Parte 6-El pasado no se olvida

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Nueva York, Nueva York. Marzo de 2008

Llegué a casa sin aliento, las calles eran un auténtico caos. Las sirenas de la policía era lo único que se podía oír por encima de los gritos de la gente. Entré en casa y cerré con pestillo. Fui al salón y cerré las cortinas, al igual que en el resto de habitaciones que daban a la calle, nadie debía saber que estábamos allí.

-Hija ¿Qué haces?

-Mamá, no puedes salir a la calle-dije con rapidez

-¿Pero qué dices?

Cogí el mando de la televisión y puse las noticias. En todos los canales hablaban de lo mismo, canibalismo en las calles de Nueva York. Mi madre tomó asiento en el borde del sofá y miró con pasmo las imágenes que mostraban los informativos.

-Quédate aquí, mamá. Iré a buscar a papá, sé dónde lo han destinado hoy

-¿Estás loca? ¿Acaso no estás viendo lo mismo que yo? La gente se ha vuelto loca

-He visto cosas que no puedo explicar. No voy a dejar que papá acabe como mis compañeros. Cierra con llave cuando salga y no le abras a nadie

Salí sin dar más explicaciones y corrí hacía la comisaria que quedaba a unos 20 minutos de casa. Miré horrorizada el panorama. Había cadáveres por todas partes y muchas personas comiéndose unas a otras, esto era típico de una peli de terror. Llegué a la comisaría sin más problemas, pero delante de esta había vehículos militares y bastantes soldados apostados en las puertas.

-Déjenme pasar-dije con autoridad

-No puede pasar, están reunidos el jefe de policía y el general de defensa, James Silva

-El jefe de policía es mi padre-dije con rabia

-He dicho que no puedes

Aquel tipo me empujó con fuerza y trastabillé para acabar cayendo por las escaleras que tenía a mi espalda. Me di un fuerte golpe en el costado, pero me levanté sin miramientos. Aquel tipo no era nadie para impedirme ver a mi padre. Saqué la pistola y antes de poder quitar el seguro, medio pelotón de soldados me apuntaba con sus fusiles. No bajé el arma, pero ellos apretaron el gatillo y una ráfaga de disparos pasó por mi lado sin tocarme. Me cubrí la cabeza y me agaché para luego girar la cabeza y ver como una horda de esos monstruos se acercaba hacía nosotros.

-A la cabeza-gritó uno de los soldados

Tras aquella lluvia de balas hubo silencio. Miré el montón de cadáveres que había a pocos metros de mí y como algo grande se movía hacía nosotros. Parecía un perro, pero era más grande y corpulento. Estaba tan asustada que ni siquiera podía respirar cuando aquella cosa de piel grisácea y garras afiladas pasó por mi lado. La criatura olisqueó el aire igual que lo haría un perro de presa. Una lengua larga y afilada se deslizó por mi mejilla, fue entonces cuando un disparo lejano voló la cabeza de aquella cosa y todos sus sesos cayeron sobre mí. Era realmente asqueroso, pero era mucho mejor que morir.

-Arriba señorita

Un tipo musculoso y alto me cogió con firmeza de la muñeca y me puso en pie sin más dificultad. Era un soldado distinto a los que protegían la puerta del cuartel de la policía. Su atuendo era similar, pero llevaba una insignia en su hombro derecho, BSAA.

-Gracias por salvarme, señor

-Capitán de la BSAA, Chris Redlfield

-Sarah Hunter

-¿Tienes familia, Sarah?

-Señor, se acerca uno de los especiales-gritó uno de los soldados

El capitán Redfield se giró y yo no pude evitar mirar en su misma dirección. Lo que se acercaba a nosotros caminaba sobre cuatro patas largas y desmembradas. Sus afiladas garras crujían sobre el asfalto y su lengua, larga y afilada, se movía de un lado a otro como la de una serpiente. Lo más llamativo, si es que había algo más llamativo, era que todo su cuerpo estaba en carne viva, su piel no estaba y sus músculos podían verse a simple vista. Apenas pude decir una palabra cuando la mano de Redfield tapó mi boca y pegó mi espalda contra su pecho. ¿Qué demonios era aquella cosa? solo pude observar, todos guardaban el más sepulcral de los silencios y cuando esa cosa estaba casi encima de nosotros, pude comprobar que no tenía ojos. Hubo una lluvia de balas que lo dejó agujereado y desangrándose en el suelo mientras gritaba de dolor. La mano de Redfield me dejó libre y miré aterrada a aquella criatura.

-¿Qué demonios es eso?

-Lo llamamos "Licker beta". Es una B.O.W temible, pero cuando la conoces no es difícil acabar con ella

Miré al capitán Redfield a los ojos.

-Mi padre es el jefe de policía, Murphy Hunter

-Vuelve a casa, coge lo necesario y espera allí-me dio un pequeño objeto parecido a un reloj de bolsillo-Es una baliza, mi equipo te recogerá cuando estés lista, solo tienes que pulsar ese botón

-Señor, mi madre está a salvo en este momento. La prioridad es reunirme con mi padre y volver a casa

Pude ver una sonrisa en sus labios. Había oído hablar de la BSAA, era una organización contra el bioterrorismo, una ONG que no trabajaba para ningún gobierno, nunca me había creído esas cosas hasta que ocurrió lo de Raccoon City. Tampoco imaginé que una plaga así pudiese desatarse en esta ciudad, pero lo hizo y mi familia corría peligro.

Piers Nivans y Tú (Resident Evil) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora