El cielo se había tornado oscuro, la noche no tardó en llegar, igual cálculo que son como las siete u ocho y media. La cita no fue muy temprano así que, imagino que esa es la hora.
Wes abría la puerta de su departamento con su mano libre, mientras que la otra la posaba en la base de mi espalda. Al llegar me sorprendió mucho como era el edificio, no era como donde yo vivo, éste por fuera estaba adornado de ladrillos de colores claros y oscuros, daba un aspecto pintoresco pero moderno al mismo tiempo, sus puertas eran grandes y de metal, al entrar Wes saludó al portero que al parecer se llama Zedd, era un hombre como de treinta y tantos, el edificio no tiene ascensor así que subimos dos pisos para llegar al de Wes; el cual era el único en el piso que llegamos con dos puertas grandes de metal, es algo original. Habrá que ver por dentro. Por favor que no sea un loco, pedí e imploré al cielo.
—Pasa —su voz me saca de mis pensamientos, se hace a un lado para darme campo e introducí mi cuerpo al lugar.
Quedé sorprendida de lo grande y espacioso que era, tenía el techo muy alto, las paredes eran adecuadamente altas como para no ver hacia afuera con unos grandes ventanales sobre ellas, me llamó la atención ver que había un colchón en el suelo bien arreglado, su cocina era pequeña pero cómoda e impecable, y tenía una pared al fondo llena de una cantidad de fotos considerables sin enmarcar pegadas en ella, su escritorio estaba cerca de ahí y una variedad de pinturas estaban en el piso bien acomodadas en una columna, unos cuadros hermosos en la pared hacían juego con el lugar donde estaban, y al otro lado de la habitación o del lugar mejor dicho, estaban unos muebles sencillos pero lindos acomodados en círculo con un piano al lado.
—¿Quieres algo de tomar? —camina hacia la nevera y la registra. —¿Quieres vino? —sonríe, asiento aún viéndolo, camino un poco y dejo mi bolso de mano encima de la mesa de noche.
—Es... muy lindo este lugar —vuelvo a mirar todo con un poco de asombro. —para nada imaginé que vivieras aquí.
Se acerca con dos copas de vino en las manos, me ofrece una y se la acepto, probamos de nuestras copas al mismo tiempo, él no se inmuta en responder y se acerca aún más a mí. Tenerlo demasiado cerca, más de lo que dos extraños podrían estar me pone muy nerviosa, no sé qué hacer, no tengo tanta práctica, pero me gusta como es...
Comienza a besar mi cuello con delicadeza y un poco tímido, como si estuviera dándome tiempo de salir huyendo, pero no quiero. Mierda, se siente bien esto.
Tomé un sorbo más de la copa antes de alejarme dejándolo desconcertado y dejando la copa en la mesita de noche junto a mi bolso, él sonríe con picardía en los ojos y deja su copa junto a la mía.
Su mano pasa por mi hombro provocando que me estremeciera, un suspiro se escapa de mi boca, Wes vuelve a retomar lo que había empezado hacer antes de que lo interrumpiera, sus labios comenzaban a rozar mi piel con suavidad y delicadeza, como si estuviera grabando cada tacto en sus labios, siento como su nariz recorre mi cuello seguidas veces, la mente se me nubla y la desesperación se hace notar cuando lo sujeto de la nuca y lo presioné hacia mí, él toma mi mejilla con su mano y me obliga a mirarlo. Siento su otra mano bajar el cierre de mi vestido por mi espalda, un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir su mano en mi espalda desnuda, aunque la temperatura del ambiente era caliente aún sentía un viento frío.
Deslicé mi vestido por mi cuerpo quedando completamente en ropa interior, los ojos de Wes recorrían mi cuerpo de arriba a abajo mordiendo su labio, siento un ardor enorme en mis mejillas, imaginé lo roja que estaba, él me sonríe maliciosamente antes de pegarme más a él.
Su boca se apoderó de la mía con muchas ansias, como si nuestras bocas fueron hechas para estar juntas, jalé un poco de su cabello y soltó un gruñido por lo bajo, besa mi cuello con agresividad y anhelo y se me escapa un gemido, su mano aprieta mi nalga recorriendo de nuevo mi espalda. Me separo un poco aún con nuestros torsos unidos le desabotoné el resto de los botones de la camisa, paso directo a su pantalón aunque los nervios me ganan y mis manos torpemente fallan, Wes suelta una risita y me ayuda con su pantalón. Lo deja a un lado de mi vestido en el suelo y su camisa, me toma de las caderas y me alza amarrando mis piernas en su cintura, puedo sentir cómo su erección es notoria y seguía besando mi hombro haciendo un camino de besos hasta mi cuello para llegar a mi boca, me muevo un poco aferrándome a él por su cuello y mis uñas se clavan con mucho cuidado en su espalda.
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Pasión Espontánea© +18.[《COMPLETA》]✔
Storie d'amoreDicen que la atracción se da en el momento que uno conoce a la persona. En el caso de Mia y Wesley se dio desde que ella cruzó la puerta de aquel restaurante. Quédense a leerla, disfruten de la lectura, ámenlos, deséenlos, desesperadamente síganlos...