Te extraño.

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—Mia —volteé —¿Por qué no estás peinada? —preguntó Brianna mirándome de arriba a bajo.

Me acomodo mejor en mi lugar y le presto atención al televisor, me llevo una galleta a la boca pero antes de que mis dientes la clavaran una mano me la arrebata.

—¡Hey!

—Vamos —me obliga a pararme. —. Yo te voy a arreglar para que te veas espectacularmente guapa. —asegura.

Clavo mis pies al suelo poniendo fuerza de mi parte para que no me lleve al cuarto, quejándome me logra meter.

—Te dije que no voy a ir y punto. —afirmé con dureza.

Ella me mira mal, al igual que yo a ella, comenzamos una guerra de miradas exasperante que al instante me doy por vencida.

Nunca lo entenderá.

Solté un suspiro. —Bien, tu ganas.

—¡Que bien!, sabía que te ibas a dar cuenta de lo mucho que nesecitas de ir. —sonríe ampliamente.

—¿Cómo de que...

—Ap, ap, ap, ve a bañarte, yo mientras voy arreglar tu vestido.

—Que yo no tengo vestido —respondí, bufé exageradamente.

—Como soy una super amiga —se elogia así misma, reí entre dientes. —. Conseguí que alguien me "prestara" un vestido. —hace comillas con sus dedos en prestara.

—Quieres decir que...

—Que tengo un vestido hermosísimo para ti. —guiña un ojo.

Toco mi frente con la palma de mi mano, sin poder creerlo. Bri me tira la toalla para que me meta a bañar, hago caso a su petición y tardo como unos veinte minutos en bañarme; cosa que fue por su apuradera.

—Siéntate. De prisa Mia, que ya es tarde. —dice, enérgicamente.

Tomo asiento en la peinadora, Brianna comienza a secar mi cabello, luego lo plancha un poco, me hace un peinado recogiendo todo el cabello pero con unos pocos mechones salidos, me da unos arietes pequeños brillantes, son muy preciosos. Me pasa un anillo con piedras incrustadas a su alrededor, un brazalete sin figuras, y por último en los accesorios una cadenita dorada con un pequeño rosario colgando.

Me levanté al estar maquillada, Bri me guía hasta la cama donde se encuentra el dichoso vestido, me sorprendo al verlo. Es demasiado precioso, sencillo, largo con cortes bajos y vinotinto.

—¿Qué te parece? —la escucho decir, con un tono cantarín.

—Es... —giro sobre mis talones en su dirección. —No puedo ir, no debo.

Me encojo de hombros, desanimada.

—Mia... —me toma de la barbilla obligándome a verla. —Si lo dices por lo que pasó hace unos meses con tu hermano y Wesley, no te preocupes. Además, tu hermano no está y él no se va a enterar. —hace un gesto con la mano cerrando mágicamente su boca y lanza la llave invisible.

Reí con desgana.

—Bueno... Pero solamente iré porque tengo curiosidad, y no me quedaré por mucho tiempo ¿de acuerdo? —Brianna asiente con ánimo, un brillo en sus ojos le delata lo contenta que está. 

Brianna me ayuda a ponerme el vestido, me busca los zapatos: unos tacones que dejan descubiertos mis dedos.

Gracias a Dios me di un cariñito en los pies.

—Guao —se lleva ambas manos a la boca, veo como sus ojos se cristalizan. —. Te ves demasiado atractiva amiga. Wesley de seguro no te va a quitar la mirada de encima.

Pasión Espontánea© +18.[《COMPLETA》]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora