Papel [Capítulo 4]

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•Gilbert•

Habían pasado ya un par de semanas desde su última visita al café, pero aunque quisiera ir a éste, no había podido por ocupaciones mayores de la organización las cuales requerían más atención de lo normal y también más esfuerzo; consistían en atacar una serie de barcos con cargamento altamente valioso el cual su precio en el mercado negro estaba valuado en cientos de miles de dólares, además de algunos tener cargamento armamentístico que también les iba como anillo al dedo debido a que últimamente habían estado cortos de éste. Hacer estos ataques de vez en cuando, les proveía un buen sustento durante una cantidad razonable de tiempo, sin embargo atacarlos y más teniendo a toda su guardia alerta no era fácil; se ocupaba a alguien que les pasara la información de por cuáles puntos entrar, dónde y a qué hora atacar, esto claro por una considerable suma de dinero; además de planear cuidadosamente la estrategia, pues se buscaba en estos casos minimizar las bajas contrarias a lo que usaban en su gran mayoría somníferos desarrollados por el escorpión que lanzaban por todo el barco, pero eran unos cuantos minutos en los cuales se vivía el verdadero caos pues los guardias atacaban y abrían fuego sin detenerse a mirar a quién o a qué le disparaban.

Pero esto era algo que ocurría muy de vez en cuando, pues siendo participe de otro tipo de encargos como lo era el saqueo a alguna joyería o similares, solamente sentía esa pequeña pizca de adrenalina en el momento del robo, sin embargo al concluir la misión con éxito esta misma adrenalina se esfumaba abruptamente causándole una fuerte presión en el pecho.

Cosa que con el tiempo le comenzó a resultar "aburrida", pues la monotonía de sus días incluso yendo al café e intercambiando un par de palabras con John que era lo único que aún salvaba sus días de romperse; la monotonía de éstos había hecho que la chispa que se encendía en él al despertar se fuese apagando, esto sumado a que tras convertirse en un alto mando, solía estar rodeado de guardias para sus salidas y entradas, lo cual si bien era una parte del "protocolo", le resultaba molesto ya que deseaba estar solo y no sentirse como un animal que debe permanecer enjaulado con cadenas. Cosa que conseguía regularmente ordenando a sus escoltas alejarse, sin embargo sabía que también eran necesarios por lo cual no podía hacerlo siempre. Esto provocaba en Gilbert el ni siquiera querer salir, el no querer hacer nada llegando a veces a cuestionarse si esa pereza que sentía por levantarse era algo común. Sin querer se percató de la situación más que deplorable con su estado de ánimo, no tenía un "ancla", una razón para existir con un gran vacío dentro suyo e inmerso en la rutina de sus días que se reducían a despertar, obtener información y delinquir para después dormir de nuevo y así seguir su ciclo. Alguien que vivía por y para matar, robar, qué más da, al final volvía al inicio de todo y repetía esto una y otra vez.

Una noche, tras terminar un encargo, cabizbajo llegó a su habitación y suspirando de una manera bastante pesada se sentó en una silla que tenía en una esquina del cuarto. Recargando su cabeza en la pared y mirando a la nada, le vino el pensamiento de una de las conversaciones que tuvo con el Jefe Escorpión, siendo sus palabras:

"Si alguna vez te sientes perdido, cuéntale tus penas a un papel, escribe una breve historia incluso; ya te lo dije una vez pero recuerda que escribir una historia es hablar sobre cómo vive y muere una persona, eso ayudará a calmar tu mente en momentos donde sientas que tienes un pie en el vacío y otro en tierra."

Al terminar de recordar sintió un fuerte estremecimiento mientras cerraba sus ojos con fuerza para luego sacudir su cabeza. No entendía el significado de lo que quería decir respecto a la historia de alguien, sin embargo pudo captar bien el resto del mensaje; tomó aire profundamente y se acercó a su mesa que era pobremente alumbrada por una lampara de lectura.

Con todo eso en mente y esa molesta y ya recurrente presión en su pecho, se sentó frente a su escritorio y tomando su tiempo, comenzó a escribir; todo era silencioso, solamente escuchaba su respiración y el sonido del grafito manchando la hoja.

Amor Entre Mafia [Yaoi] [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora