Parte 27- Íntimo

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Base BSAA. Septiembre de 2015.

Habían solicitado permiso para el aterrizaje del avión del gobierno en la pista de la BSAA. O'Brian no iba a negar algo así, si el gobierno quería meter sus juguetes allí, a él no le importaba. El avión aterrizó sin problema y no pude evitar observar si había alguien allí, esperando ver que había dentro de aquel avión de lujo. Pude ver a Redfield junto a O'Brian a pie de pista. El día estaba nublado y llovía de forma débil pero persistente. El piloto hizo unas últimas comprobaciones antes de detener los motores y abrir la puerta que daba salida a la pista. Mi capitán llevaba el uniforme de trabajo, seguro que entrenaba a los soldados para futuras misiones. Su rostro parecía afligido y eso me partió el alma. Verlo allí, bajo la lluvia, me hizo sentir melancólica.

-Tú primero-le dije a Jake-estoy muy nerviosa y no sé cómo van a reaccionar

-Te has vuelto blanda, cariño

Jake salió del avión y pude ver el rostro decepcionado de O'Brian, quien quizá esperaba algún alto mando.

-Vaya hombre, tanto alboroto para esto-dijo O'Brian decepcionado-¿Qué hace aquí, Muller?

-Traigo un presente-Jake dijo aquello alzando sus manos al cielo y sonriendo

Chris se mostró serio, no tenía ninguna gracia aquella estupidez que mostraba el pelirrojo. Bajé justo detrás de Jake, ocultándome detrás de él. Al llegar a pie de pista y salir de detrás del pelirrojo, pude ver como los rostros del director y de Chris cambiaban por completo. Este último se quedó pálido unos segundos.

-¿Siguen decepcionados?-se burló Jake sin perder la sonrisa

-¿Sarah Hunter?-exclamó O'Brian sin salir de su asombro

Sentí una alegría incontrolable, algo inexplicable. La lluvia mojaba mi rostro. Llevaba puesta la capucha de la sudadera y una chaqueta de cuero. Hacía frío, pero solo físico, mi corazón ardía de felicidad en estos momentos. Corrí hasta Chris y salté a sus brazos para dejarme coger. Sentí su cálido abrazo mientras su rostro se hundía en mi pelo. No quería soltarlo, de eso estaba segura, pero mi deseo era ver a Piers. O'Brian observó sin saber cómo reaccionar. Mis pies volvieron a tocar el suelo mientras las manos de Chris me sujetaban por los hombros.

-Sarah...te vimos morir

-También viste morir a Jill, pero ahí está...

Los ojos de Chris fueron hasta Jake.

-Gracias por haberla traído de vuelta. No tenemos forma de agradecértelo

-Tío, no soy un mal tipo-Jake se llevó ambas manos detrás de la cabeza, adoptando una postura relajada y victoriosa-Además, por una chica como Sarah haría cualquier cosa

No quería perder más el tiempo. Mis ojos buscaban por todas partes pero no había indicios de Nivans, solo veía a soldados de a BSAA ordenando las armas y hablando dentro del hangar.

-Está en la zona de descanso, hemos tenido un entrenamiento intenso y desde lo ocurrido en ese barco... bueno, no es el mismo-explicó Redfield, ahora más serio

-Me obligó a mandar un equipo de búsqueda al barco por si encontraban tu cuerpo-añadió O'Brian- Nunca ha dejado de buscarte

-Prometo que os contaré la historia, pero antes debo verle a él

-Eh, cariño-me giré al oír la voz de Jake-Sáltate la parte en la que un tío genial te recoge en coche y te propone cometer locuras

No pude evitar mostrarle una sonrisa al pelirrojo. Entré a toda prisa en el hangar y lo atravesé a grandes zancadas. Abrí la puerta que daba a las escaleras y las subí de dos en dos hasta llegar a la planta en la que se encontraba el área de descanso. Mi respiración era acelerada y mi corazón latía con mucha fuerza. Jamás había sentido nada parecido. Respiré hondo, traté de mantener la calma y fui hasta la habitación en la que se encontraba Piers. Allí estaba, sentado en una silla de espaldas a la puerta mientras removía un café con desgana. Me acerqué sin hacer ruido y usé mis brazos para rodear su cuello y apoyar mi mejilla sobre la suya. No pareció inmutarse hasta que se percató de lo que estaba pasando allí. De Nuevo sentí su olor, jamás me cansaría de respirar el aroma de su cuello. Sus ojos me miraron sin dar crédito a lo que estaban viendo. Su taza de café de derramó al ponerse en pie y tras comprobar que no estaba soñando, me abrazó con tanta fuerza que pude sentir sus latidos en mi pecho. Aquel abrazo apenas duró un instante porque no tardó en retirarse un poco, lo justo para pasar su mano por mi mejilla y mis labios.

Piers Nivans y Tú (Resident Evil) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora