III

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Ya era raro que después de dos semanas y media no se me hiciera tarde. La alarma sonó pero la oí muy lejos. Al parecer era la tercera vez que la posponía, ya que cuando me levante eran 6:30 y debía haber salido a esa hora. Maldición, ¿Dónde esta mi otro zapato? ¿por qué no soy más ordenado?

- ¡Ay, Victor! De nuevo tarde.

- Ya se mamá, ya voy- Tomo mi desayuno, me despido de mamá y corro para tomar el bus de las 6:40.

Si me imaginaran tendrían una imagen muy cómica en este momento. Mi camisa no esta dentro de mis pantalones, mi suéter guinda esta de lado, mi cabello brincotea porque no lo he peinado bien y la gélida brisa seguramente me ha puesto la nariz roja, creo que una de las agujetas de mis vans se ha salido, sin contar que mi mochila pega una y otra vez con mi espalda. Cuando por fin llego a la parada.

—Si, genial, ahí viene.— Según esto llegaré con diez minutos de retraso, excepto que me pase algo peor, igual que siempre.

Intento acomodarme un poco el cabello y tambien la camisa. A veces creo que por eso se fue Talia, porque soy un desastre y ella no se enamoro de cada parte de mi, sino solo de lo que aparento. No de la forma en la podría observarme y le gustara la forma en que sonreía de la nada, como miraba mi alrededor, las bromas o tonterías que digo. Y yo no soy solo "un chico guapo" que es lo que dicen mayormente cuando le pregunto alguna chica el porqué le gusto. Quiero que llegue alguien que se enamore de mi más allá de lo superficial; que le guste la forma en que como o hablo, si llego a estar ebrio frente de ella, cuando canto y bailo sin control alguno. Creo que lo merezco.

Agh, detesto cuando me pongo sentimental, parezco un bobo. Bueno... soy un bobo. Pero ya basta de tanta basura mental, debo irme alistando para correr de nuevo a la escuela. Pido la parada, pago y a correr de nuevo. Muestro mi credencial para entrar y corro hacía mi salón. Esta algo lejos.

Toco la puerta y la profesora abre.

— Adelante, pero con falta— Asiento. Creo que ya me se esas palabras de memoria no es necesario que las repita. Busco lugar a un lado de Tom pero esta sentada Ariane... Hay un lugar a un lado de Alex.

— ¿Puedo sentarme?

— Claro, aun no llega Doly. De nuevo tarde— Me causa gracia, es algo como lo que dice Tom cada vez que llego tarde.

— Gracias.

Saco mi libreta y comienzo a tomar notas. Unos cuantos minutos después llega Doly con cara de pocos amigos. Su cabello esta esponjado, su nariz también esta roja. Busca un lugar, pero yo estoy en el suyo así que se sienta enfrente, también saca sus cosas y comienza a anotar. Creo que me agradan estos chicos, sobre todo Doly y Alex, ambos son amigables, sin contar que Alex me hace la plática sin necesidad de que yo le hable.

¤¤¤

— Vic, vamos por algo de comer— Llega Tom y caminamos hacia la cafetería.

— Traje desayuno, pero vamos.

— Vic. Por favor, tu comes más que solo tu desayuno.

—Cierto— Rio. Es verdad, como demasiado. Pero me ayuda el hecho de que juegue americano, ahí se van todas mis calorías ganadas. —Oh, no, tengo entrenamiento, es miércoles y no traje mis cosas, carajo.— Me digo mentalmente.

— Tom ¿traes auto?

— No, ¿por qué?

— No traje mis cosas para americano y tengo que ir a casa en menos de diez minutos y eso solo es posible en auto particular.

Querer a ciegas (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora