Capítulo 21

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El tiempo cosa curiosa. En ocasiones deseas que pase a toda velocidad, pero el tiempo es caprichoso y cuando tu corazón más anhela que el tiempo avance este se hace de oídos sordos. Dos largos meses habían pasado desde que Patrick hizo maletas y se marchó de la casa en la que vivían con Pete. Desde el primer día n la casa de su padre se encerró en la habitación y no salía, estaba dolido, ni siquiera el pequeño James lograba confortarlo. Extrañaba a Pete.  Aún no había tomado una decisión, sabía que no podía postergar más lo inevitable, se levantó y ya en la ducha comenzó a rememorar todos los momentos que ha vivido junto al hombre que más amaba. Ese proceso le recordó que los momentos felices superaban con creces los momentos malos. Con una decisión salió.


Esas semanas para Pete se tornaron agridulces. Por un lado, el juzgado de familia le otorgó la custodia de Alex, ya que Michelle no lo cuidaba. Lo dejaba solo en casa hasta altas horas de la noche y el pequeño tenía que preparar sus alimentos el sólo. En una de esas ocasiones Alex prendió la estufa y puso a cocinar Macarrones con queso, pero siendo un niño se distrajo con la caricaturas de la televisión y la cocina se incendió. Afortunadamente un vecino llamó a los bomberos y estos pudieron controlar el incendio. Pete estaba en  la oficina cuando recibió la llamada y rápidamente salió para su antigua casa.


 Al llegar encontró a los camiones de bomberos afuera de su antigua casa y a una funcionaria de servicios sociales llamada Grace Princeton estaba  jugando con Alex. Luego de que Pete le explicara que Michelle era la que tenía que estar pendiente de su hijo pues a él solo le permitían verlo los fines de semana, Grace le dijo que iba a presentar la novedad al juzgado de Familia. Luego de aquel episodio un juez le revocó la custodia a Michelle por negligencia y se la otorgó a Pete. Alex ya llevaba viviendo con el aproximadamente un mes.


Era un miércoles cuando su secretaria le anunció que Patrick lo estaba esperando. Con un nudo en la garganta le dijo que lo dejara pasar, se levantó y esperó. La puerta se abrió y dejo entrever a un asustado Patrick


-Hola- lo saludó Patrick con una sombra de una sonrisa


-Hola-


-¿Estas ocupado?


-No- respondió rápidamente


-Está bien... ¿me acompañarías por un café?- preguntó con un deje de ilusión


-Claro


Salieron de la oficina y caminaban juntos sin dirigirse la palabra. La mente de Patrick trabajaba rápidamente acomodando las palabras precisas que quería decir. Pete, por su parte, estaba tan feliz de tener a su amor a su lado de nuevo que no dijo nada por creer que podría ser una mera ilusión. Sin ser cocientes de donde sus pasos los dirigían, terminaron en la cafetería en donde hablaron por primera vez.


-Vaya este lugar no ha cambiado mucho- aclamó Pete notando que el ambiente estaba un poco tenso. Buscaron una mesa y luego de ordenar un par de bebidas, Patrick habló


-Te he extrañado Pete, no sabes la falta que me has hecho- Patrick tomó la mano de Pete por sobre la mesa- Estaba muy dolido contigo y la verdad no sabía si perdonarte o no.....-


-Pat yo...- lo interrumpió Pete-


-No me interrumpas por favor- le apretó la mano Patrick-  Pero esta mañana mi mente comenzó a recordar todos los momentos que he vivido contigo y he de admitir que han sido los más felices de mi vida. Sé que te equivocaste y te arrepientes, y hasta hace poco entendí que el verdadero amor todo lo perdona. Admito que no me gusta mucho esa parte, pero si he de admitir que el amor da segundas oportunidades. Por eso, quisiera que me aceptaras de nuevo Pete, quiero envejecer junto a ti, quiero criar a nuestros hijos juntos.... Tú y yo contra el mundo- Patrick al terminar de hablar se percató de las lágrimas que surcaban su rostro.


Pete absorto por lo que le acababa de decir Patrick se levantó de la mesa llegó junto a él, le tomó el rostro y lo besó.


When You Fall In Love (Peterick)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora