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Eran ya cerca de las once de la noche y Adrienna se dispuso a dormir, acostada en su cama en la oscuridad y mirando hacia el techo iluminado por una luz tenue que entraba por la persiana, se puso a pensar en muchos de los trabajos que tenía pendiente para la universidad.

Recordó como aquel hombre la "apoyó" durante el viaje en autobús. Lo que más le impactaba era cómo era que estos individuos hicieran semejante cosa de forma tan descarada. La verdad es que le había costado un poco borrar la sensación del miembro de ese hombre apoyado en su trasero, para su suerte las clases de la universidad y sus temáticas eran lo que más le gustaban y había podido olvidar de a poco el encuentro por el resto del día. De todas formas ahora que estaba acostada siguió recordando partes de aquel encuentro, de cómo invadieron su espacio personal, como aquel hombre se había acercado más de lo normal a su cuerpo y cómo sintió la respiración en su cuello.

Había algo tremendamente poderoso en aquel acto, como la había podido doblegar y pasar por arriba de su intimidad, sabiendo que tal vez que ella no le diría nada. ¿O era acaso que el hombre pensaba que a ella le gustaría y por eso no dijo nada? Mientras más se ponía a ahondar en ese tema más rara se sentía. Seguramente aquel hombre del autobús sabía que no tenía ningún chance con ella y por ende se impuso de aquella manera, la única manera en la cual podía tener contacto con su joven y atractivo cuerpo.

Era el hecho de verse como un objeto de deseo, ser usada, ultrajada, era lo que le estaba despertando una sensación de rara excitación. Perdida en sus pensamientos, se sorprendió al darse cuenta que su mano derecha ya estaba por debajo de su short de pijama y bombacha, acariciando el exterior de su vagina la cual estaba entrando en un estado de humedad. Decidió rendirse e introducir dos dedos en su interior. Mientras se estimulaba no dejaba de pensar en aquel encuentro.

¿Qué hubiera pasado si aquel hombre hubiera sido aún más audaz y con su mano libre la hubiera manoseado? Se imaginaba a aquel señor pasando la palma de su mano por la parte de atrás de sus muslos hasta llegar a su trasero, y desde ahí dándole unas buenas apretujadas. Mientras pensaba en aquello, Adrienna cada vez más empedernida en su estimulación, ahora con su mano izquierda apretando sus pechos. Manteniendo ese ritmo se estaba acercando al orgasmo, por último pensó en la cabeza del hombre inclinándose sobre ella para olerla, tal vez para tocar su pelo, o para decirle algo al oído. La sensación de estar doblegada a total merced de un pervertido era extremadamente morbosa, no entendía por qué, se suponía que le tenía que causar desagrado.

De todas formas su organismo le decía otra cosa, la idea le parecía cada vez más salvaje y provocadora mientras más se adentraba en ella. La estimulación continuó mientras se imaginaba al viejo tomándose más libertades con su cuerpo. Se imaginó el contraste entre la rugosa mano de aquel sujeto contra su pálida y suave piel, y no pudo contenerse más.

La espalda de la joven se arqueó hacia delante y para suprimir sus gemidos se mordió el labio inferior. En cuestión de segundos tuvo un poderoso orgasmo que la dejó rendida en su cama, su braga y short estaban hechos un desastre por los fluidos que había liberado, pero en aquel momento no le importó y se dejó caer en un placentero sueño.

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—Buenos días, Vecina.

—Buenos días Brian.— Contestó con una leve sonrisa mientras le daba un saludito con la mano a la distancia. Siempre se ruborizaba.

Al pasar caminando frente a él, Brian no pudo despegar la mirada de su preciado cuerpo. Esta vez ella iba vistiendo un pantalón de jean semi ajustado que marcaba sus piernas y redondo trasero, una camiseta blanca de algodón estilo hombre, además llevaba una mochila. Había algo en esta chica que transmitía cierta energía, como si esa joven estuviera cubierta todavía por un manto de ingenuidad. A medida que la joven se iba alejando la distancia, Brian no pudo comprender qué era, sin duda despertaba lujuria pero no sólo quería satisfacer eso, necesitaba poseerla en varios niveles. Todos estos pensamientos despertaron de nuevo a su amigo en la sección de abajo.

Dirty Old ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora