Tras la partida de Lan WangJi, Jiang Cheng y Lan XiChen continuaron conversando sobre el tema, conviniendo ambos finalmente sobre que el objeto aquel tuviese alguna incidencia en la profetizada muerte de Wei WuXian era una posibilidad, contemplaron la idea de partir en el mismo rumbo que el segundo hermano Lan, pero tras otra reflexión consensaron que era más que probable que Wei Ying también haya barajado esa posibilidad, además de todo, sabían muy a ciencia cierta que si HanGuang-Jun no conseguía que Wei WuXian desistiera de hacer aquello, nadie lo haría. Con pesar Jiang Cheng recordó un par de ocasiones en que su mejor amigo ignoró sus argumentos sobre acciones que no debía tomar por su propio bien, pero como dice aquel adagio “es más difícil cambiar el carácter de un hombre que el curso de un río”.
Si Lan WangJi volvía con malas noticias, Jiang Cheng definitivamente iría por Wei WuXian, lo sometería y encerraría si eso era lo que se ameritaba para conservarlo a salvo, él era su preciado amigo, alguien tan valioso para él que incluso el mismo Jiang Cheng desconocía los limites a los cuales llegaría con tal de protegerlo una vez que un momento fuera crítico.
Por su parte, Lan XiChen era quien poseía los pensamientos más fríos acerca de la situación, su mentalidad poseía cualidades más sabias que lo ayudaban a obtener conclusiones más sobrias, veía el futuro como algo inevitable, pero su experiencia también le había brindado la oportunidad de presenciar como en ocasiones lo impensable llegaba a ocurrir. Lo que más deseaba dentro de si era que si existía esa posibilidad, aquella que les brindaría un futuro con mejores escenarios, no requiriera una sacrificio muy elevado.
Mientras Jiang Cheng comenzaba a sentir el cansancio de su primer viaje en espada y la fatiga de una mañana en ayuno solicitó a Lan XiChen desayunar, pero en ese preciso instante el primer jade cayó en cuenta de algo, no tuvo oportunidad de explicar, pues un discípulo interrumpió para dar un aviso.-Buenos días maestros – el joven discípulo que no tenia más de 12 años saludo con una perfecta reverencia – la señorita Zhen Mei acaba de llegar al receso de la nube para el desayuno programado con Zewu-Jun – mirando de reojo Jiang Cheng continuó – ¿solicito hacer preparativos para tres?
Tras unos segundos de asimilar lo que acaba de oír, Jiang Cheng habló.-No, serán solo dos, por favor que se prepare una ración aparte para ser servido en el estudio de Zewu-Jun.
Lan XiChen lo miró y asintió hacia el joven discípulo para secundar la orden, de inmediato este se retiró.
-Joven Maestro Jiang, no necesita ser condescendiente, podemos comer los tres juntos, luego me excusaré para que la doncella Mei se retire.
El heredero de la secta Jiang sintió por unos segundos un palpitar acentuado en su cien.
Le molestaba el hecho de que ni siquiera llevase un día lejos y él ya hubiese concertado una reunión privada con esa mujer y también le desagradaba que la llamara por su nombre de nacimiento.-Escucha… Lan Huan – Jiang Cheng se sonrojo levemente al llamarlo así, pero su actitud altiva y segura no disminuyo ni un ápice – tú desayunaras aparte, la don-ce-lla Zhen Mei vino para desayunar en compañía y así será, tomaré tu lugar.
Jiang Cheng deseó decir un montón más de frases, pero la sonrisa de Lan XiChen lo frenó, no podía ser tan evidente como para que él notara sus intenciones, ¿o sí?
Él ya deseaba tener un conversación con aquella chica, esta era una buena oportunidad, pero definitivamente no podía estar presente Lan XiChen, temía que un momento de apasionado arrebato provocara dejarse en vergüenza, pues estaría el primer hermano Lan de espectador y la joven no tardaría mucho en decir o hacer algo para incitar su mal carácter, no a propósito desde luego, pero para Jiang Cheng sería una provocación deliberada.No sabia exactamente a que culpar, pero en más de una ocasión se sorprendió a si mismo poniendo en palabras frases que guardaba en su mente.
-Está bien, recibámosla en conjunto, luego me retiraré, más tarde me disculparé con ella y si me lo permites, pasaré la tarde en tu compañía – Dijo Lan XiChen estando de acuerdo con el más joven, sosteniendo una resplandeciente mirada.
Jiang Cheng lo miró largamente, perdiéndose unos instantes en aquel rostro que lo invitaba a bajar sus defensas y a pacificar su corazón, pero prontamente dándose un bofetada mental reaccionó. Ese hombre junto a él no podía tener tanto poder sobre su persona.
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Ya no necesitamos palabras
RomanceLan Wangji dedica mucho de su tiempo a analizar a una persona en particular en su vida, pues cuando se ven involucrados en una misma situación su naturalidad se pierde, dice y hace cosas que no expresan la realidad de lo que siente, no se comprende...