VII

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¿Fiesta fallida? Me di la oportunidad de asistir a la fiesta de Alex, y digo la oportunidad porque los nervios me pasaban. Tome una camisa azul, unos vaqueros y mis vans, para dirigirme a casa del cumpleañero.

Decidí tomar el bus porque realmente no quería que mis padres cuestionaran todo el camino de con quien iría.

Al llegar, camine siguiendo a Google Maps y la dirección que mando Alex. Tenía miedo de perderme, pero afortunadamente eso no paso, es la primera vez que voy solo. Llegue a la casa, y toque el timbre. Me recibió uno de los gemelos.

Jacob se encuentra en la barra sirviendo jugo. Creería que es alcohol pero no he visto ninguna botella. Aunque hay algo que me hace creer lo contrario...

Alex bailando, moviendo los brazos de Doly de un lado para otro, parece una marioneta.

- Basta, Alex. Yo se bailar mejor que tú.

- Entonces muevete.

- No tengo ganas- Al terminar su frase le da una vuelta y queda de frente a mi dirección.

- Ey, Victor, que bueno que has venido- Me saluda y se acerca con ella aun acorralada en sus brazos. Sigo sin creer que ni han visto ser pareja como posibilidad.

- Hola, Alex. Feliz cumpleaños... Te traje algo, espero que te guste- Le entrego el regalo que llevo en mis manos, es una camisa, la compre chica pues Alex es más delgado que yo.

- Gracias, no te hubieras molestado- Me abraza, y recibe el obsequio.

Saludo a los demás, de alguna forma van más arreglados de lo usual. Doly lleva un vestido de mezclilla, medias negras y una botas mineras negras. Se ve guapa, no entiendo porque su novio la ha dejado.

- Y ¿solo seremos nosotros?

- Sí, con los gemelos nos sobra desastre. Mis padres llegarán más tarde y traerán pastel. Por ahora podemos disfrutar de ese bebé- Señala hacia la puerta corrediza que da al jardín. Hay un gran inflable, un gran y fabuloso inflable.
》 ¿Vamos?

No lo dudo ni un segundo. En cuanto estamos afuera y los demás comienzan a quitar sus zapatos, yo imitó el gesto a la misma velocidad, la única que va lenta y desganada es Doly, entiendo su estado, yo no quise salir de mi habitación cuando paso lo de Talia. Solo Tom fue a mi rescate, era el único que lo sabía.

Ya sin zapatos me acerco a ella. Siento la humedad del pasto filtrarse por mis calcetines.

- ¿Te encuentras bien?- La acompaño sentandome también al filo del inflable.

- Sí, solo mi mente no para de andar.

- ¿De andar?

- Am, tal vez Alex te lo dijo. Termine con mi novio, sueno patética, pero fuera de ese cariño de novios fuimos amigos durante mucho tiempo y por arriesgarme ambas cosas se fueron a la basura- Restriega su rostro con sus manos, cubriendo la vergüenza.

- Tranquila, lo entiendo. Me paso. Tal vez no eramos amigos de tanto tiempo, pero estuve esperando ahí mucho tiempo a que sucediera, creí que ahí me quedaría y eso no paso.

- Ay, no, no quiero ponerte triste y menos contagiarte de recuerdos malos- Levanta la mirada con menos aflicción.

- Entonces vamos con los demás y deja de ponerte triste- Invito.

Asiente. Tomo su mano y la jalo hasta llegar con el resto.

Jacob nos mira con mala cara, tal vez ve invadida su oportunidad de estar con Doly, pero no debería preocuparse ella y yo solo somos amigos.

- Que bueno que nos acompañas Dol- Le dice Elian.

Hemos llegado al final del juego y hay una piscina de pelotas. Me lanzo y Doly hace segundas. Decir que me divierto es poco, los chicos cuentan anecdotas, chistes y aunque estoy desentendido en varias ocasiones hacen que me sienta parte del grupo.

Escuchamos llegar una camioneta, al parecer son los padres de Alex.

- Ahora vuelvo- Sale del juego y se dirije a la puerta.

- ¿Y tú, Vic? Cuentanos más de tí.

- Vivo muy lejos de aquí, mis padres tal vez no sean hippies como los tuyos Elian, pero también son raros- Todos rién por la referencia. Elian recién ha mencionado que por eso tiene tal libertad, pues sus padres son muy relajados.

- Entonces ¿en qué sentido?- Interroga el mismo.

- Quieren tener una familia perfecta, en todos los sentidos posibles. Y yo soy un desastre.

- Sí, bueno, no creo que eso sea raro, yo más bien creo que son muy normales.

- Pero así son los padres y ¿qué podemos hacerles?- Agrega Jacob

- ¿Cómo somos, Jacob?

- Señora Ana, que gusto verla- Voltea inmediato el chico y saluda a la madre que se acerca nosotros.

- También es un gusto, Jay. Chicos vengan a comer, espero que tengan hambre.

- ¡De eso no hay duda!- Responden los gemelos.

Bajamos del inflable y vamos por los zapatos, aunque al parecer todos estan cómodos sin ellos. Tomo los míos y me los coloco, ya que intento que no se vean las agujetas siempre me tardo más y me quedo solo. Camino rapidamente, y sí que astuto Victor. Hay una puerta de cristal delante de ti.

Mi cabeza rebota contra el vidrio y a penas recupero el equilibrio para no caer en mis posaderas.

- ¡Cariño! Alex, ve por el botiquín- Le ordena su madre.

- No es necesario, estoy bien.

- ¿Cómo crees? Hasta parece iniciación. Cada chico nuevo que invita Alex a casa, choca con la puerta, y con los gemelos fue doble.

Ahora todos ya más tranquilos con mi reacción y la de la madre de Alex se atacan de risa.

Alex llega y le da el botiquín a su madre, revisa mi frente.

- Tienes razón no fue tan fuerte el golpe, solo saldra un chichón. Iré por una bolsa de hielo para que la coloques.

- Vamos, levantate- Me ayudan los chicos. Son más amables de lo que parecen.

- Creo que ningun golpe con la puerta superara el tuyo, Dol.

- Calla, Samuel.

- Bueno, digamos que el patio de Alex estaba mojado, y Dol había olvidado su chaqueta en la jardinera. De ida, todo estuvo bien, hasta que regreso corriendo, resbaló y embarro la cara en el vidrio- Hace papel la característica imprudencia.

Los chicos ríen energicamente, yo intento no visualizar la imagen porque estallare en risas. Y creo que la vergüenza para Doly es bastante.

Ya sosteniendo mi bolsa de hielos en la cabeza, nos sentamos. Sus padres de Alex nos sirven de comer y Doly ayuda servicialmente a acomodar, me gustaría ayudar, sin embargo aun sigo mareado por el golpe.

Sirven macarrones con queso y ensalada de zanahoria. Después hay pizza. Cada uno degusta su plato. Los padres de Alex también se unen a contar anecdotas de cuando tenían nuestra edad.

Finalmente cantamos el feliz cumpleaños, el cumpleañero sopla las velas y corta el pastel.

- Por un año menos.

- Y una más de experiencias, mi amor.

Su madre besa su frente y revuelve su cabello, su rostro se tiñe de rojo, pero estas demostraciones no son incomodas solo son parte de lo que pierde la rutina cuando creces, ahora solo en ocasiones como cumpleaños te recuerdan lo especial que eres en la vida de alguien.

- Feliz cumpleaños, Alex- Decimos al unísono.

Aunque a decir verdad no creí que fuera para lanzar a Alex contra el pastel. Pero ahora hay medio pastel en su rostro y varios celulares tomando fotos. Ya tiene sentido el porque el pastel es grande.

Querer a ciegas (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora