Skylar es una adolescente que se la pasa leyendo historias de amor, muchas veces ha sido inevitable darse cuenta que comparte muchas características con las protagonistas de esas historias que tanto lee y eso la ha llevado a pensar si ella también p...
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Abro los ojos y dirijo mi mirada hacia el reloj que está en mi mesa de noche, el cual marca las seis de la mañana, otra vez no sonó la alarma y maldigo para mis adentros.
— LUCY — trato de despertarla mientras agarró mi ropa para vestirme rápidamente — LUCY maldición despierta que ya es tarde — vuelvo a decirle mientras la muevo.
— Quiero dormir — dice medio dormida
— Vamos a llegar tarde — le digo con un tono de voz más alto. En eso el peso de mis palabras le cae y se despierta sobresaltada, empieza a arreglarse de la manera más rápida posible.
Una vez que tenemos nuestras mochilas listas bajamos las escaleras y tomamos un par de paquetes de galletas para desayunar en el camino y yo tomo la nota que mi mamá dejo para leerla más tarde. Salimos corriendo de la casa y estando a menos de media cuadra de la parada veo que va pasando el camión.
— Lucy ahí va el camión ¡corre!
— Maldita sea, no me gusta correr — dice mientras corremos Por suerte una señora le hace la parada al camión y podemos subir no sin antes darle las gracias a la señora, puesto que ella no iba a tomar ese camión, es lindo saber que aún hay gente buena que te ayuda sin esperar nada a cambio.
Ya en el camión, nos sentamos y tratamos de recuperarnos de la carrera que tuvimos que dar, esa no es una buena forma de comenzar el día, pero siendo estudiantes no se puede esperar una mañana tranquila bueno ni siquiera un día es tranquilo, siempre hay que estar corriendo de un lado para otro, que se te va a pasar el camión, que hay que alcanzar al maestro para que te reciba el trabajo que vale más del 40% de calificación, que ya es hora de la clase y aun no estás en el salón por lo que no te van a dejar pasar y muchas otras situaciones en las cuales tienes que hacer uso de tu condición física. Pero bueno fuera de este tipo de situaciones ir a la escuela es genial.
Ya más tranquilas comemos las galletas que agarramos antes de salir de la casa, y leo la nota que mi mamá dejo está vez nos desea suerte en la escuela y dice que Lucy es recibida siempre que quiera. Estoy por decirle a Lucy lo que escribió mi mamá cuando vibra mi celular, lo desbloqueo y veo un mensaje de O'Brien al parecer sabré de él mucho antes de llegar a la escuela.
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