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Los cumpleaños de Donghyuck siempre pasan desapercibidos, no hay ninguna felicitación y siquiera un pequeño pastel por parte de sus amigos o sus padres, y eso a Mark le parecía fatal cuando eran más jóvenes, ahora aprecia que nadie lo haga porque él puede aprovecharlo. En todos los cumpleaños de su amigo llevaba un pequeño pastel que ambos compartían, incluso llevaba helado de vainilla o chocolate, pero eso cambió cuando ambos empezaron a quedarse en la casa más grande, en esos cumpleaños Donghyuck tomaba lo que quisiera y se la pasaba todo el día con Mark preguntándole si se la estaba pasando bien. El cumpleaños número catorce de Donghyuck debía ser especial, al menos lo era para Mark que se emocionaba más que su propio amigo por el tan esperado día, quizás era porque le compró un buen regalo o porque su madre había salido de viaje con una persona a la que no conocía.

—Tengo un regalo para ti.— Mark solo espera a que Donghyuck deje de decidirse entre mirarlo y seguir con la vista en el televisor, porque apuesta a que el menor no quiere discutir si es un regalo muy caro o no, quizás solo lo ignore y tenga que entregárselo al final del día.— Te prometo que esta vez no es muy vistoso.

Donghyuck apaga la TV y suspira girándose para observar a Mark, tiene una linda mueca en su rostro de incomodidad que le causa una sutil risa al mayor. Las muecas de Donghyuck eran adorables conforme pasaban los años, su rostro se deformaba en una clara muestra de desagrado cada vez que podía y eso a Mark le gustaba, más porque podía saber lo que su chico sentía al momento. Le sonríe y pasa su mano derecha por el cabello de Donghyuck para revolverlo un poco, aunque recibe un manotazo después haciéndolo apartar.

—Deja de hacer eso.— Donghyuck vuelve a girarse y de inmediato lo busca. —Basta, Mark— Porque Mark no deja de molestarlo tocando su cabello o zarandeándolo de forma ligera. —Actúas como un niño.

—Bueno, soy buen actor.— Se burla sin dejar de buscar como molestar al menor. —Cuando me vuelva uno verdadero dejare que pases a camerinos.

Donghyuck suspira poniéndose de pie pero Mark lo atrapa de inmediato impidiéndole irse. Mark reconoce que a pesar de que ambos crecen a la par él es un poco más fuerte, quizás por la edad o porque Donghyuck no se esfuerza, pero le parece difícil creer lo último porque su chico no deja de patalear y retorcerse en sus brazos. Se siente orgulloso de saber que es un poquito más fuerte y resiste más que antes el dolor, porque sus piernas reciben patadas que después de un rato dejan de doler. Besa con inocencia el cuello de Donghyuck porque no alcanza otra zona a la cual besar, sostenerlo de espaldas es más fácil que tenerlo cara a cara, pero eso le quita varias oportunidades de plantar sus labios en alguna parte de su rostro.

Donghyuck logra quitárselo de encima y caer al suelo, y quizás porque siente que Mark lo seguirá se levanta con rapidez y se gira para encararlo, pero el mayor solo tiene una sonrisa en el rostro mientras se burla de cada movimiento.

—Deja de hacer eso.

La mueca de su chico es, una vez más, perfecta.

—No hago nada.— Canturrea buscando el regalo que tenía preparado. Toma la caja y se la extiende, vuelve a reír cuando Donghyuck no la toma de inmediato. —No es nada vistoso.

Cuando el menor sucumbe a la insistencia abre el regalo de inmediato, no hay una envoltura que pueda romper, es una linda caja con decoraciones para que pueda verse como un regalo. Cuando los ojos achocolatados de Donghyuck se posan en el contenido extiende de inmediato la caja en muestra de que lo está rechazando, Mark se cruza de brazos y niega.

—No puedo tomarlo, es demasiado caro.

—Que bien que no te lo estoy vendiendo. — Mark eleva sus hombros en un suave gesto, no recibe de vuelta el obsequio, deja que Donghyuck lo examine por una vez más. —Es un obsequio, no puedes regresármelo... a menos de que quieras de nuevo un montón de chocolate frente a tu casa. Si lo tomas podre llamarte cada que quiera.

—Eso es peor.— Donghyuck trata de devolver el regalo porque tal vez sienta pena de tener algo tan costoso por parte de Mark, nunca ha tenido un celular y tampoco lo ha necesitado, es por eso que no piensa aceptarlo del mayor. —No lo necesito.

—Lo necesitas, así podre hablarte cada que quiera escuchar tu voz.

Mark no sabe cómo reaccionar, porque Donghyuck no sigue discutiendo, acepta el obsequio sin decir más y solo se vuelve a sentar a un lado buscando en control remoto. Cuando lo abraza lo hace con fuerza porque piensa que el menor se ha quedado dormido o algo parecido porque no se retuerce entre sus brazos como generalmente lo hace, tienta el camino besando su mejilla y tratando de llegar a sus labios. El cumpleaños de Donghyuck parece el de Mark, porque terminan besándose sobre el sofá. 

Life Love • MarkHyuck •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora