"que ser terco y mi deber como heredero de Jiang nunca impidan mi felicidad", "que ser terco y mi deber como heredero de Jiang nunca impidan mi felicidad".
Jiang Cheng comenzó a repetir aquella frase en un susurro inentendible, pero solo eso hacia falta. Tal y como le había dicho Wei Wuxian, comenzó a desprender como pulsaciones pequeñas dosis de energía, pasados alrededor de dos minutos el mineral se rompió, liberando una ráfaga que azotó la habitación, un destello iluminó todo por unos segundos, como el brillo cegador al mirar directamente hacia el sol, las paredes temblaron un momento y luego todo se disipó, ambos tardaron unos instantes en reaccionar y al fin salieron de su asombro.
- Supongo que eso es todo – dijo Jiang Cheng mirando los resto del colgante quebrado en su mano.
- Así es, habría pagado por oírte fuerte y claro admitir que eres terco.
- Cállate, solo lo dije porque ese fue el deseo que pediste, debía repetirlo tal cual.
- Si por supuesto – Wei Wuxian palmeó su espalda sonriendo con burla.
Jiang Cheng estaba a punto de tirar el mineral, pero fue detenido.
- ¿No quieres conservar el colgante? – preguntó Wei Wuxian y Jiang Cheng asintió.
Wei Wuxian recibió aquellos trozos y uniendo sus manos en posición de rezo las junto a la base del collar que aun rodeaba el cuello Jiang Cheng, unos segundo más tarde este se encontrada intacto de nuevo, sólo que más ligero.
- Tienes demasiados trucos.
- Por supuesto, mis viajes fueron bastante enriquecedores.
- Es una lástima que no te dieran madurez.
Wei Wuxian ante aquello rió alegre, poder discutir con normalidad le hacía ver que aunque no se sintiera bien, Jiang Cheng estaba mejor.
- Quizás esto no remedia lo que ocurre, esto no anulará el compromiso de ZeWu-Jun, pero sea lo que pase, pienso que esto garantizará que tu seas libre de ser sincero y que tus responsabilidades no sean un obstáculo.
Jiang Cheng no podía mirar a los ojos a Wei Wuxian, sentirse tan en evidencia le avergonzaba bastante, no le había dicho nada aún pero sus reacciones lo habían delatado, no tenia cara para intentar crear una mentira, pero tampoco el valor para confesárselo a Wei Ying derechamente.
- Y ahora... -dijo Jiang Cheng dejando la frase en el aire.
- ¿Ahora qué?
- No lo sé.
- Yo si, demos nuestros saludos a los hermanos Lan y luego vayamos a beber.
- Tienes que estar bromeando, es apenas la mañana.
- ¿Y qué con eso? ¿En las mañanas el licor sabe mal?
- Eres imposible.
- Bien, desayuno para ti entonces, vamos, conozco un lugar donde conseguiremos todo.
Recibieron utensilios de aseo de un par de doncellas, se alistaron y salieron al jardín. Al llegar, se encontraron con una escena realmente difícil de asimilar. Una joven de túnica durazno realmente cerca de Lan XiChen, el primer hermano Lan quien normalmente siempre lucia un gesto dulce y amigable ahora parecía algo lúgubre y serio, la joven a su lado era realmente bella, sin curvas exuberantes, pero poseía un aspecto bastante elegante, casi como la magnificencia de Madam Yu, aquella joven sonreía encantada y no dejaba de hablar. Al notar Lan XiChen la presencia de Jiang Cheng quiso acercarse, pero la manga de su túnica fue jalada suavemente y eso lo distrajo un instante. Antes de que Lan XiChen tuviera la oportunidad de zafarse, Jiang Cheng realizó un rápido saludo uniendo sus manos y caminó veloz al portal, poseía un talismán de visita, por lo que podían salir libremente, Wei Wuxian lo imitó y caminaron rápido hasta la salida, Jiang Cheng se sentía agitado, esperaba un momento tenso con el primer hermano Lan, pero no encontrarse de lleno con una escena así, apostaría a que ella era la prometida.
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Ya no necesitamos palabras
Roman d'amourLan Wangji dedica mucho de su tiempo a analizar a una persona en particular en su vida, pues cuando se ven involucrados en una misma situación su naturalidad se pierde, dice y hace cosas que no expresan la realidad de lo que siente, no se comprende...