Parte 12- Revelaciones

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Base BSAA EE.UU. Junio 2014

Carter dejó su equipaje sobre una mesa de la zona común mientras que Redfield ya hacía rato que se nos había perdido de vista. Dejé mi maleta en el suelo y tomé asiento. Estaba cansada del viaje y de los últimos acontecimientos. Dejé mi equipaje atrás y fui a buscar a Chris, necesitaba algunas explicaciones y no podían esperar. Atravesé varios pasillos antes de llegar a mi destino. Mi capitán estaba hablando con otro soldado, pero no tardó en dejar la conversación cuando me vio aparecer.

-Acabaremos luego esta charla-añadió Redfield mirando al chico

-Sí, señor-respondió el soldado antes de irse

De nuevo a solas. Esto empezaba a causarme cada vez más tensión. Tenía mucho que decirle, pero no sabía por dónde empezar, así que opté hacerlo por el principio.

-Tengo anticuerpos contra el virus C

Chris se llevó ambas manos las caderas, adoptando una postura recta pero relajada.

-Ya lo sé-dijo sin más-Jake no es el típico que guarda secretos

Apreté los dientes y sentí enfado porque Jake no tenía cuidado con nada, era un idiota.

-Bocazas hijo de...

-¿Rumania? ¿El disparo en tu abdomen y la transfusión de sangre? Sherry me puso al tanto cuando su hombre le dijo que trabajaríais juntos

-¿Entonces fue Sherry la que te lo contó todo?

-Sí, Muller solo dijo que tenías anticuerpos, que te vigilara o me mataría. Típico del hijo de Wesker

Me sentí idiota en aquel momento y miré a un lado, tratando de averiguar cómo salir de allí sin parecer aún más necia de lo que ya me consideraba.

-Nunca me ha preguntado por eso-añadí

-Sarah, no soy tu padre ni tu jefe. Somos amigos, compañeros. Tomaste una decisión acertada y estoy orgulloso

-He sido una idiota al no contártelo... ¿Jake dijo algo más?

-Sí, pero son cosas que no tienen importancia

Había enfrentado peligros que nadie estaría dispuestos a enfrentar, sin embargo, esto me aterraba. Eché un vistazo, no había nadie cerca y aproveché el momento.

-Chris, lo que pasó en el avión ¿qué fue?

Él parecía tan nervioso como yo ante aquellos temas, pero éramos adultos y trabajábamos juntos casi a tiempo completo. No podíamos evadir ese tema eternamente.

-No lo sé. Quizá lleves razón y pasar juntos tanto tiempo me esté haciendo actuar de forma poco correcta

-Entonces me siento algo más tranquila-añadí algo más relajada-Pero me gusta haberlo aclarado porque no quiero que esto influya en nuestro trabajo. Sabes que daría mi vida por la ti de una forma u otra

Se hizo un breve silencio antes de que Chris añadiera algo más.

-Ven conmigo

Observé como sus ojos marrones se alzaban por encima de mí, justo detrás venían soldados. Salimos de aquella enorme sala y avanzamos por una red de pasillos bien señalizados. Íbamos directos a la zona de descanso. Chris abrió una puerta numera con los dígitos "C24" y entramos. Había una litera y equipaje.

-Tenemos un trabajo que jamás nos concederá llevar la vida que quieres y entiendo que eso te afecte

-No me afecta. Tengo claro que mi vida es estar aquí y sí, me perderé otras muchas cosas, pero salvar vidas me reconforta y me ayuda a dormir por las noches-miré a mi capitán con el semblante tranquilo-Esta es exactamente la vida que quiero llevar

Chris me miró algo confuso.

-¿Y qué me dices de Nivans? He visto cómo te mira...

-Capitán, todos tenemos una debilidad y creo que Nivans está empezando a ser esa debilidad

-¿Qué quieres decir?

Me giré para apoyar mis manos sobre el borde de una mesa de escritorio.

-No lo sé, es difícil de explicar. Apenas conozco a ese chico pero siento que nos conocemos desde hace años...

-Te entiendo perfectamente. Yo también lo he sentido ¿sabes?

De nuevo lo tenía delante y no podía apartar mi vista de sus ojos. Puede que por fin, el capitán Redfield, se sincerara conmigo y me contara algo más sobre su pasado.

Tomó asiento en el borde de su cama y apoyó la espalda contra la pared. Yo me acomodé en el borde de la mesa de escritorio y me crucé de brazos para mirarlo con atención.

-Te pareces tanto a ella...-dijo casi sin voz

-¿Te refieres a Jill?

Sus ojos estaban fijos en el suelo de la habitación, es como si hablar de ella le pudiese alejar de los demás. Sentí algo de lástima por mi capitán, pero quería demostrarle que nada ni nadie podía cambiar lo que éramos.

-Chris... es duro comenzar. Al principio duele, se abren heridas que creías cerradas, pero luego te das cuenta de que tus palabras se convierten en un bálsamo que calma ese dolor poco a poco

Cuando eliges luchar contra el bioterrorismo, no piensas en tener una relación estable. Tampoco piensas en tener una familia y vivir como si el mundo no estuviese al borde de irse al infierno. Pensabas en el aquí y ahora, sin importar lo que viniese después. Aquí no había ataduras, al menos, no era lo más apropiado.

-Estábamos en la mansión de Ozwell Spencer. Jill y yo íbamos tras Wesker, el cual, llevaba en sus venas el Virus Progenitor. Ese virus le daba una fuerza y una velocidad sobre humana, el propio Wesker se consideraba un dios y mi trabajo era detenerlo. Cuando lo encontramos, Wesker había asesinado a Ozwell, así que ahora era su turno de morir-Chris suspiró mientras cerraba los ojos, rememorando en su mente aquellos hechos tan fatídicos-Las balas no le tocaban, era demasiado rápido, así que Jill y yo tratamos de detenerle usando la fuerza. Wesker me golpeó tan fuerte que me lanzó al otro lado de la sala y sacó un arma para culminar su trabajo, pero Jill lo interceptó saltando sobre él y ambos cayeron por un enorme ventanal que daba a un acantilado en las montañas Arklay. La vi morir, así que dejé de buscarla...

Y por extraño que me resultara, me puse en su piel y sentí su dolor. Me levanté del borde de la mesa y me senté a su lado para abrazarlo en silencio durante unos minutos. Apoyó su frente sobre la curva de mi hombro y pude notar su respiración lenta y entrecortada. Aquello debía ser bastante duro para él.

-Lo siento Chris-logré decir-Siento mucho por todo lo que has pasado...

Nos quedamos allí abrazados un poco más. Él parecía necesitarlo y yo estaba allí para apoyarle. Me alejé un poco y apoyé mi espalda en la pared, manteniéndome a su lado en todo momento.

-Tienes la misma aptitud que Jill. Eres fuerte y decidida, pero también proteges y cuidas a tus amigos más que a ti misma

Solo pude sonreír con algo de tristeza. No tuve tiempo de decir nada más cuando sonó mi móvil. Era Carter y llevaba buscándonos un buen rato. Le mostré la pantalla a Chris y luego atendí la llamada con el altavoz.

-Carter ¿qué ocurre?

-Teniente ¿dónde está? Quedamos en el pabellón B para la limpieza de armas. Llevo esperando aquí media hora

Miré mi reloj y me percaté de que llevaba razón.

-Voy para allá. Estaba recogiendo las llaves de las taquillas y me he topado con el capitán Redfield

Finalicé la llamada y guardé el móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón. Di un pequeño salto para bajar de la cama y extendí mi brazo para que Chris me entregara las llaves de las taquillas en las que se guardaban las armas.

-Puede que lleves razón-añadió Chris-Ahora que te lo he contado me siento mejor. Gracias

Cerré la puerta al salir. Caminé hasta el pabellón B y le entregué las llaves a Carter mientras iba preparando lo necesario para la limpieza. Este trabajo no era todo correr por callejones oscuros plagados de monstruos, siempre estaba el trabajo sucio y yo me ofrecía a todo por tal de no regresar a mi solitario piso.

Piers Nivans y Tú (Resident Evil) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora