Disculpame jacobo ya me voy. - dice Oliver despidiendose de mi con la mano.

Y tu...- Continua Jacobo conmigo.

-Fue mi culpa Jacobo, yo lo distraje...

-No tengo dudas- me interrumpe.

Volteo los ojos de frustración.

Mis últimas semanas se resumen en trabajar, llegar a mi casa, dormir unas horas, levantarme volver a trabajar. Amo eso, trabajo tanto que no pienso en nada, pero por pocos minutos al día quería que Jacobo entrara y me molestara, ¿dónde habrá estado?

-Tienes algo que decirme?.-interrumpe mis pensamientos mirandome con una sonrisa de lado.

Cuando vuelvo a estar en tierra me doy cuenta que mientras pensaba lo miraba sin querer.

-Nada, señor aarons.

"¿señor Aarons?"Jacobo pregunta y comienza a reirse. - ¿Desde cuando me respetas tanto?.- se me acerca un poco.

- desde que noté que si no lo hago me echas como un perro.- volteo la cara, pero jacobo me toma de la mandibula y está tan cerca de mi que siento su respiración.

Me mira fijamente y yo a él, no me intimida para nada. -Jamás te echaría como perro. -Dice con una voz firme.

Me suelto de su agarre. "Dejame trabajar" es lo único que sale de mis temblorosos labios.

No vuelvo a mirar a Jacobo pero siento que se va a su oficina.

Fue el momento más raro que he vivido hasta ahora en este lugar. Jacobo es tan impredecible que lanza a la basura mi anterior concepto que saqué de él.

¿Volamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora