Parte Única

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Era un día nublado, así como frío, amenazaba con llover, todos los alumnos estaban en sus salas comunes o en los pasillos de Hogwarts (aunque estos ya eran muy pocos por el frio que hacía). En la biblioteca cierto slythering pelinegro hacía su tarea o eso quería aparentar, ya que, realmente estaba leyendo un libro de pociones tomado de la sección prohibida, aparte sabía que ese era el único lugar donde podía resguardarse de los llamados merodeadores, estos siempre lo molestaban y humillaban.

-Joven Snape, ya voy a cerrar la biblioteca, por favor salga- le dijo la bibliotecaria, Snape fijo su vista en el reloj ya eran las 5:30, se levantó de su asiento y recogió sus cosas, ya iban a del toque de queda, solo faltaban treinta minutos, emprendió su camino hacia su sala común cuidando de que sus "enemigos" no lo siguieran, sabía que a ellos les gustaba quitarle su ropa o mojarlo en esos climas, la verdad, él no sabía porque les agradaba hacerle eso, mentiría si dijera que no sentía curiosidad por ello.

- ¡Eh! ¡¡Snivellus!!- la voz inconfundible de Black, decidió no hacer caso y siguió caminando, hasta que sintió como lo tomaban del tobillo y lo elevaban dejando su cabeza colgando.

- ¿Quién te dio derecho de ignorarnos? - esta vez hablo Potter, haciendo que se du varita saliera un chorro de agua, mojando por completo su cuerpo.

-Bájenme de aquí, ¡malditos bastardos! - gritó con furia, estaba cansado de que estos hicieran su vida miserable, por culpa de esos cuatro había roto su amistad con Lily.

-¿Cómo nos llamaste, grasoso?- Remus ardía en furia- EXPULSO- con el hechizo lanzó lejos a Severus hasta que se estrelló de espalda contra una pared.

-Mal...ditos- susurro antes de quedarse inconsciente. Una hora después despertó y observó que seguía en el mismo pasillo en que lo habían dejado los merodeadores, se levantó con la poca fuerza que le quedaba, ya había anochecido y unas gotas empezaron a caer mojando por completo los jardines de Hogwarts, mala suerte para Snape, ya que la torre de Slythering era atravesando unos de los jardines, y, para peor, el más largo. Se tocó un poco la cabeza, pero cuando un mechón se fue a su cara se dio cuenta que este era de color rojo ¡esos malditos aprovecharon su desmayo y le pintaron el pelo de rojo! Molesto más que nunca invocó un hechizo que hizo que su pelo volviera a la normalidad, aunque no fue del todo, ya que algunos mechones de su pelo todavía estaban de rojo, se dirigió a su sala común ya resignado de que no iba a poder regresar totalmente el color natural de su pelo, tal vez, con una buena ducha lograba quitarse el color que caracterizaba a los Griffyndor. Ya estaba atravesando el jardín cuando casi llegaba a la torre de su casa estaba cerca, cuando escucho unos pasos provenientes de la dirección contraria a la que él se dirigía, levantó su vista encontrándose con su mejor amigo Regulus.

-¿Otra vez te molestaron?- se detuvo cuando estaba cerca de Snape, aún seguía lloviendo y amenazaba con llover más fuerte; tenía sus manos en los bolsillos de su pantalón y la capa colgándole por los hombros.

-Que te importa- dijo molesto, realmente no estaba de humor para preguntas, iba a pasarlo cuando este lo sujeto del brazo haciendo que girara sobre su talones y quedar cara a cara de Regulus.

-Cuéntame ¿Qué acaso no somos...amigos? - preguntó con un aire de tristeza, él estaba enamorado de Snape en secreto.

Snape suspiró para luego hablar- Tienes razón, perdón, es solo que sigo molesto.

-No te preocupes- le sonrió pero su sonrisa se esfumó al ver el cabello de Snape- Te pintaron el pelo- eso no era una pregunta era una afirmación, Regulus llevó una de sus manos al cabello de Severus para luego descenderla a su hombro, se dio cuenta que estaba empapado.

-Sí, no te preocupes, con una buena ducha se me quitará- trato de irse otra vez, pero ahora Regulus lo volvió a jalar de su túnica para abrazarlo, Severus abrió sus ojos como platos y un color carmesí llego hasta sus mejillas. Mientras Regulus llevaba una mano hacia su cintura mientras que con otra la llevaba a la cabeza de Snape- Regu...lus- susurro de forma suave.

Mientras en la sala común de Griffyndor cuatro leones se encontraban riéndose de las bromas que le habían hecho a Snape o planeaban hacerle.

-Deberíamos de quitarle la ropa en el comedor- comento Remus, prácticamente este era el más pervertido de todos, pero sus amigos no se quedaban atrás, cada uno tenía una maldad y con ella una broma que hacerle al pobre slythering.

-mejor deberíamos dejarle la cara hinchada y morada- esta vez comento Potter, quien era el más cruel.

-O tal vez esconderle todas sus cosas en estas épocas- hablo el más bajo de todos, uno con cara de rata llamado Petter Petrigrew.

-Son tantas que no me decido cual optar-reía el cuarto merodeador, después de que los cuatro se rieron él se quedó un poco pensativo, hace mucho que tenía sueños húmedos con el slythering donde lo hacía gemir y gritar su nombre, quería que eso fuera real, por lo que se le ocurrió una idea se levantó de su lugar- Cornamenta, necesito tu capa de invisibilidad.

-¿Eh? ¿Para qué?

-Voy a checar si es Quejicus sigue allí tirado, planeo hacerle una pequeña broma- le guiño el ojo mientras sonreía de forma perversa.

-Ya veo. Muy bien, tómala, está en mi baúl- le respondió también con una sonrisa perversa. Sirius tomo la capa de James y salió de la torre de Griffyndor, también agarró el mapa del merodeador y encontró lo que buscaba, solo que esta vez en compañía de cierta persona y al parecer estaban juntos, apretó los dientes de forma furiosa, esa noche no iba a poder lograr su objetivo, aun así se encamino a donde marcaba que estaba los dos slythering's, cuando llego se acercó para ver a su hermano y Snape abrazados, ardió en celos, al verlos tan cariñosos, pero no estaba celoso de Severus, no, claro que no, si no de su hermano porque el si podía abrazar de esa forma a la serpiente más pequeña, cuando se fijó en el rostro del más pequeño noto un leve sonrojo y tenía los ojos entrecerrados, realmente su rostro en ese estado era tierno.

Espera ¿Tierno? ¿Desde cuándo a Sirius se le hacía tierno ese rostro? Claro, desde que vio cómo su hermano abrazaba cada vez más fuerte a Snape, él también quería ser quien lo abrazara de esa forma.

-Regulus... ¿Qué haces? - pregunto bajito, con un poco de nerviosismo en su voz, para Sirius y Regulus se les hizo adorable esa voz, parecía un niño pequeño y aún más por la estatura del menor.

-Estas empapado, trato de proporcionarte calor, no quiero que te enfermes- sabía que era una pésima excusa pero era la única manera en que podía evitar más preguntas- Severus...me gustas- susurro en su oído, haciendo que el menor empezará a temblar, Snape no solo temblaba por la reciente confesión de Regulus, sino también por el frio que empezaba a sentir, la lluvia ya era más fuerte que antes, haciendo que ambos cuerpos se empaparan. Sirius alcanzo a escuchar la declaración de su hermano a Severus, su corazón se encogió, sintió nostalgia, se alejó un poco con la mirada baja, cuando la volvió a levantar, lo que vio hizo que se sintiera pero, ahora eran celos, furia, odio y rencor los que afloraron en su corazón contra su hermano al ver como estaba besaba a Snape.

Por otro lado, Severus estaba sonrojado, Regulus le estaba lamiendo el labio para introducir su lengua en la cavidad de su amigo, Snape intento hablar pero en esa oportunidad Regulus logró su objetivo. La cavidad del "príncipe mestizo" era cálida y sus labios dulces, sus manos descendieron hasta la cintura del pelinegro atrayéndolo más, hasta que la falta de aire se hizo presente, se separaron, sus mejillas de ambos estaban rojas.

-Snape ¿Quieres ser mi novio?- pregunto en aun cerca de los labios del otro. Sirius se fue corriendo, no quería seguir viendo la escena, sabía que si escuchaba una afirmación del menor golpearía a su hermano, ahora comprendía la opresión de su pecho y los celos, el no solo quería revolcarse con Snape, también quería abrazarlo, besarlo y hacerlo feliz, estaba enamorado de quien jamás le iba aceptar sus sentimientos ¿Por qué de el? Era la pregunta que hacia mientras llegaba a su sala común.

-S-sí- tartamudeo dándole una respuesta al mayor que aún lo abrazaba por la cintura, este sonrió para después volver a besarlo con pasión bajo la lluvia que ya era más fuerte que antes.

Canción de AmorWhere stories live. Discover now