Diecisiete

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Taehyung entró a la habitación mucho más despacio que la vez, solo le dediqué una sonrisa, agachada junto al armario, aplastando ropa doblada contra un cajón ya lleno. Él cerró la puerta a su espalda, caminando hacia la cama, sentándose en el filo.

— Ya voy – susurré, antes de que él dijera nada, levantándome para ir hacia la mesa y terminar de ordenar el escritorio. A través del espejo vi como suspiraba, con los pies colgados de la cama, mirando la habitación.

— Namgi.

— Un momento, me acurrucaré contigo en cuanto termine de ordenar el escritorio, es lo último que me queda.

— No es eso.

— Mi madre ya me ha dicho que recoja la habitación tres veces, si tiene que haber una cuarta me castigará sin salir —bufé, aunque sabía que tenía razón y a la habitación le hacía falta—. Y quiero... no, necesito ir a la Batalla de Gallos de dentro de dos semanas. — Namjoon, Hoseok y Yoongi participarían, aun no habían confesado si lo harían por separado o juntos pero no iba a perdérmelo por nada del mundo, como tampoco iba a perderme a Zico, Mino o Yongguk...—. ¿Te he dicho que Namjoon ya tiene las entradas? Ha llegado con ellas esta mañana, luego por la noche las repartirá, bueno yo ya tengo la mía, le dije que nos íbamos a ver y que me diera la tuya, pero dice que hasta que no haya pasta no hay entrada.

Taehyung no hizo ningún sonido así que alcé los ojos al espejo para asegurarme de que no se había distraído con algo de la habitación y me estaba escuchando. Lo estaba, al menos estaba mirando mi espalda fijamente.

— Vamos a romper.

Un pitido agudo me atravesó los oídos.

Todo se paró durante unos segundos. Durante los segundos que yo repasaba cada letra de la frase en mi cabeza. Los labios de Taehyung temblaron y eso fue lo que hizo que volvieran a girar las manecillas del reloj.

— ¿Qué? – pregunté, como si su frase no hubiera tenido sentido.

No llegué a tocar el montón de clip que iba a meter en el lapicero, me giré por completo hacia él, parpadeando. Taehyung estaba totalmente recto, sentado en la cama, con la espalda tensa y las manos en su regazo, retorciéndose los dedos mientras su rodilla izquierda subía y bajaba con rapidez.

— V-vamos a romper – repitió.

— ¿Estás de broma?

— No.

Se me hizo un nudo extraño en el estómago, con el corazón latiéndome en la cabeza. Miré hacia todos lados, sintiéndolo completamente sin sentido. Pero ¿qué estaba diciendo? Taehyung tragó saliva con dificultad, las manos le temblaban y yo no entendía nada. Absolutamente nada.

— ¿Por qué?

— P-porque sí. — Me dolía la barriga de pronto.

— Taehyung, no entiendo a qué viene esto.

— Necesito un tiempo.

— ¿Por qué?

— Porque sí.

— ¿Ahora? ¿Así? — Tan de repente—. Taehyung.

— Sí.

— Pero... — Corté la frase para tomar una bocanada de aire—. Taehyung creo que no me...

Él no dijo nada más y me encogí sobre mí misma junto al escritorio, sintiendo que mi voz se sentiría ridícula si seguía hablando. Me quedé quieta, mirándole desde ahí, sentado en la cama, con los ojos clavados en el suelo y la boca curvada hacia abajo. Las manos estaban apretadas contra las rodillas y yo no entendía como alguien podía venir de repente y cortar sin más contigo, sin... no sé, es que no entendía nada.

Hana, dul, set - Kim Taehyung, Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora