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—Di; Soy de Mark Lee— Le susurra Mark a Donghyuck cuando lo abraza por la espalda, el menor se lo quita de encima pero poco ayuda porque Mark lo vuelve a abrazar, están al aire libre y es un hecho que a Donghyuck le da pena que los vean tan juntos. —Tienes que decirlo para que te suelte.

Donghyuck se sacude, debe de ser raro para dos chicos de catorce y trece el estarse abrazando. A Mark no le importa que lo vean, de hecho le gusta molestar al menor de esa manera, verlo molestarse y recibir unos cuantos golpes es un lindo recuerdo del día. Es enero, el regreso a clases es tranquilo por lo que Mark opta por visitar un rato a Donghyuck, aun si es muy temprano lo hace porque sabe que él estará ahí.

—Déjame en paz.— Se queja el menor cuando se está cansando, le da unos cuantos golpes pero aun así se aferra. —Suéltame.

—Entonces lo diré por ti— canturrea Mark directo a su oído. —Eres de Mark...— Y recibe el golpe más fuerte que le han dado en su vida, incluso se dobla del dolor y suelta a Donghyuck. Mira a Donghyuck cuando este muestra una cara de asco, sabe cómo es y no se molesta por ello, después de todo se lo busco un poco.

—¿No tienes que ir a clases o algo así?— le pregunta Donghyuck cuando Mark logra recuperar el aire.

Mark no contesta de inmediato, hace una mueca de dolor y soba el lugar afectado, sigue doliendo pero va bajando la intensidad hasta que apenas siente molestia, pero sigue con la misma acción para preocupar al menor. Reconoce apenas un gesto, Donghyuck lo toma del brazo para que camine.

—Decidí pasar antes.— Dice para después tomar la mano de Donghyuck, no lo soltara, lo obligara a caminar con él de la mano al menos por unos minutos. —No quiero ir, es muy aburrido.

Donghyuck suspira, generalmente es Mark quien insiste en el que ir a la escuela es importante, pero en los últimos días ya no lo siente así, quizás ser un niño bueno no es lo más divertido del mundo, quizás debería hacer más cosas que realmente le gusten en vez de hacer todo bien, quiere hacer algo mal. Sonríe ante la idea de ser un chico malo, aquellos llamados "bad boys" que tanto atraen a las chicas y que las dejan soñando, le gustaría ser deseado por todas las chicas que no fueran "buenas" incluso ha pensado en gustarle a una mujer mayor, y no le sorprendería si lo lograra, porque su apariencia era bastante atractiva, lo único que le faltaba era una buena identidad. Se pierde tanto en sus pensamientos que no se ha dado cuenta de que Donghyuck ya lo soltó, debería exigirle que regrese a tomar su mano pero sigue nadando en esas locas ideas que le hacen fantasear.

—Arruinaras tu perfecta imagen escolar y todos estarán decepcionados de ti.— Dice Donghyuck de manera exagerada. —Mejor vete, ensuciaras tu perfecto uniforme.

Mark se mira y comprueba que el uniforme esta impecable, se ve correcto y limpio como debería, comienza a notar que llama la atención porque desentona con las personas y el lugar, incluso desentona con Donghyuck, comienza a avergonzarse un poco porque se piensa a si mismo como un niño bueno, como un nerd come libros que siempre hace las cosas bien y es ingenuo. Se detiene inseguro y comienza a examinarse en un cristal, se siente estúpido, como uno de esos niños a los que los padres los visten, suspira y hace una mueca.

—Me veo estúpido.— Se queja resignado, Donghyuck, quien se había adelantado unos cuantos pasos gira y lo ve.

—Te ves bien. — Intenta consolarlo pero Mark solo suelta un quejido. —Eres guapo, a nadie le interesa como te vistes, aparte, es el uniforme escolar, no puedes hacer nada con ello.

Mark no responde, se sigue mirando al cristal de manera quejumbrosa, Donghyuck suspira y se acerca lo suficiente como para quedar detrás de él. Mark sonríe al verlo por el cristal y le toma del brazo para después girarse y atraparlo entre sus brazos.

—Sé que me veo genial, siempre lo hago.— Le murmura cuando aun Donghyuck se encuentra sorprendido. —Por eso le gusto a tantos.

Donghyuck tuerce la boca y no se tienta el corazón antes de darle otro fuerte golpe que hace que lo suelte.




En este punto de la historia Mark tiene catorce y la autora cree que es buena edad para comenzar con los dramas adolescentes. 

Life Love • MarkHyuck •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora