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-Dijiste... ¿Gumi Megpoid?- preguntó la rubia dudosa; el nombre le sonaba.

-Sí, Gumi Megpoid, tiene el pelo verde y un poco más corto que el tuyo- dijo la pelirrosa, quien fregaba los platos.

-¿Qué edad tiene?- preguntó Len, para aclarar un poco la pregunta de su hermana.

-Tiene 16... ¿Qué les pasa, por qué preguntan tanto sobre ella?-  ya Luka sospechaba que el tema era del interés de los gemelos.

-Es que el nombre nos suena. Hay una chica en la escuela con los mismos rasgos y de 16 años, su nombre es Gumi Megpoid.- Dijo Rin, con un tono sorpresivo.

-Que tanto misterio armas Rin, seguro es la misma persona, las coencidencias existen.- le dijo su hermano gemelo, quien recostaba su cabeza en su mano. Con su tono de burla mezclado con orgullo.

-Cambiando de tema; Luka, ¿Qué nos darás de cumpleaños de 15? - preguntó emocionada la rubia.

-¿Para su cumpleaños?...- dijo Luka con tono sorpresivo- Es una sorpresa- dijo ella para después reírse. Cualquier persona capaz de leer las mentes habría visto que Luka olvidó los regalos y el cumpleaños de los gemelos

-Bueno niños, me voy a vestir por qué me tengo que ir ya- dijo ella para después ir a su cuarto y vestirse.

-Eres una ilusa Rin, Luka no se acordaba de nuestro cumpleaños.- le dijo Len. El podría ser un Hardshipper, un pervertido y un travieso, pero era un niño maduro- se le veía en su cara.

-Bueno, pero ahora que se lo dije se acordó y nos traerá algo. Además, ella ha estado sumamente ocupada, no deberíamos estarle pidiendo de tantas cosas.- le dijo su hermana, tranquila.



* * *


-¡Ya sabes lo que debes de hacer!- le dijo muy seria la rubia que hacía papel de jefa a la pequeña peliverde que bajo su cara por la vergüenza.

-Es que.... Yo no quiero hacerlo...- le decía suplicante la peliverde, con lágrimas en sus ojos.

-Como te lo explico, niña... Tienes 16, eres joven, tienes un buen cuerpo ¡Caerá rendido a tus pies!- le gritó Ann. Quería hacer que la peliverde entendiera su labor de una vez por todas.

-¡Pero él ya es un adulto, es bastante mayor para mí!- dijo Gumi más firme, pero aún con lágrimas lloviendo de sus ojos.

-No por nada te estoy pagando, tú sabes que si rechazas, tu familia ya no tendrá ni para comer y no obstante,tu hermanito no tendrá medicinas para su asma

Eso le puso su alto a Gumi. Su hermanito pequeño, Gumiya, o como ella solía llamarlo: Gumo.

Su familia, la familia Megpoid eran una familia clase media baja, por lo que él asma de Gumo no era fácil de tratar, y era de esperarse que Gumi necesitará el dinero que Ann le estaba dando para los gastos de la casa, pero principalmente para su hermanito Gumo, de tan solo 8 años.

-Esta bien... Lo haré....- dijo ella cabizbajo para luego levantarse bruscamente mirando fijamente a la alta rubia- Que sepa usted que todo lo hago por mi hermano pequeño, no por su bien estar.

-Menos mal que haz entendido, Megpoid.- dijo Ann sentándose mientras veía como Gumi traspasaba la puerta.

La pobre desdichada caminaba por los pasillos del hospital en camino a la habitación de Gakupo, ella no quería hacer lo que le estaba inculcado a cumplir, pero todo, todo lo daba, hasta su vida daría por su hermanito.

Ella llevaba puesta una vestimenta que Ann le había dado, un traje de enfermera que le llegaba un poco más abajo de los muslos, era un traje ajustado, por lo que las curvas del cuerpo marcado de Gumi se verían a la perfección, también unos tacones, claro, de negro, y el típico gorro de enfermera. Se sentía sucia, inmunda, pero, como ella diría:

Todo por mi pequeño Gumo

Caminando por los pasillos, llorando por su interior, choco sin quererlo con Luka, la cual la saludo con cordialidad, Gumi tuvo que levantar la cara para responder el saludo. Luka notó a la primera la vestimenta de Gumi, cosa que le pareció algo extraña, pero lo que más notó fue su rostro, tratando de mostrar felicidad pero se notaba a leguas que Gumi había llorado minutos atrás. Pero decidió no preguntar, por no ser metida, solo siguieron con la jornada.

Ambas entraron a la habitación de Gakupo, quien aún dormía cómodamente, Luka sin dudarlo más de dos veces, agarro su oreja con suavidad para no despertarlo, cuando ya la tuvo muy bien en su agarre la jalo con fuerza, haciendo que Gakupo despertara rápidamente. Gumi a todo aquello se preguntaba ¿Acaso un doctor podía tratar a un paciente de tal manera? Que más daba, seguro los dos eran buenos amigos.

-Ah, ¿Vino Gumi otra vez?- dijo el pelimorado dudoso, al ver a la pequeña peliverde en el centro del cuarto.

-Vamos Gakupo tú no eres ciego, levántate para darte tus medicamentos- dijo Luka cortante.

Gumi se moría de la vergüenza, pero era lo que debía de hacer: Se sentó junto a Gakupo en su cama, donde el susodicho estaba sentado, acercándose a él lo más que podía hasta que, fingiendo resbalarse cuando también fingió levantarse de la cama, logró recostarse en las piernas de Gakupo, cosa a la cual el reaccionó "ayudándola" a levantarse.

Ella hacía cualquier tipo de movimientos en Gakupo disimuladamente, cosa la cual no quería hacer, hasta que la pelirrosa volteo para dejarle sus medicamentos al pelimorado.

-Bien Gumi, ya es hora de irte, te acompaño a la puerta ¿ok?- dijo la pelirrosa con su tono amable.

-Sí, voy - dijo ella con su voz adorable, siguiendo a la doctora, no sin antes despedirse de Gakupo de la "mejor manera" que pudo.

Gumi y Luka yacían camino a la puerta de entrada del hospital, iban en completo silencio, hasta que Luka quiso callar a aquel silencio, no por qué le gustase hablar, cuando era todo lo contrario, sino para no parecerle una persona extraña a Gumi.

-Oye Gumi ¿Tú estudias en el instituto Sakura, no?-  preguntó la pelirrosa tratando de soñar amigable.

-¿Usted cómo lo sabe?- preguntó Gumi mirando a Luka con extrañeza.

-Ah bueno, Es que yo soy "niñera" de los gemelos Kagamine y pues les he hablado de ti, y ellos me han contestado con que tu estudiabas en su instituto.

-Ah sí, los gemelos Kagamine... Siento mucho lo de su madre, yo ya sé que usted ahora los tiene que cuidar como si fuesen sus hijos- le dijo Gumi, mirándole fijamente- No se preocupe, ya todo el instituto lo sabe.

-Bueno... Gracias- le agradeció la pelirrosa a su nueva aprendiz mientras se preguntaba ¿Cómo será ahora la reputación de los gemelos en el instituto, los molestaran a causa de eso? Ya les preguntaría en casa.

Gumi ya salida del hospital corrió a un callejón deshabitado para cambiarse aquellas prendas horribles por sus ropas normales, simples y pobres, pero bonitas. Al terminar de vestirse, solo se recostó en una pared y se hecho a llorar a causa de lo que le ocurría; trataba de callar su llanto con una simple frase, y ahora, su lema.

"Todo por mi hermanito, Gumo"

Psychøløgicäl// GakuLuka// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora