Digimon Adventure. Agujas Rotas 2: Reparando El Reloj

Recuerdos Impresos

Entro en el lugar y la señora que se me ha sido identificada como mi madre me muestra una habitación adornada con diversos posters de jugadores de baloncesto y diversos trofeos.

-Esta es tú habitación, está igual a como la dejaste- dice la mujer con una sonrisa melancólica- ¿Quieres comer algo? Estarás hambriento

-En verdad se lo agradezco pero no hace falta que...

-Takeru, soy tu madre, puedes tutearme- interrumpe ella

-Si no le importa prefiero seguir llamándola de usted- digo cabizbajo, esta era una situación demasiado extraña e incómoda, estaba en un mundo desconocido donde muchas personas parecen conocerme y me tratan como un amigo a pesar de que para mí son simples extraños... Me odio, me odio a mí mismo por no recordar; por no recordar a esta mujer que me mira apenada al ver que su hijo no la reconoce; por no recordar al amable grupo de chicos con los que hablé en casa de Hikari; por... por no recordar a Hikari, ella es la única que me aporta confianza y desconozco el por qué... ¿No se supone que solo es una amiga más del pasado? ¿Cómo puede una amiga aportarme más confianza que la que supuestamente es mi propia madre? Hikari... maldita sea, hay algo en ella... y ese algo fue lo que me hizo soñar con su rostro durante todos estos años...estoy seguro, ahora estoy seguro, ella es la chica que aparece en mis sueños... en aquellos sueños que se repetían cada noche durante mi estancia en el Digimundo... En ellos solo podía distinguir con claridad unos ojos rubís, ahora estoy seguro de que son sus ojos pero... ¿Por qué? ¿Por qué ella?

-Está bien, llámame como desees, no hay prisa, tú solo recupérate- dice la mujer interrumpiendo mis pensamientos y yo solo sé bajar la cabeza, no es difícil adivinar que esta situación la está haciendo sufrir...- Pero en fin, antes te he interrumpido, dime, ¿Quieres cenar algo?

-No, no se preocupe, no tengo hambre- contesto a pesar de que si tengo hambre, mucha hambre, pero no quiero molestarla.

Desgraciadamente al pensar en comida mis tripas empiezan a rugir y la mujer suelta una ligera sonrisa.

-Parece que tu estómago no está de acuerdo contigo, anda date una ducha mientras yo te preparo la cena, el baño está al fondo, a la izquierda. Puedes ponerte algo de ropa del armario de tu dormitorio, has crecido bastante pero para dormir no creo que importe demasiado que te quede algo pequeña la ropa. Mañana podemos ir al médico y después vamos de compras ¿Te parece?

-¿Al médico?

-Claro, deben tratarte lo de la amnesia, hijo

-bien... pero tendrá que ser por la tarde, Hikari me prometio que mañana por la mañana vendrá de visita... ¿No le importa, no?

-Claro que no, ahora corre a buscar algo de ropa y yo iré preparándote la comida- dice y yo asiento agradecido y, tal como ha dicho, busco algo de ropa. No encuentro ningún pijama así que agarro una camiseta roja con un pantalón gris de chándal.

Cuando salgo de la habitación para dirigirme al cuarto de baño puedo notar que la mujer me mira con una sonrisa en la cara. Al darse de cuenta de que la he visto aparta su mirada hacia el recipiente en el que prepara la comida. Yo entro en el baño y cierro la puerta con llave, me quito la camiseta y me examino la cicatriz del pecho en el reflejo del espejo. Siempre me había preguntado cuál habría sido la causa de esa marca, ahora, gracias a los relatos de Hikari y el resto, ya lo sé, esto me lo hizo un digimon con el fin de acabar con mi vida, cosa que supuestamente había logrado, pero estoy vivo, aunque... desearía estar muerto, cuanto mas lo pienso más me convenzo de que lo mejor habría sido perecer en aquella batalla pues, para estas personas eso era lo que había ocurrido y regresar solo sirve para abrir viejas heridas... Ya sé que Hikari me pidió que no pensase de esta forma pero no puedo evitarlo... solo traigo dolor a mi paso.

Después de una cena reinada por el silencio me dirijo a mi dormitorio y decido investigar un poco para conocerme a mí mismo. A simple vista puede verse que era un gran fan del baloncesto debido a la gran cantidad de posters que hay de este deporte, además la colección de trofeos que hay encima de la cómoda me indican que yo debía ser bastante bueno en dicho pasatiempo. En la mesilla de noche puedo ver que hay un par de fotos en unos lindos marcos plateados: en la primera foto salen dos personas, un muchacho de cabellos rubios y ojos azules que supongo que debo ser yo en un pasado junto a una chica que estoy seguro que debe tratarse de Hikari; en la otra foto salen cuatro personas: dos adultos y dos niños, pero solo soy capaz de reconocer a uno de esos individuos, a mi madre, lo que me lleva a suponer que uno de esos chiquillos debo ser yo y el otro adulto mi padre, pero… ¿Quién es el otro niño? "Debo averiguarlo" me digo a mí mismo y decido buscar por todos los cajones alguna otra fotografía que me dé alguna pista, tal vez fuese más fácil preguntárselo directamente a mi madre pero no deseaba molestarla.

Después de un buen rato buscando encuentro en un cajón un álbum de fotos y dudo un instante antes de abrirlo, ¿estoy preparado para ver mi pasado impreso en imágenes? ¿Para ver la vida que perdí? No lo sé… pero… en algun momento tendré que afrontar mi pasado así que abro la primera página del álbum y en ella observo dos fotos: una es un partido del baloncesto en la que salgo lanzando una canasta y la otra es una foto con un chico de googles que juraría que era una de las personas que se reunieron en casa de Hikari. Paso la página y observo dos fotos con Hikari y una tercera foto en grupo en la cual salen 12 personas, 12 personas que reconozco a excepción de una, un muchacho rubio que aparenta un poco más mayor que yo… su cara me resulta muy familiar, incluso juraría haberlo visto hace poco pero no consigo recordar, "¿Quién eres? Maldita sea,¿Quién eres?" musito. ¿Puede tratarse ese chico del niño de la otra foto? Se parecen bastante… pero entonces… ¿Es acaso ese chico mi hermano? Tenemos cierto parecido… ¿Es muy descabellado pensar que tengo un hermano? En verdad no lo sé… estoy confuso…