Capítulo 9

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No, no, no, no, esa palabra se repetía Pete mentalmente. De todos los lugares, de todas las galerías de Chicago, de todas las exposiciones de arte, tenía que entrar precisamente a esa. Maldijo mentalmente a su esposa por hacerlo salir. ¡Dios! luego de tanto tiempo, lo tenía al frente y lo peor era que le estaba sonriendo. Después de lo que paso entre ellos Pete se imaginó su reencuentro, en todas las escenas que recreaba en su cabeza siempre terminaba golpeado y con un furioso Patrick alejándose, pero jamás hubiera pensado que en realidad Patrick estuviera tan tranquilo y lo peor sonriéndole.

-¿Qué no vas a decir nada?- le preguntó Patrick con una sonrisa socarrona

-H-hola ¿cómo te encuentras?- ¿En serio Pete? luego de tanto tiempo tus primeras palabras son eso-, se recriminaba mentalmente. Mientras Pete se regañaba a si mismo Patrick no pudo evitar una carcajada

-Eres tan elocuente como te recuerdo, no has cambiado nada- Esas palabras trajeron a la realidad a Pete que inmediatamente torno su expresión seria.

- En eso te equivocas- le dijo en un tono frío- ya no soy el mismo de antes- La forma en que lo dijo y la expresión que mantenía Pete decía que no mentía.

- De acuerdo, te parece si vamos a otro sitio a hablar, ya que deduzco por tu cara que no te estas divirtiendo y yo ya estoy cansado.

- No lo sé- En ese momento Pete vio por primera vez directamente a los ojos de Patrick y con tan solo contemplarlos unos instantes se respuesta llegó-  esta bien vámonos.

Dejando a su esposa en la galería, comenzó a caminar junto con aquel sujeto que invadía sus sueños. Aún no podía creer que luego de tanto estuviera al lado de Patrick. Su corazón se detuvo cuando sintió como lo tomaba de la mano, levantó el rostro y se encontró con esa hermosa sonrisa que lo enamoró, Pete no hizo nada para alejar su mano. Cambio caminaron durante un tiempo hasta que Patrick se detuvo en la puerta de un hotel.

-¿Qué hacemos aquí?- preguntó Pete. Una fuerte sensación comenzó a crecer en su pecho

- Creí que mi habitación de hotel sería un lugar tranquilo para hablar - Contestó Patrick levantando los hombros restándole importancia al asunto

-¿Por qué te hospedas en un hotel, no tenías una casa en la ciudad?

- Bueno, es que al terminar la carrera me mudé a Los Ángeles, en aquel entonces no había nada que me atara acá- Esto último lo dijo desviando la mirada y una sonrisa triste comenzaba a dibujarse en su rostro.

- Esta bien- suspiró Pete- entremos.

Luego de atravesar las puertas y subir en el ascensor hasta el piso 8, llegaron año cuarto. La habitación era amplia y dejaba ver el estilo moderno del hotel. Ambos al despojarse de sus abrigos se sentaron en el sofá que estaba en una pequeña sala en el recibidor de la  habitación, uno al lado del otro.

-Y....- comenzó a hablar Pete ¿qué a sido de tu vida?-

-Bueno como ya te lo dije me mudé a L.A con mi hijo y abrí mi estudio allí. A un coleccionista le gustaron mis pinturas y me abrió un espacio en su galería aquí en Chicago- Patrick estaba un poco frustrado. En esos años que pasó sin Pete a su lado siempre se imaginó su reencuentro totalmente diferente.

- Vaya has tenido una buena vida, yo en cambio...- De repente Pete fue interrumpido por los labios de Patrick sobre los suyos, muchas veces en su cabeza se imaginó este momento pero la realidad superaba con creces a su imaginación. El beso era lento y dulce, a través de aquel acto se estaban diciendo todo lo que no se dijeron estos últimos años.

- He esperado mucho para probar tus labios- confesó Patrick

-¿En serio?- preguntó un confundido Pete.

claro que si le dio un pequeño beso- Debo decirte esto antes de que desaparezcas de mi vida.... Yo te amo, no se cómo, no se cuando y no se por qué te metiste en mi corazón Pete y cuando me dejaste plantado aquella tarde creí morir- Para ese punto la cara de Patrick estaba empapada de lágrimas. Ante esa confesión Pete no sabía que responder, estaba feliz porque sus sentimientos eran correspondidos pero a la vez estaba asustado. Antes de salir corriendo, tomó el rostro de Patrick y comenzó a besarlo de una menera apasionado y desesperada. Llevó sus manos a la camisa de Patrick y empezó a desabotonarla siguiendo luego con zapatos, medias y pantalones. Patrick al darse cuenta que se encontraba sólo en ropa interior desvistió a Pete y entre beso y beso lo condujo a la cama. Sintiendo la cama en sus rodillas, Pete tomó a Patrick y lo recostó para así vez retirarle la última prenda que cubría su desnudez quedando absorto ante aquella imagen, Patrick desnudo era la encarnación de la perfección. Con una sonrisa en su rostro Pete se termino de desvestir, luego se acomodó encima de Patrick para capturar nuevamente sus labios.

Esa noche los dos hicieron el amor por primera vez en sus vidas.

When You Fall In Love (Peterick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora