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Flashback

Brian salió cargado de una sensación de satisfacción hacia su pórtico, estaba muy complacido por lo que había sucedido el día anterior con Adrienna. Una vez tomó asiento en el cómodo banco que daba hacia la calle, se puso a pensar cómo debía proceder para que el suceso de ayer se repitiera.

En parte tenía un plan, o bueno, no era tanto un plan sino más bien una diversión que se iba a dar. Miró debajo del periódico que tenía a su lado, debajo del mismo tenía la braga de su joven vecina. Quería ver su reacción cuando se la mostrara, no lo pudo ver en la mañana ya que se había levantado tarde, pero ahora que lo pensaba el horario de vuelta sería una mejor ocasión.

El hombre abrió una cerveza y se puso a esperar, el horario de su vecina era un poco irregular por lo que no tenía idea de qué tan larga sería su espera. Estaba ansioso pero se sentía seguro, pasara lo que pasara, lo iba a disfrutar, era ese juego morboso con una jovencita como Adrienna lo que le entusiasmaba.

Pasaron quince, veinte, treinta minutos y su vecina no aparecía. No le preocupaba, podría aparecer tanto en diez minutos como en una hora, el único problema era que se estaba aburriendo. De repente, captó movimiento viniendo de uno de los lados de la vereda, al mirar vio a una jovencita, no era Adrienna, era Gabriella, su hermana.

Se sorprendió y su cabeza se iluminó con una idea, estaba seguro de que ella ya sabía de lo sucedido por breves intercambios indirectos que habían tenido anteriormente. Tenía ganas de arriesgar todo y probar como reaccionaría Gabriella, sería interesante, ella era muy diferente a su dulce hermana.

Vecinaa, ¿Qué tal? ¿Cómo anda?— Saludó con tono jovial.

Enseguida tomó la prenda íntima de Adrienna y la colocó en su dedo índice para después revolearla ligeramente, quería que ella lo viera jactándose de su conquista.

Y así fue, Brian apreció cómo Gabriella giraba su cabeza para verlo a él y posteriormente la prenda, la cara de molestia y disgusto que puso al principio fue cambiada por una de shock para después darle paso a una de furia. Ella detuvo su paso y se quedó mirándolo por unos segundos mientras su expresión de enojo iba aumentando, salió de la vereda y atravesó el jardín frontal para ir directamente hacia su viejo vecino con un paso rápido y decidido. Brian se preparó, esta no era una chica débil y tenía carácter.

Apenas estuvo a un par de metros de su vecino, Gabriela se pronunció molesta y enojada.

Deja a mi hermana en paz, viejo de mierda.

Brian rió ligeramente con un tono confiado, le iba a demostrar a esta jovencita quién marcaba las reglas, no iba a permitir que una pendeja le faltara el respeto.

Uy, que boquita, vecina. Esa no es la manera correcta de dirigirse a las personas mayores.

No me importa, eres un viejo degenerado, vas a dejar a mi hermana tranquila, viejo estúpido.— Gabriella apretó su mandíbula, de quería golpear a ese hombre.

¿O qué? ¿Qué me vas a hacer? Además, ¿Cómo la voy a dejar en paz si es tu hermana la que viene hacia mí? Yo no la obligo a nada, querida.

Brian contempló la expresión de su vecina, estaba sin palabras. Quería estudiar su reacción, el hombre prosiguió.

No sabes lo bien que la pasé con ella, al principio era tímida, pero con el tiempo ha estado tomando confianza y se está soltando. Cada vez se suelta más, la primera y la segunda vez fueron geniales y las demás veces, uff, mejor ni te cuento.

Dirty Old ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora