Infierno Radiactivo

10

Cuando terminaron de instalarse, Tchaikvosky bloqueó la puerta con un pestillo y se las ingenió para generar luz mediante la batería de su móvil. ¡Eureka, los conocimientos aplicados en la carrera habían servido de algo!

Se sentó en una cama que había, aún en buen estado, y invitó a Alek a sentarse.

Cuando estuvieron juntos en la cama, Tchai trató de sacar un tema de conversación, pues le gustaba oir hablar a Alek

-Bueno... -Comenzó a decir tímidamente- ¿Y qué te gusta de este sitio?

-Mi... osea... yo... -La voz de Alek temblaba, nerviosa- No sé-Pero si lo sabía, porque por dentro le decía "Tu, Tchai, tu me gustas, te amo, te amo"

-A mi me gustan las estrellas... llevo varios días contemplándolas y... me gustan mucho-Ella le sonrió con ternura, lo que hizo que se sonrojase.

-A Alek... también le gustan...

-Vaya... -Y ella comenzó a reírse de un modo que hizo que el cuerpo de Aleksandr se estremeciese y saliese algo que solo salía con ella. Y al parecer ella lo notó.

En ese momento, abrazó a Alek, quien correspondió con vergüenza.

Y ella se pegó a su cuerpo cálido.

Y él comenzó a hacer lo mismo que el primer día, pero con mas dulzura.

Ella gemía con suavidad. Esta vez no iba a golpearlo. Ni esta vez ni las veces futuras, porque ya sabía lo que sentía. Porque ella lo amaba. Porque no pudo evitar sentir placer al sentir sus manos contornear su cuerpo

-Alek... -El muchacho levantó la cabeza sonrojado- Sé todo lo salvaje que quieras

Y él cumplió con sus instintos, dejando de ser el Alek dulce, siendo un hombre salvaje, siendo Alek, el savaje, la bestia, el único murmuro de los árboles y el hedor de la sangre

Pero esta vez lo hacía para complacer a la hembra que había elegido

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