Dieciocho

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Me mordía las uñas mientras Jungkook se fumaba un cigarrillo. Las clases se habían acabado pero, por imposible que pareciera, a mí aun no me apetecía irme a casa. Así que me había sentado contra las vallas que rodeaban el colegio, entre un montón de arbustos, mirando a las chicas del equipo de vóleibol practicar porque Jungkook había insistido en quedarse conmigo y a él le gustaban más estas vistas que las de la ventana de la sala de profesores.

Lógico.

Chicas corriendo de un lado a otro y haciendo una de las cosas favoritas de Jeon Jungkook, el deporte. De reojo vi como el humo se escapaba de sus labios y se elevaba, disolviéndose y yo me dejé las uñas en paz, porque había estado mucho tiempo buscando dejarlas largas como para que ahora en cinco minutos lo estropeara todo.

Tenía una de las piernas estiradas, balanceando el pie de un lado a otro mientras veía el balón caerse al suelo una y otra vez y a la capitana del equipo frustrarse porque las nuevas integrantes no tenían ni puta idea de vóleibol. ¿Y si me apuntaba yo a algo de eso? Ya corría tres veces por semana con Jungkook, quizás atletismo.

Hoy, el entrenador no estaba con ellas, quién sabe por qué, y suponía que esa era la razón por la que la capitana estuviera siendo un ogro con sus compañeras. Me estaban dando ganas de darle un puñetazo. Si volvía a gritarle a las nuevas se lo daría. Solo estaba consiguiendo que se pusieran más nerviosas y todo les saliera peor.

Por favor que gritara...

Y lo hizo. Jungkook se rió un poco al verlo porque las chicas histéricas siempre le habían resultado divertidas y me recorrió una sensación cálida en el pecho en adelanto a lo que iba a hacer. Me levanté despacio, sacudiendo la parte trasera de mi falda mientras empezaba a caminar hacia ellas, saliendo de entre los arbustos hacia el campo.

Jungkook dejó de reírse inmediatamente, inclinándose hacia delante.

— ¿A dónde vas?

No le contesté. Estaba enfadada, muy enfadada. No con la capitana del equipo porque ella y lo que hiciera me daba igual, pero tenía que desahogarme con alguien, y ella parecía un buen objetivo.

Estaba enfadada con Taehyung por romper conmigo, estaba enfadada con Yoongi por gustarme, por salir con esa chica después de enrollarse conmigo y por mirarme de la forma en la que lo hacía. Y estaba enfadada con todos mis amigos, por haber pensado que sería yo la que haría daño y por sentir lástima de mí ahora.

Tenía que arrastrar de los pelos a esa loca.

La capitana dejó de gritar cuando me vio entrar en el campo y todas se giraron para mirarme. Avancé sin decir nada hasta que quedé frente a ellas.

— ¿Cuándo te nombran capitana del equipo te dan acreditación de gilipollas también? —solté, frunciendo ligeramente el ceño. Todas se quedaron congeladas y yo me di una palmadita en la espalda a mí misma por la frase. Casi pude escuchar como Jungkook se levantaba de golpe y corría en mi dirección.

— ¿Quién mierda eres tú? —bufó, mirándome con los ojos de par en par y la boca entreabierta. No parecía tener ganas de aguantarme. Mejor.

— Nadie. Solo no entiendo por qué tienes que gritarle como una auténtica loca a unas chicas que están aprendiendo y que no están obligadas a estar aquí. Vas a hacer que abandonen, y este equipo de vóleibol ya da bastante pena con el número de jugadores que tiene, imagínate si hay menos.

Congeladas de nuevo y yo sintiéndome extrañamente mejor por soltar todo lo que me diera en gana. Jungkook llegó a mi lado y me mordí la lengua para no decirle que se quitara de en medio. Las chicas lo miraron durante algunos segundos, pero después volvieron a mí.

Hana, dul, set - Kim Taehyung, Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora