Y al final, tras unas frías semanas, llegamos a la central.
El pequeño se escondía siempre tras nosotros. Lo entiendo, pues todos los días nos atacaban criaturas radiactivas, mutantes de lobos, conejos... o incluso mezclas de animales.
Hace tres días, de hecho, me pareció haberme encontrado con un cachorro de caniche. Craso error que casi me cuesta la vida. Estoy en terreno salvaje, no hay caniches, hay mezclas y mutantes, como en este caso, que era un perro hiena, seguramente hecho en un laboratorio.
Miré la central casi con temor, los cuales se tornaron en risa al ver los antiguos grafitis que llenaban los muros. Algunas de las frases eran serias, como "Прекратить использование Чернобыль" o también "Чорнобиль ще? ні, дякую" pero otras eran graciosas, como por ejemplo "WE LOVE CHERNIE!" o también "Las rosas son verdes, las violetas son verdes... oh, diablos, estoy en un jardín radiactivo".
Alek se adentró sin pensarselo dos veces, lo cual me obligó a recordarle el plan. Él entraba con la 8 milímetros tras mi, que soy quien tiene las llaves. Eso me hizo pensar en el niño. ¿Qué haría todo ese tiempo él solo? Nos miramos a la vez y, casi telepaticamente, llegamos a un acuerdo.
Le dimos ordenes de montar guardia en el exterior, cuidando del fuego, que nunca se apagase. Así mantendría alejadas a las fieras, excepto si oye pasos distintos a los nuestros, en tal caso tendría que apagarlo y correr al interior, hasta las duchas antiradiacción ya apagadas por siempre, y quedarse dentro, pero sin tocar un solo botón, solo bloquear la entrada y esperar ahí. Con ello, su supervivencia estaría garantizada.
Nos adentramos en la central, yo adelante, como ágil, y él como guardaespaldas.
La central era más repugnante de lo que me esperaba. En el instante en el que la pisamos, se nos plantaron seis criaturas radiactivas. Por suerte, tuvimos balas para todo ellos, y mi minigun supo hacer justicia con una rata gigante que saltó directa a mi cara.
Esto sería mas jodido de lo que pensaba
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Infierno Radiactivo
Science Fiction¿Qué harías en un mundo vendido? ¿Sumirte a una empresa o luchar? La familia de Tchaikvosky Williams luchó durante generaciones por la libertad del ser humano, y ahora ella es la última superviviente... ¿Llegará a la altura de las demás generacione...