Dirty Old Man

O1

Adrienna se despertó casi de un salto de su cama. Su celular sonaba la tercera alarma, y para su desgracia, marcaba las 7:30 am, lo que indicaba que iba a llegar tarde a la universidad.

Como pudo, eligió un vestuario aceptable para un lindo día de primavera, peinó su larga cabellera negra que hacía un gran contraste con su piel pálida y salió como bala hacia la cocina.

—Llegarás tarde, Amore mio. Te dejé unas tostadas en la mesa.— Dijo Sylvana con su característico tono sarcástico y con un pequeño toque de reproche.

—Llego bien, gracias má.— Respondió en voz baja Adrienna.

—Mira que hoy hay paro de autobuses y sólo funcionan las líneas básicas, nena. — Le recordó de forma casi alegre su hermana menor de 18 años, Gabriella.

Que manera tan desmotivadora de arrancar el día pensó.

Abrió el portón del frente de su casa y salió con gran apuro a la parada de autobuses, no sin antes recibir el ya casi rutinario saludo a la distancia de su viejo vecino de al lado, que estaba regando el jardín de su casa.

—Buenos días vecina. ¿Por qué tan apurada? —Dijo en forma jovial.

—Buen Día Brian.

Estaba tan alterada que nisiquiera respondió a la pregunta del "jubilado panzón", como se referían en broma su familia hacia él.

Concentrándose ahora en regar bien sus plantas, el viejo Brian decidió esperar unos segundos antes de volver a seguir con la mirada a Adrienna.

A pesar de la forma humilde y recatada que vestía, Brian no podía dejar de apreciar el cuerpo de esa joven. Estaba muy bien "proporcionada" pensaba en broma el hombre, recordando las pinturas renacentistas, aunque con una diferencia, Adrienna estaba más tonificada por el ejercicio. Además le estimó lo que serían unos  1.70 de altura y donde seguía conservando rasgos juveniles que le daban un aire de inocencia. Esto hacía que fuera un paquete muy apetecible, sin caer en lo lujurioso de culos y tetas enormes que eran el estándar de belleza en estos días.

Pero sin dudas otra de las cosas que atraían a Brian a esta chica era lo poco que conocía de su personalidad. Era de perfil bajo, muy solidaria y humilde, no como las demás jóvenes de su edad que actuaban casi asqueadas de su presencia por el hecho de tener 49 años. Es como si ella aún no conociera el mal que hay en el mundo y todavía conservaba su inocencia.

Con 49 años, mucho tiempo libre y sin nada que hacer, Brian se encontraba mirando mujeres jóvenes y calificándolas mentalmente. El hecho de que viviera solo no lo ayudaba en nada, desde que comenzó a hacerse más viejo su suerte con las mujeres declinó un poco, ahora era bastante selectivo.

Ahora era un hombre maduro que disfrutaba de sus vacaciones en un aburrimiento del cual intentaba escapar, y para ello tomaba constantemente nuevos hobbies y proyectos. Para su suerte, él era ágil mentalmente y no le costaba tanto aprender cosas nuevas, incluso aunque se tratase de tecnología.

⚠ ⚠ ⚠

Adrienna ya se encontraba en un autobús rumbo a la universidad. Estaba de pie agarrándose como podía de una de las barandas del techo en aquel abarrotado vehículo. Se puso a pensar en todo lo que había cambiado su vida en los últimos meses, su padre casi siempre estaba ausente debido al segundo empleo que se vió obligado a tomar y su madre también comenzó a trabajar. De esto estaba muy agradecida ya que si bien sus padres eran un poco estrictos, se esforzaban siempre en darle lo mejor a sus dos hijas, es así que ellos se hacían un gran esfuerzo para poder pagarle la universidad privada donde Adrienna estudiaba una carrera de la rama artística.