Capítulo 25.- Secta JiLiang

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Durante sus últimas reflexiones el tema más latente en la mente de Lan WangJi era relacionado al artefacto de Jiang que ahora era custodiado en GusuLan. Sentía un gran alivio ya que dicho objeto no se encontraba cerca de Wei Wuxian, y realmente tenía muchas sospechas acerca de él, más aún porque durante el trayecto en que lo trasladó de Yunmeng a Gusu fue atacado por un deseo apenas controlable de abrirlo, y eso nada tenía que ver con la curiosidad, era una fuerza proveniente del cofre y una vez ya en los recesos de la nube el pensamiento recurrente de acercarse a las bóvedas no cesaba y no era solo él, los guardias de Gusu también lo experimentaron y debido a ello el objeto fue aislado con paredes de hechizos en varios niveles hasta lograr bloquear aquella magia que provocaba el querer abrirlo.
Todo era demasiado exacto, los sucesos eran coincidentes y era imposible no pensar en cómo los hechos ocurrían en cadena: Wei WuXian y Lan WangJi van a Zuimei de Jingse, consiguen una visión del futuro, evalúan prevenir el suceso, la secta Jiang es atacada y todos los ojos de los cercanos a estos sucesos sin tener un claro por qué, apuntan como detonante a aquel cofre, todos tenían una sospecha acerca de este objeto, no podía ser que el instinto de los mejores cultivadores de esa generación estuvieran tan equivocados.
Desde el primer día en que Lan WangJi retornó a Gusu comenzó una rutina con un propósito especifico. Con autorización de Lan XiChen empezó a desempolvar y descifrar antiguos textos de cultivación, tan antiquísimos que algunos parecían incluso estar en dialectos desconocidos, por lo que aun siendo HanGuang-jun quien los estuviera traduciendo, resultaba una tarea difícil de hacer. Cada día tomaba textos diferentes y emprendía viajes fuera de GusuLan, en terrenos alejados de donde pudiese haber gente que resultase herida, Estudiaba, practicaba hasta llevar su cuerpo a los límites, después de todo aquella sección a la que nunca tuvo acceso antes en la biblioteca de su secta prometía ser útil en el futuro.

Lan WangJi tenía en su cabeza una baraja de posibilidades, quería tener confianza en que los sabios de Lan tuvieran las respuestas sobre el misterioso objeto, pues tenía un mal presentimiento sobre él, el cual le decía que si aquella cosa que se albergaba ahí volvía a ser expuesta podría estallar precisamente aquel suceso que trataban de evitar, aun quedaba la carta de llevarlo a la secta en donde sería estudiado y por conversaciones con Wei Ying, sabía que tenían una idea de lo que era.
Todo era un caos, porque ahora además la incertidumbre aumentaba. Si era ese cofre lo que provocaría la muerte de Wei WuXian y ahora Lan WangJi había quitado esa opción de la ecuación, ¿Qué sería ahora? ¿qué es lo que provocaría aquel lamentable suceso?
Lan Wangji más que otra cosa deseaba que llegara pronto el momento en que pasaran ciertos hechos que estaban por venir, más específicamente la titulación de Lan XiChen como líder, averiguar si los sabios de Lan podrían resolver lo que este objeto significaba y que hacer con el o en su defecto llevarlo a la secta que lo analizaría para finalmente poder ir por Wei WuXian y poder tenerlo bajo sus protectores ojos haciendo lo imposible por evitar la profetización. Aun no terminaba de buscar opciones, y nunca terminaría de investigar sobre posibles salidas.
Debido a  que el segundo hermano Lan se esmeraba en adquirir conocimiento de cultivación ancestral, a pesar de haber recibido las cartas de Wei Wuxian, eligió no responderlas, comunicarse con él acentuarían más su deseo de ir a su lado y era algo que por el momento no podía hacer.  No podía alejarse demasiado de Gusu producto de ser responsable del artefacto y no quería que Wei WuXian estuviera cerca de lo que él consideraba peligroso.

La ceremonia se realizaría pronto, nunca estuvo de acuerdo con las decisiones de su hermano, sus primeros tratos con la doncella Mei fueron bastante malos, pero finalmente Lan Wangji comprendió que Lan XiChen no veía aquello como un sacrificio, y a pesar de no saber que era exactamente lo que pasaba por su cabeza escogió confiar en la resolución de su hermano mayor.

Durante las dos semana transcurridas, Lan WangJi realizaba sus actividades únicamente bajo el conocimiento de Lan XiChen, pero no era el único que se esforzaba tan incansablemente. Zhen Mei y Jiang Cheng eran la imagen de superación, entrenaban tan arduamente que pronto ni siquiera necesitarían un maestro y solo haría falta que se dedicaran a aumentar su poder de cultivación, pues las bases de la manipulación de la energía ya las tenían, pero todo era atribuible a que no podía existir mejor maestro que Lan XiChen.

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