Desperté en una habitación completamente blanca, la recorrí con la vista y noté que estaba conectada a un cable por el cual me inyectaban suero. Sentía como si hubiese dormido una eternidad. Me encontraba en la unidad de cuidados intensivos de aquel hospital. Comencé a cuestionarme qué hacía allí, qué había pasado con Naomi, dónde estaba Naomi. Muchas preguntas surgieron en mi mente y en aquel momento, una enfermera entró a la habitación.
-Despertaste, Emily ¿Jones, no? -dijo.
-Así veo. Si, Jones, Emily Jones. -dije mientras asentía con la cabeza.
La enfermera abrió un mueble y comenzó a buscar algo dentro.
-¿Dónde esta Naomi, mi hija? -Pregunté desesperada.
-Ella está bien, hace ya 2 días, al nacer, notaron que estaba más débil de lo común, deshidratada y con ciertos problemas. Pero ya esta todo bien, ella está con su padre abajo. Tu novio no se ha querido mover del hospital, ha estado muy preocupado.
-¿Qué dices? ¿Cuanto tiempo llevo dormida?
-Sólo 3 días, tuviste ciertas complicaciones luego del parto y estarás en la UCI durante 7 días.
-Bien, pero quiero ver a mi hija, necesito verla, estar con ella.
-Claro, más tarde podrás hacerlo.
Esto fue lo último que dijo y salió de la habitación. Parecía no importarle el interés que tenía por ver a mi hija.
A un costado de mi camilla había un botón rojo, el cual era para llamar a una enfermera. Lo presioné rogando que no viniera exactamente la enfermera que acababa de irse. Por suerte, era una mucho más agradable, le pedí ver a mi hija y dijo que en unos minutos la llevarían a mi habitación.
-Muchas gracias. -dije.
La enfermera salió de la habitación. Me sentía un poco nerviosa, comencé a mirar un periódico que encontré en la mesita de noche que había a un costado de la camilla. Estaba leyendo, quería saber que me había perdido estos 3 días que estuve profundamente dormida, me concentré mucho en mi lectura y un movimiento sobre el periódico me distrajo. Era alguien entrando a la habitación.
Cerré el periódico. levanté la vista y no pude creer lo que vi en ese instante.
Mierda, era mi madre con Naomi entre sus brazos. En mi rostro se mostró una sonrisa, la más sincera de toda mi vida. Me sentí más feliz de lo que pude haberme sentido en mi vida, sentí que desde ese momento todo comenzaría a ser perfecto. Sabía que los milagros existían, y bueno, esperé este milagro por años. Al fin llegó el día en que este milagro se hiciera realidad, fue lo que tanto anhelé durante este tiempo, el día en que todos mis sueños dejarían de ser sólo fantasías, y por fin, me sentí infinita.
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No eres el típico idiota.
RomanceEsto no es una historia de amor. ¿O si lo es? Todo depende de James, ¿Será capaz de lograr que Emily vuelva a creer en el amor?