Life Love • MarkHyuck •

005/006

005

—¿Quién es mejor?— Pregunta Mark acurrucándose bajo las sabanas. —¿Johnny o yo?

Donghyuck se retuerce un poco porque el cuerpo ajeno exige demasiado contacto, uno que quema la piel de ambos ante el calor y la cercanía, cada roce calienta un poco más la habitación pero no hay quejas de por medio, ni siquiera un quejido furtivo, no hay nada que indique molestia, es por eso que Mark sigue sin soltar al menor. La pregunta antes hecha solo fue para romper el silencio de la oscura habitación, para que un eco rondara por ahí como la única señal de vida aparte de los sutiles movimientos a causa de la respiración. No espera una respuesta.

—Johnny no me abandonó.

Su chico parece no poder olvidar, y eso le causa una amarga sonrisa en Mark, porque la culpa sigue carcomiéndolo cada que Donghyuck demuestra lo afectado que estuvo. Besa con cariño su mano y el menor la aparta sin ser brusco, y Mark no lo intenta de nuevo para mantener la tranquilidad donde está. Desearía decir que nunca quiso dejarlo, que se arrepiente mil y un veces por haberlo hecho, pero intuye que solo lograra molestar al chico. Donghyuck no quiere escuchar sus tontas excusas, ni siquiera un perdón de su parte, tal vez solo quiera estrujar su corazón para causar un daño. Su niño es tan malo.

—Él lo hará, cuando comiences a ser malo con él.

—¿Soy malo contigo?

Mark sonríe, con falsa inocencia mientras esconde el rostro en el pecho de Donghyuck. La respuesta queda en manos del menor y en lo que decida pensar, Mark ha terminado y puede dormir tranquilo esa noche, teniendo entre sus brazos a Donghyuck.

Solo le quedan dos días, y ni siquiera él sabe para qué. 

006

Si Mark contara todo lo que recuerda de Donghyuck tardaría, porque no es simple enumerar toda una vida. Mirando al chico puede darse cuenta que lo vio crecer, perdiéndose una parte de su vida, pero lo vio convertirse en un adolescente y caer, sentir celos y de vez en cuando llorar, lo vio ser feliz por largo tiempo y fue la causa de su tristeza. Todo el amor que tiene es para Donghyuck, y de vez en cuando lo toma prestado y se lo da alguien más, pero siempre regresa a ese chico. Mark ya no puede amar, pero estará bien con eso, puede vivir y alejarse intentando ser feliz, pero siempre volverá. Esta bien como sea que quiera ser, si sufre o lo olvida, si lo extraña o lo deja ir, siempre estará bien de algún modo.

—¿Qué harás cuando me vaya?— Le pregunta Donghyuck tomando una fotografía al ventanal, porque la vista es preciosa. —O cuando no vuelva.

Mark no sabe que responder, su camino ha sido un montón de repeticiones, quizás encontrara a alguien nuevo para distraerse durante años, o tal vez no lo haga, todo puede ocurrir. Se encoge en hombros abrazando a Donghyuck por la espalda ¿Cuándo fue que su niño se hizo tan alto? Siempre lo fue y nunca considero apreciarlo.

—Ponerte una correa— Bromea y consigue una sonrisa del menor. El flash lo ciega momentáneamente. —Si tan solo nos quedáramos juntos por siempre. No hubiéramos tenido tantos problemas.

—Si no te hubieras ido.

—Si me hubieras preferido sobre tus amigos.

—Si no te hubieras molestado como...

—Bien, lo entendí, he cometido un poquito más de errores.

Donghyuck sonríe y Mark busca besar su mejilla, el contacto no le es negado y con el permiso otorgado puede dedicarse a repartir sus besos por donde puede y la posición se le permite. Hay otro flash a la ventana y Mark tiene el presentimiento que será la mejor fotografía que Donghyuck tome.

Mark está seguro que no podrán estar juntos; porque Donghyuck no quiere y él detesta ser feliz, al parecer.