Detrás del escudo

7- ¿Quién es Falcó?

- ¡Tío Pep!

Solo abrir la puerta, ve llegar el pequeño demonio corriendo con sus piernas algo abiertas por el pañal hacia él con un juguete en la mano, mostrándoselo con una sonrisa de oreja a oreja enseñando sus dientes de leche que están empezando a salir. Se agacha, y él salta como un coala a su torso. 

- ¡Mira!

Él sonríe a la vez que con una mano coge el juguete que le ofrece sus pequeñas manos. Es un coche de la policía catalana, es de color blanco y azul marino. Con el otro brazo agarra a su sobrino y él rápidamente rodea sus pequeños brazos alrededor del cuello.

- ¡Mira que bien! ¿Un coche policía?

Lo mira des de su altura mientras él asiente la cabeza con energía.

- ¡Sí!

- ¿Quién te lo ha regalado?

- ¡Mamá! Porque que quiero ser policía y coger a los malos ¡Como tú!

Él sonríe, con una sonrisa que cualquiera que lo viera, le contagiaría. Con el niño en brazos, caminan hacia el comedor donde ve toda su familia sentada en el sofá. Y le anima.

- ¡Claro que sí! Seguro que serias muy buen policía. Pero tendrás que estudiar y hacer mucho deporte.

Entonces deja el niño en el suelo poco a poco, doblando las piernas, y cuando el niño tiene los pies al suelo, sale corriendo con el coche de juguete nuevo, haciendo pasar las pequeñas ruedas por el alrededor del sofá como si estuviera haciendo carreras por la montaña.

Realmente fue comprarse la casa para independizarse, después de varios años compartiendo piso con compañeros de trabajo, pero de repente, su familia se vino des de Girona para instalarse a su casa. Sin opción de negociar ni denegar la opción.

- ¿Cómo ha ido? Te veo cansado.

Le pregunta su madre, que tan buen punto lo ve entrar, se levanta del sofá, se dirige a la cocina americana, y un plato que estaba en la encimera lo pone directamente al microondas.

- Bien, como siempre – murmura con tono cansado.

Nadie que se encuentra del comedor insiste, saben que nunca habla de trabajo. Mucho menos en los fines de semana, que vuelve de trabajar 14 horas. Sin pasar por alto el incidente que hubo en el ayuntamiento de Barcelona, seguro que tuvo un día muy movido.

Deja la mochila en el suelo, justo al lado del sofá, como hace de costumbre.

Su hermana Blanca, que está sentada al sofá mirando el móvil, lo ve venir y le hace una mirada asesina. Clavando los ojos azules en él.

- Es mi casa, y dejaré la mochila aquí – le dice con rotundidad.

- Y tu eres un desordenado. Con la casa tan bonita que tienes y...

- Es mi casa – le corta de golpe – Y haré lo que me salga de los coj...

- ¡Eh! – Exclama su madre girándose y amenazándole con una pala de madera de cocinar – Como digáis palabrotas...

- Te lavará la boca con jabón – Continua Blanca recordando su infancia y sus peleas continuas.

- Pero vamos a ver ¿Por qué estáis todos en mi casa? – Entonces mira a su madre - ¿Tu no trabajas?

- Estoy a media jubilación, solo trabajo tres veces a la semana y a Begur me aburro.

- ¿Y tú? - Le pregunta señalando a su hermana Blanca.

- Estoy buscando trabajo a Barcelona, y mientras que buscamos un piso que nos guste a todos, te hemos tomado prestado una habitación de las cuatro que tienes.