Capitulo 11.

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Ni siquiera me habia dado cuenta de que habiamos llegado a casa hasta que Zayn no paró el coche. Abrí un poco los ojos, me habia quedado dormida.

- Voy a casa de Perrie - escuché la voz de Zayn.

- Esta bien bro. Dale duro - rió entre dientes.

- Lo haré Styles. Me incorporé un poco para salir del coche.

- Hey, no te preocupes - dijo echandome hacia su hombro de nuevo. Escuché la puerta del coche abrirse, Harry salió conmigo en brazos. Me aferré más a él al sentir el frio del amanecer. Zayn nos abrió la puerta del portal y entramos.

- Puedes bajarme - dije cuando estabamos esperando al ascensor.

- No hace falta - entró en el ascensor y le dió al dos.

- ¿Por que? - pregunté.

- ¿El que?

- ¿Por que te portas así conmigo? - solté. - Digo, tan amable.

- Le prometí a tu madre que no te pasaria nada - se encogió de hombros.

- Ah - murmuré. Salimos del ascensor. Y me bajó en mi misma puerta. Me tambaleé un poco y Harry me sujetó por el codo.

- Gracias .

- ¿Quieres desayunar? - dijo abriendo la puerta de su casa.

Sonreí. - Claro, voy a ponerme comoda y voy - le sonreí. Aunque por dentro me estaba muriendo.

- Vale, te espero - entrò. Abrì la puerta de casa con cuidado de no despertar a nadie, me quite los tacones y cerré la puerta con cuidado.

Fuí a mi habitación, dejè el bolso y los tacones y fuì a la habitación de mi madre. - Mama - le susurrè. Ella abrió un ojo - Ya estoy aqui. - Ella asintió y mirò la hora. Salí de su habitación volviendo a cerrar la puerta. Ella salió y se dirigió al servicio.

Me quedé pendiente para avisarle de que iba a desayunar a casa de Harry.

Me quité el vestido y las medias, me puse una camiseta blanca ajustada, unos leggins negros y los deportes.

Escuché la puerta del cuarto de baño abrirse. Abrí la puerta de mi cuarto y llamé a mi madre.

- Mamá, ¿Puedo ir a desayunar a casa de Zayn y Harry ? - le pregunté.

- ¿Estas loca? Acuestate.

- Hemos comprado el desayuno, por eso mamá.- mentí.

- Es muy tarde, tienes que dormir.

- Lo haré después.

- Haz lo que te de la gana. - dijo enfadada y volvió a su cuarto. ¿Eso era un sí o un no? Me encogí de hombros, entré al cuarto de baño, parecía un zombi. Me lavé la cara y me desmaquillé, después me lavé los dientes. Me arreglé un poco el pelo y me eché un poco de rímel para no parecer una muerta. Antes de salir de casa cogí el móvil y las llaves. Di tres toques a la puerta de Harry. Tardó unos segundos en abrir. Una sonrisa se formó en su rostro.

- Pensé que no vendrías - dijo dejándome pasar. El también se había cambiado, llevaba unos pantalones de chándal grises y una camiseta negra.

- No dejaría pasar una invitación a desayunar. - sonreí. Ambos nos dirigimos a la cocina, un olor a chocolate inundaba la cocina. - ¿Has hecho chocolate? - dije asomándome a una cacerola.

- Si - dijo poniendo dos tazas en la encimera. Cogió la cacerola y llenó las tazas, poniéndolas en una bandeja. Después cogió dos Muffinns y también los puso en la bandeja. La cogió y lo seguí hasta el salón en silencio.

Dejó la bandeja en una mesita que había en frente del sofá, me senté a su lado, aunque separada de él, para mantener distancia. Estar cerca de Harry me ponía nerviosa. Cogí mi taza de chocolate y le di un sorbo.

- ¿Me vas a decir a que te dedicas? - pregunté.

Harry me miró - ¿No vas a dejar pasar la pregunta?

- No - dije dándole un bocado a mi Muffin.

- No te interesa - me contestó cortante bebiendo de su taza.

Lo miré con los ojos entrecerrados.- ¿Que escondes?

Harry me miró serio. -¿Por qué debería de esconder algo?

- ¿Por qué me respondes con otra pregunta - alcé una ceja.

- ¿Quieres dejar de preguntar? - dijo molesto. - Eres una puta muy molesta.

Me quedé en shock. ¿Me había llamado puta?

- Y tu eres un estúpido. No me vuelvas a faltar al respeto - me enfadé.

- Si crees que soy un estupido no sé qué estás haciendo aquí - me atacó.

- Me pregunto lo mismo - dije enfadada. Cogí las llaves y mi móvil y me levanté. Me dirigí con paso decidido a la puerta. ¿Quien se creía que era? No sé por qué pensé que él era diferente. Abrí la puerta y salí cerrándola detrás de mí.

- Será capullo - Bufé. Metí la llave de la cerradura y con sigilo entré en casa, ni siquiera me cambie cuando llegue a la cama, la abrí, me quité los zapatos y me acosté. La comodidad del colchón hizo que me quedara dormida en nada.

La puerta de mi cuarto abrirse me despertó. -Skylar levántate - dijo mi madre. Y dejó la puerta abierta. Fruncí el ceño. Miré la hora. Las 3 de la tarde. Me levanté a regañadientes y abrí la persiana. Me miré al espejo, me pasé las manos por mi rostro y recogí mi pelo en un moño mal hecho. Fui al salón.

-Tu comida esta en el horno - dijo mi madre. Cogí la comida y me senté en la mesa. Ellos acababan de comer y estaban viendo la televisión. Cuando empecé a comer mis macarrones ambos me miraron.

- ¿Qué? - dije con la boca llena

- ¿No me vas a contar nada de anoche? - sonrió pícara.

- Me lo pase muy bien - me encogí de hombros. - Los vecinos me trajeron de vuelta.

- Lo sé - dijo mi madre. - ¿Desayunaste con ellos?

- Si - mentí.

- Tardaste poco. - bebió un poco de agua.

- Estaba muy cansada. - me encogí de hombros. Estaba a punto de meterme otro macarrón en la boca cuando mi madre preguntó de nuevo - Y.... ¿No hubo besito? - una sonrisita se formó en el rostro de mi madre y Jack rió.

Alcé una ceja. - No, no hubo besito, como tú dices - moví la cabeza confusa.

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