Capítulo 40.- De regreso a YunMeng

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En los breves pasos que tomaba el llegar desde el estudio de Lan XiChen a la sala en donde aguardaba Zhen Mei y los jóvenes, el líder Lan batallaba por no mostrar a través de su rostro lo que acontecía en su cabeza, pero para su mala suerte Jiang FengMian era demasiado observador, este se abstuvo de hacer comentario alguno, pero pudo ver muy claramente la transformación que sufrió el rostro de Lan XiChen al oír que se llevaría a su hijo.

Una vez reunido Lan XiChen dio el dictamen que los Wen oyeron atónitos.

- Hemos quedado sorprendidos por su intención de buscar redención viniendo por su cuenta para entregarse, pero el líder Jiang y yo coincidimos en que este crimen no les pertenece, su pueblo ha sido subyugado para someterse a la obsesión de personas sin escrúpulos, por lo tanto, rechazamos toda intención de darles castigo.

- Pero líder Lan... todo lo que pudo haber pasado es...

- Pero no paso, señorita Qing, no sucedió y es esa nuestra realidad. – calmó de inmediato Jiang FengMian viendo que la joven parecía no aceptar lo que oía.

- Sin embargo hemos revisado su situación y ante la evidente carencia de una persona que se posicione como líder de parte de la secta Lan y Jiang enviaremos de vuelta con ustedes personas que los ayudaran y guiaran para construir una nueva jerarquía, desde luego que están en posición de declinar, después de todo es solo un ofrecimiento, en el que enviaremos a mi esposa Zhen Mei para ser un líder temporal, mientras que la matriarca Jiang y su primogénita les ayudaran a decidir las medidas a tomar con respecto a las personas que quieran continuar con los planes impuestos por Wen RuoHan.

- Yo... li-lider Lan, lo que dice... lo que dice no lo pue-puedo entender – por primera vez hablaba el joven Wen Ning.

- Es simples palabras joven Wen, les estamos ofreciendo la guía y experiencia de nuestras sectas para que la suya tome un nuevo umbo, se reinvente y surja con una mentalidad distinta, desde luego que esto implicaría que sea nuestra secta aliada.

- Es que es inconcebible... - volvía a replicar Wen Qing – nuestra secta tramó someter al mundo de la cultivación bajo un poder maligno y al momento en el que debemos recibir un castigo... ¿nos absuelven y nos envían a casa con ayuda?

- Ha torcido un poco mis palabras, pero si, en síntesis, esa es la situación – acotó lan XiChen.

Wen Qing comenzó a reír falsamente y se forma ágil quito la espada que traía en su cinto y la puso contra su cuello.

- No lo acepto, probablemente no pueda compensar nada, pero espero que al menos mi sangre redima un poco a mi pueblo.

Todos estaban estáticos la joven había sido demasiado rápida en su movimiento, tanto que ni los lideres presentes alcanzaron a reaccionar, sin embargo en cuanto el filo de la espada comenzó a hacer presión contra su cuello en un pestañeo se oyó el tintineo del metal contra el suelo. Zhen Mei que se encontraba más cerca fue capaz de golpear el mango de la espada para desestabilizarla del agarre de la joven Wen, y antes de que la muchacha tuviera otra idea para hacer justicia (según su punto de vista, Zhen Mei la redujo, dejándola de rodillas con un brazo torcido hacia atrás.

- ¡Estas demente! –le grito con algo de histeria la matriarca Lan – entiendo tu posición, te cuesta creer que existen personas tan buenas capaces de perdonar de esta manera y además de ello tenderte una mano –continuo Zhen Mei alzando aún más la voz – ¡yo sé lo que es! Entiendo perfectamente lo que se siente que te ayuden de una manera tan significativa cuando crees no merecerlo, pero aunque esto cueste de asimilar, esas personas existen, están en donde menos lo imaginas y tienes en frente de ti los claros ejemplos de ellos, tal vez no puedas comprender, pero nada explica mejor que los hechos, si no estuvieran dispuestos a perdonarte ni la cabeza de tu hermano ni la tuya estarían pegadas a sus cuerpos en este momento, ¡además de ello ibas a cometer la estupidez de quitarte la vida frente a tu hermano menor! ¡Que egoísta! ¿Sientes arrepentimiento de haber hecho algo antes? ¡pues corrígelo ahora! – Zhen Mei noto que la joven la oía con más calma y ya había dejado de forcejear, le tendió una mano y la ayudo a ponerse de pie, sin soltarla. – si quieres corregirlo, volvamos juntas a QiShan Wen y démosle una nueva oportunidad a tu pueblo, que su reputación no la defina lo que sucedió.

Ya no necesitamos palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora