Capítulo 6: Malentendido

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N/A: Quiero advertirles que este capítulo es algo largo, pero lo compensa el hecho de que es... ¡Intenso! (¡Chan chan chaaaaaaan!)

   Créditos al respectivo artista que hizo la hermosísima imagen que utilicé para este capítulo. No encontré su nombre, puesto que saqué la imagen de un vídeo, (aunque creo que, si no me equivoco, la artista se llama Caterina Corsini o Super Caterina) pero aún así, es una de las mejores imágenes (en mi opinión) que he encontrado de mi querido Bowser Jr.

  En fin, espero que disfrutéis el capi.

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   Había transcurrido aproximadamente una hora y ya Junior se encontraba en los alrededores del Castillo de Bowser. La luz de la luna iluminaba sus rasgos faciales y su rojizo cabello, el plateado brillo lunar reflejándose en la cubierta metálica de su nave. El Clown Car descendió a varios metros de distancia de la puerta del garaje del Castillo, estacionando detrás de una roca grande para no ser visto mientras el príncipe intentaba divisar algún testigo no deseado que pudiese estar ahí. Para su desgracia, a cada lado del portón se encontraba un Hammer Brother, los cuales estaban cumpliendo sus horas de guardia; se notaba a kilómetros que éstos eran víctima del aburrimiento, ya que ambos luchaban por mantener sus ojos abiertos dejando en evidencia que no estaban haciendo muy bien su trabajo, o al menos no como deberían.

  Junior bufó disgustado al verles. Eso sería un pequeño obstáculo para entrar al castillo. Como ellos le viesen entrando como si nada, irían corriendo a avisarle a su papá —si es que éste no estaba enterado ya— de su huida. Echó una mirada al reloj digital de la nave: eran las 8:23 p.m. A las 9 sería el cambio de guardia y en ese momento podría aprovechar de escabullirse, pero la verdad Junior no tenía ganas de esperar tanto para entrar a su hogar. Eso y además estaba seguro que mientras más tarde volviese, peores problemas tendría. Tenía que entrar ahora, ¿Pero qué podría hacer para no ser notado?

  De pronto, una traviesa sonrisa se dibujó en su rostro cuando una maquiavélica idea se formó en su mente: Una distracción sería ideal para pasar desapercibido.

  Satisfecho con sus planes, Junior alzó la nave por los aires para no tener ningún obstáculo que pudiese impedir su objetivo y presionó uno de los muchos botones de su vehículo. Los anaranjados y gruesos labios del Clown Car se separaron y de entre ellos sobresalió un cañón. El príncipe apuntó al portón del garaje, pero en su lugar dejó que el blanco deambulara un poco hacia la derecha. Cuando encontró el ángulo ideal, Junior abrió fuego.

  El cañón bucal del vehículo redondo disparó con un resonante estruendo un Bill Bala que se impulsaba con el viento a toda velocidad en dirección a la puerta del garaje. Antes de que los Hammer Brothers pudiesen reaccionar, el Bill Bala colisionó en la tierra con una fuerte explosión a varios metros del Castillo, pero aún así era una distancia considerablemente peligrosa. Los  guardias se sobresaltaron por unos segundos para luego abandonar sus posiciones, corriendo preocupados a ver qué había sido eso.

  Complacido con los resultados, Junior desactivó el cañón y se puso en marcha de nuevo lo más rápido que pudo. Era ahora o nunca. Pasando desapercibido por los koopas con martillos, el pelirrojo abrió la puerta del garaje gracias a un pequeño control remoto que accionaba los movimientos de la misma. Poco a poco, la nave fue descendiendo y bajando la velocidad a medida que se acercaba a su destino. Con mucho cuidado, el Clown Car aterrizó dentro del garaje, deteniéndose lentamente hasta estacionarse. Una vez dentro, Junior cerró el portón de nuevo. Para el momento en el que los Hammer Brothers regresaron a su posición, la puerta ya estaba bien cerrada, sin ninguna pista que revelase la recién llegada del travieso príncipe.

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