Once

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Me dolía un montón la cabeza, como si me la estuvieran taladrando. Si me incorporaba y me mantenía sentada casi desaparecía, pero eran las una y media de la mañana, y quería quedarme durmiendo de una maldita vez. Suponía que me dolía porque había estado llorando por Min Yoongi, y suponía que me dolía también por culpa de Kim Taehyung.

— Te odio, Min Yoongi. —mentí, en voz baja.

Había tenido el móvil entre los dedos desde que Taehyung me dejó en casa, replanteándome una y otra vez si llamarlo para pedirle una explicación o no. No lo había hecho, por supuesto, porque suponía que no había nada que explicar, porque a lo mejor estaba con ella, e iba a morirme si sabía que estaban juntos a las una y media de la mañana.

No había nada que explicar en realidad, Yoongi era libre de hacer lo que le diera la gana. En realidad, solo habían sido dos... momentos, dos momentos de besos, no habíamos hablado, no habíamos llegado más lejos y... ya está, no podía recriminarle nada, suponía.

Las personas se besan continuamente y no se van a llorar a piscinas vacías cuando se enteran de que la otra persona tiene alguien más. Las personas no están perdidamente enamoradas como yo.

Si lo tuviera delante lo estrangularía.

El móvil tembló entre mis manos y parpadeé, bajando la mirada hacia él, iluminando toda la habitación y cegándome por unos segundos.

Era Taehyung.

¿Por qué estaba despierto a estas horas?

Tragué saliva, mordiéndome el labio inferior después de apretarme el móvil contra el pecho y dejar la mirada fija en el techo. ¿Por qué le gustaba a Taehyung? Si era un desastre y llevaba enamorada de Yoongi más de un año, ¿por qué yo?

     Taebear (1)

¿Podemos vernos mañana?
01:36

***

Me balanceé de un lado a otro, mirando hacia mis pies, observando como el final de la tela fina del pantalón de pernera ancha se movía de un lado a otro, chocando con mi tobillo antes de ir al otro lado.

Me encantaban estos pantalones.

Se escucharon unos pasos al frente y levanté la cabeza, sacando las manos de los bolsillos de la chaqueta vaquera al ver a Taehyung en mitad de la calle, caminando hacia aquí. Iba muy guapo con aquella sudadera azul y esos vaqueros claros, pero a él cualquier cosa le sentaba bien, nadie podía negar eso.

Me puse de puntillas durante unos segundos mientras esperaba a que terminara de cruzar la calle. Estaba serio mientras avanzaba en mi dirección, con las comisuras rectas y el ceño casi fruncido, cubierto por el flequillo claro. Y se me pasó por la cabeza que quizás algo iba mal, que quizás ya se había arrepentido de lo de ayer. Dejé que los hombros se me hundieran, porque suponía que si venía y rompía conmigo ahora lo llevaría con entereza, podríamos hacer como si nada de lo de ayer hubiera pasado, y yo podría seguir llorando por Yoongi sin sentirme culpable.

Suponía que era lo mejor.

— Hey —saludé, cuando ya estuvo más cerca, levantando una de las manos, totalmente preparada para sus palabras.

Taehyung tensó las mejillas, asintiendo mientras continuaba caminando hacia mí. Solo se detuvo cuando estuvo tan cerca que la punta de sus pies rozó los míos, iba a alejarme un poco, pero sus manos se apoyaron en mis mejillas, sujetándome, dejándome quieta, con las manos a medio camino para apoyarse en sus brazos y con los ojos abiertos, Y se inclinó, apretando sus labios contra los míos.

Hana, dul, set - Kim Taehyung, Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora