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Tonta, tonta! ¡Mil veces tonta! ¡Mira que no estar atenta a la carretera!

Pero claro... ese era un coche de marchas... ¡A quien se le ocurre comprar tal antigualla, papá!

Suspiré pesadamente y miré al oscuro cielo, y no sonreí hasta que recordé las palabras que decía mi padre siempre

"Recuerda, Tchai, mas vale pajaro en mano que ciento volando, y si es un pájaro viejo mejor, durará más, no como esas basuras que hacen ahora de baja fiabilidad"

Ay, papá, papá, siempre viviendo lejos de la sociedad...

Decidí sentarme en el suelo para pasar la noche, pero antes miré el dosimetro. 40 microservets. Vaya, no me engañó la intuición. Sonreí de nuevo y fui preparando el saco, recordando a mi padre.

Ay, papá, papá, ex lider de la resistencia, muerto de un tiro por los maderos... Siempre recordaré ese día por los gritos llenos de mentiras de mi madre

"No, no somos rebeldes" decía "No, no tenía ni idea de esos planes" Planes que trazó ella, claro.

Y entondes, ¡pum! me pegaron un tiro en un pie y amenazaron a mi madre con mi muerte. Ese día, con diez años me quedé huerfana de padre.

Me metí en el saco y dejé que pasase la noche, oscura, llena de pesadillas.

Y me desperté a la mañana siguiente, sudando, gritando por mi madre.

Y me di cuenta de que había tirado el paquete de galletas a un liquido radiactivo. ¡Oh! ¡Genial! Ahora no tenía nada que comer. Miré las galletas por ultima vez y, resignada dejé que se derritiesen. Pero me lo pensé mejor y las cogí de nuevo. Abrí el paquete y comí una. Bueno, estaban buenas, algo era algo.

Recogí el saco y dejé ahí el coche, ya lo arreglaría algún día, y seguí caminando, mientras miraba al suelo aburrida.

Fue entonces cuando pensé ¿Y si la lluvia corrosiva de la que tanto se hablaba en las películas aparecía? ¿Eso es real? Y si lo es ¿Cómo me salvaré de ello? Aunque luego me di cuenta de que no me importaba de momento, pues solo tenía para comer galletas y necesitaba algo más para no morirme. Vaya por dios, qué lista yo. Ya me lo había dicho mi madre, de galletas no se vive, pero no... Yo pensando que habría al menos un maldito invernadero...

Seguí mi camino resignada, porque era mi maldita culpa por meterme en ese antro. ¡Seré imbecil!

(Para más capitulos visita mi blog: http://imjustinmyownway.blogspot.com.es/)

Infierno RadiactivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora