Narra Jimin
Me encontraba sentado frente a mi ventana nuevamente, bordando un conejito en un pañuelo que luego le regalaría a Jungkook. Ya pronto serian dos meses en los cuales el se escabulle por mi ventana y me hace compañía cada noche, noches llenas de abrazos, caricias inocentes y palabras llenas de cariño.
Nuestra situación no podía recordarme menos que a la famosa novela deShakespeare. Romeo y Julieta. Porque, literalmente, nos conocimos a través de la ventana y nos enamoramos a primera vista. También cabe resaltar nuestros problemas a causa de mi incapacidad de salir de mi cautiverio, todo gracias a mi tutor, el Señor James. El Alcalde de este lugar.
Jimin: tu eres mi Romeo y yo soy tu Julieta- susurré para mis adentros. Esperando que nuestro final no fuera igual al de ellos dos.
Derrepente mi puerta comenzó a sonar, con una suave afirmación al entrar, por la puerta avanzó la persona causante de mi sufrimiento.
Jimin: buenas tardes Señor James. Que lo trae a mi habitación un día como este?- pregunte mirándolo
El señor James era un hombre maduro, rondaba los 49 o 50 años de vida. Su cabello negro contrastaba con el poco canoso que comenzaba a aparecer debido a la ya avanzada edad, era alto y bien parecido, pero las arrugas en su rostro cada día se hacían mas apreciables. Además de ser un hombre arrogante, déspota y poco caritativo con la gente a su alrededor. Tan diferente a Jungkook
James: es que acaso no puedo visitar a mi querido y hermoso pupilo?- pregunto con un tono de voz extraño, cosa que me alarmó- debo decirte Jimin querido, que cada día te vez mas hermoso e hipnotizante- pronuncio con voz tranquila- ya pronto cumplirás tu mayoría de edad, no es así?- pregunto acercándose
Jimin: si... así es, señor- respondí alejándome instintivamente de su acercamiento- señor, que quiere decir con todo esto, a que en realidad viene su visita?- me atreví a preguntar con un nudo en la garganta
James: seré directo Jimin. Quiero que te cases conmigo- sentencio directamente. Provocandome nauseas al instante.
Jimin: señor! Como puede pedirme semejante cosa? Usted ha sido como un padre para mi durante 19 años. No puedo casarme con usted- intente rechazarlo cortésmente, pero el parecía decidido.
James: debo confesar jimin, que jamas te vi como mi hijo. Siempre te he visto como un hombre- confeso con cara seria
Jimin: lo lamento señor James, pero no acepto esto. No me casare con usted- negué firmemente su ofrecimiento
James: y entonces que? Permanecerás puro toda tu vida? Esperaras hasta que mueras y nunca puedas salir de esta habitación!? Porque te advierto algo cariño. Aun cuando yo muera, tu permanecerás en esta habitación el resto de tu vida sin alguien quien te ame, porque el mundo es mentiroso y ruin, nadie te amare de verdad, nadie te querrá de verdad, solo buscaran quitarte la inocencia que irradias a través del sexo y te botarán como si de un juguete se tratase- escupió con sorna y maldad
Jimin: pero que cosas tan repugnantes dice!- grite mientras tapaba mis oídos, las lágrimas comenzaron a inundar mis ojos y no pude evitar dudar de lo dicho por Jungkook. Pero no! El no sería capas de eso
James: yo solo digo la verdad, o aceptas casete conmigo o me asegurarse de que te pudras en una habitación fría y solitaria el resto de tu vida!- grito mientras cerraba con fuerza la puerta.
Las lágrimas no se contuvieron y salieron sin permiso de mis ojos, caí de rodillas en el suelo mientras me apoyaba en el marco de la ventana a llorar por mi desgraciada vida. El no pararía hasta que aceptase casarme con el... Y si llegara a enterarse de Jungkook, el correría demasiado peligro.
Jimin: debemos escapar cuanto antes...- susurro mientras miraba directamente a la puerta, era un sentimiento nuevo, algo que volcaba mi estomago y me provocaba ansiedad y nauseas, ese sentimiento era horrible. Sentía ira.
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"El chico de la ventana" (Kookmin)
FanfictionJungkook es un marinero que acaba de desembarcar en Londres después de cinco años viajando por todo el mundo. Tras llegar a tierra y recorrer las calles de Londres encuentra la mas grande maravilla del mundo a su pensar. Un hermoso chico tras la ve...