十九

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El peor enemigo del amor.

Aquel que es capaz de destruir lo más preciado que tenemos en este mundo,

el calor que un abrazo verdadero da, 

la hospitalidad que tienen unos labios ajenos,

la sonoridad de una imagen,

el pulso de un recuerdo.

Aquel enemigo es capaz de dañar solo existiendo. No tiene que haber peleas de por medio, ni personas ajenas involucradas.

Aquel enemigo hiere en lo más profundo del alma.

Sí, hablo de la distancia.

La distancia que separa nuestros cuerpos, nuestros labios y nuestras respiraciones.

La misma distancia que siempre que estamos juntas la hacemos mínima.

Esa distancia es la misma que abrasa mi felicidad.

Es la misma que me hace pasar noches en vela mirando a mi lado y viendo una almohada.

Es la misma que maldigo cada día que no veo la curva que forman tus labios al verme cruzar la puerta.

Pero es la misma que crea ganas.

Ganas de volver a tenerte en mis brazos.

Ganas de volver a soñar estando despierta a tu lado.

Ganas de volver a ver películas en tu casa con palomitas quizás demasiado saladas.

Ganas de volver a correr el último tramo hasta llegar a tu casa para poder pasar más tiempo contigo.

Ganas de agarrar tu mano aunque esté llena de sudor.

Ganas de volver a escuchar tu risa.

Ganas de que te quejes porque te clavas mis huesos.

Ganas de besarte, de tenerte, de estar contigo.

Ganas de ti.

Y que podemos tener una batalla con este enemigo que llaman distancia, pero ambas sabemos que esta batalla tiene los días contados.

Y cuando eso acabe, ten por seguro que le costará volver a entrar en nuestras vidas.


Palabras de amor para dos almas perdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora