Ya no necesitamos palabras

Capítulo 37.- Las inhibiciones de Lan WangJi.

Lan Wangji y Wei Wuxian habían resuelto alejarse de todo, tomar el tiempo que hiciera falta para poder dominar el poder que ahora poseían, el plan era recluirse, y crear un entrenamiento que los volviera mejores contenedores de ese poder, además claro está de conocer sus limitaciones.

Luego de la despedida del palacio Jiang y de dejar a un Jiang FengMian confundido y preocupado, emprendieron su largo camino.

Por su Parte el líder Jiang también debía lidiar con una situación. Muchos misterios que pocos conocían estaban tenían lugar alrededor de las sectas Lan y Jiang, uno de ellos era que cada líder de Jiang mantenía contacto con los sabios de Lan. Y por supuesto, FengMian no era la excepción. Él había recibido un mensaje por parte de aquellos ancianos. El que indicaba que era necesario que prontamente Jiang Cheng relevara a FengMian como líder, ya que los eventos que tomarían lugar pronto debían suceder bajo esa condición. Las expresas peticiones de los sabios no eran cuestionables, después de todo pese a todo lo que había pasado, la palabra de aquellos ancianos era sabiduría pura, solo se acataba y ya. Por lo tanto, FengMian debía hacer que el regresara y retomar su educación respecto a cómo liderar el imperio Jiang.

El viaje para Wei WuXian y Lan Wangji fue sumamente largo, pero sin contratiempos. Tardaron un día completo y parte de la noche en llegar a un sitio apropiado en el que pudiesen crear un refugio. Ocultando su identidad adquirieron todo lo necesario para una mínima comodidad y víveres y se instalaron en una suerte de cueva que mantenía naturalmente una temperatura apropiada.

Habían estado tan ocupado que solo en ese momento después de que habían hecho todo lo esencial para establecer aquel hogar temporal que se habían vuelto a mirar a la cara con un contexto apropiado para platicar. Ambos sentado en el césped contemplando el océano.

- Bien... Lan Zhan – dijo Wei WuXian ofreciendo una débil sonrisa forzada – haz todas las preguntas que quieras, contestaré todas. Sin evasivas, y eso es una promesa. – Wei WuXian quería ser sincero, porque después de todo lo que habían pasado, pudo al fin comprender como se sentía Lan Wangji cuando él tomaba decisiones sin decírselo, al menos ahora entendía que le debía explicaciones.

Al instante Lan WangJi abrió la boca con la intención de comenzar con una tanda de preguntas que casi lo ahogaban mentalmente, pero se detuvo un instante y es que racionalmente temía a varias posibles respuestas. Sin embargo, su preocupación estaba más asentada y se atrevió a dispersar sus principales dudas.

- Cual fue... el intercambio.

Primera pregunta y Wei WuXian ya se había arrepentido de lo ofrecido, pero era obvio que se lo preguntaría, así que ya estaba preparado para darle una respuesta real.

- Yo... ofrecí mis servicios de ayudante al dios del destino una vez que tomé mi vida.

Aquella había sido la forma más suave en que se le había ocurrido decírselo.

Lan WangJi lo miro con ojos gélidos y empuño su mano con gran fuerza, pues se podía observar su blanca mano más pálida de lo que era por sí.

Antes de que Lan WangJi pudiese reaccionar en acción o palabras, Wei WuXian se acercó bruscamente y tomo con una de sus manos el puño de Lan WangJi y la otra la poso en la mejilla del lado contrario.

- Te puedo jurar que entiendo lo que estas sintiendo, porque es exactamente lo que yo sentí cuando te vi tomar por tu cuenta la decisión de sacrificarte, Lan Zhan... yo te vi morir, yo sostuve tu cuerpo. Estaba desesperado por oír tu corazón, toque tu sangre con mis manos... yo... yo – Wei WuXian no pudo más con sus propias palabras y se quebró por completo, comenzó a llorar con un sentimiento absolutamente devastado, apenas podía respirar entre sus vanos intentos por consolarse a sí mismo para dejar de llorar, pero era imposible, era imposible borrar esas imágenes de su mente y el recuerdo del sentimiento tan doloroso que había experimentado.